Capítulo 3: Quería estar contigo.

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•6 días del atraco•

*Narra Tokio*

A la mañana siguiente, me tocaba estar temprano con los rehenes, eran cerca de las 08:00 y estaba muriendo de sueño. He dormido bastante poco, los turnos agotan mucho aunque sólo tenemos que vigilarlos.

El Profesor no ha llamado y Berlín ya estaba perdiendo la cabeza, así que antes de que se comenzara a enojar más, preferí bajar.

La mayoría seguía durmiendo, mientras algunos estaban sentados en el suelo mirando a la nada.

Sentí una mano en mi cintura e inmediatamente supe quién era. Luego un beso en la mejilla y un abrazo por detrás.

-Hola hermosa.-Susurró Rio en mi oído.

-Frente a ellos no por favor.-Dije en voz baja.

-¿Por qué?-Preguntó.

-Porque nos perderían el respeto.

-Me da igual.

Me volvió a dar un beso en la mejilla, pero esta vez lo alejé.

-¿Qué pasa? ¿Acaso estás enojada?-Dijo levantando una ceja.

-Ya te dije, frente a ellos no.

-Como quieras.-Dijo finalmente para subir las escaleras enfadado.

Seguí haciendo mi trabajo, poco a poco los rehenes comenzaban a despertar. Había uno en especial que me ponía de los nervios, ese era Arturo, siempre tocando los cojones, aunque lo ignoraba, pero debíamos estar pendientes de él, a la mínima que te descuidas, puede hacer algo, una estupidez.

Mi turno duraba una hora. Era desesperante el hecho de no poder hablar con alguien y para mí, que no puedo estar callada, es peor.

*Narra Ash*

Estaba Tokio frente a nosotros, le sonreí de una forma tímida cuando me miró, pero me ignoró.

Cuando bajó Rio, estaba muy cariñoso con ella, pero Tokio estaba seria, al parecer estaba enojada y supuse que por esa razón Rio se tuvo que ir, estaba muy enfadado.

No conozco a Tokio, solo sé su apodo y por lo poco  que hemos hablando siento que tener una conversación con ella debe ser muy entretenido, pero claro, no se me puede olvidar que estamos encerrados y todo esto es por ellos.

Si, "ellos son los malos".

[...]

*Narra Tokio*

Mi turno había acabado, subí en busca de Rio, pero no estaba por ninguna parte, hasta que se me ocurrió buscarlo en "nuestra" oficina.

Ahí estaba, sentado con un cigarrillo y con los pies sobre la mesa.

-Hola, ¿se puede entrar?-Dije con una sonrisa.

-Si quieres.-Dijo serio.

Entré y me acerqué a él.

-¿Qué has estado haciendo todo este rato?-Pregunté sentándome sobre la mesa.

-Nada.-Dijo cortante.

-¿Entonces llevas todo el tiempo aquí haciendo nada?

-¿Y qué quieres que haga? Te recuerdo que estamos encerrados en esta maldita fábrica, sin internet y sin comunicación con personas de afuera.-Dijo alterado.

-¿Qué te pasa?-Dije molesta por su actitud tan fría.

-¿Cómo que qué me pasa? Bajé a hacerte compañía, a tomar el turno contigo especialmente para que estuviéramos juntos y me mandaste a la mierda.-Dijo subiendo el tono.

-Rio, ocupa la cabeza, si nos mostramos de esa forma frente a ellos, nos verán de otra forma y eso no puede ser.

-¿Sabes? No te viene ese carácter de chica mala, tú no eres así.

-Podría hacer el intento y serlo.-Dije seca, cruzándome de brazos.

-Véte a la mierda.- Se levantó enojado y cerró la puerta de golpe, saliendo de la oficina.

¿Y si tal vez me estaba tomando mi papel muy en serio?

La respuesta es sí, necesito y en realidad todos nosotros necesitamos que el plan salga a la perfección.

No quería estar enfadada con Rio, me ponía muy mal y es ahora cuando necesito que estemos más juntos que nunca, así que lo seguí.

-Tokio, déjame en paz.-Dijo volteándose.

-Dame un beso y lo hago.-Me acerqué a él.

-No estoy jugando.

-Yo tampoco estoy jugando, ven, acércate.-Sonreí.

-¿Qué quieres?-Se acercó.

-A ti, te quiero.

Logré sacarle una sonrisa, nos acercamos más y nos dimos un beso corto.

-No quiero más discusiones, ¿bien?-Dije abrazándolo.

-También te quiero.

[...]

*Narra Ash*

Me sentía tan agobiada, quería aunque sea tomar un poco de aire, pero no podía.

Helsinki estaba con nosotros y le pedí que por favor me dejara ir al baño, así que me dijo que me apresurara y que volviera lo más rápido posible.

Subí las escaleras y vi a Tokio caminando hacia una oficina, afortunadamente no me vio. Entré al baño y me mojé la cara, hice todo lo que tenía que hacer y salí. Esta vez Tokio me vio, me guiñó un ojo y sonrió.

Le devolví la sonrisa, pero algo muy extraño me pasó y es que mi corazón comenzó a latir rápido y me sonrojé. Bajé las escaleras sonriendo inconscientemente y volví a mi lugar.

¿Qué me estaba pasando con Tokio? La encuentro tan guapa, pero a la vez siento tanto rencor por todo lo que está pasando aquí dentro. Es una atracadora, no podría gustarme una persona así, es mala y se podría decir que le tengo un poco de miedo, aunque últimamente ha actuado muy amable. Pero... es una mujer, a mi me gustan los hombres y no me imagino estando con una chica, nunca.

No tengo nada en contra de las personas homosexuales, es más, lo apoyo, pero simplemente no me gustan las mujeres ni estaría con una.

Tal vez solo la encuentro guapa, nada más que eso.

[...]

*Narra Tokio*

Sentía que Ash me miraba mucho, en mis turnos me ponía muy incómoda su forma de mirarme. Me la encontré en el pasillo, fuera del baño y le guiñé el ojo solo para ver cómo reaccionaba, noté que se puso nerviosa, ¿qué le pasa y por qué actúa así?

No es que me importara mucho tampoco, ella es solo una rehén más.

El mejor atraco de mi vida | La casa de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora