Capítulo 21: Confesión.

2.2K 152 42
                                    

*Narra Ash*

Nadie bajaba ni decía algo de Tokio, mi corazón seguía latiendo rápido por los nervios.

Luego de un rato llegó el turno de Denver, comenzó a pasar frente a todos y cuando estaba frente a mi, no pude evitar tomarle el brazo.

-Hola, ¿sabes que le pasó a Tokio?-Pregunté.

No sabía la forma en la que me iba a responder, pero no perdía nada con preguntar.

-Se desmayó, pero ya despertó y ahora está descansando, ¿por qué?

-Pregunto porque yo estaba con ella arriba y quedé preocupada, gracias.-Dije un poco más tranquila.

Me respondió con una sonrisa y siguió caminando.

[...]

*Narra Tokio*

Abrí mis ojos de golpe, me sentía mareada y tenia un dolor de cabeza muy fuerte. Estaba acostada y tenía la cabeza apoyada en la piernas de alguien, era Rio, me miraba sonriente mientras acariciaba mi pelo.

-Hasta que despertaste.-Dijo sin quitar la sonrisa de su rostro.

Intenté levantarme, pero Rio me lo impidió.

-Quédate aquí, tienes que descansar.

-Estoy bien, de verdad.-Dije débil.

-Me quedaré a hacerte compañía, si necesitas algo pídemelo.

Sentía unas ganas inmensas de ver a Ash y decirle a Rio que esa era mi necesidad por ahora.

-Gracias.-Dije acomodándome.

Rio seguía acariciando mi cabello, me miraba a los ojos y yo a él, pero no de la misma forma en la que lo veía antes.

En mi cabeza sólo había una persona, a la que le debía una disculpa por haber actuado así frente a ella.

-No me mires así.-Dije con la voz ronca.

-¿Así cómo?

-Con esa sonrisa, con esos ojos de enamorado.

-¿Por qué? Tú sabes que aún estoy enamorado de ti, que fuiste el amor de mi vida y que te quiero muchísimo, siempre lo haré.

No le respondí, pero cada vez que hablábamos de esto me sentía culpable, al fin y al cabo él no me había hecho nada.

-¿Por qué no me dejas hacerte feliz?-Preguntó.

-Rio, yo...

-¿Qué excusa vas a poner ahora?-Me interrumpió.

Sentí ganas de hacerlo, de contarle que me había enamorado de una rehén, de una mujer, pero temía su reacción.

-Rio, necesito decirte algo.-Me levanté cuidadosamente para quedar sentada.

-Dime, dime qué fue lo que hizo que desecharas tan fácilmente todo lo que habíamos construido.

Tenía que hacerlo, debía decirle la verdad y dejar de hacerle daño, aunque sabía que mis palabras lo iban a herir.

-Lo que te diré no será fácil para ti, pero esto nunca lo imaginé y así fue, no lo pude evitar, solo pasó y...

-Dime, deja de darte tantas vueltas y ve al punto.-Me interrumpió.

Me quedé pensando por unos segundos.

-Me enamoré de alguien...

-Es Denver, él te tenía ganas antes y hasta que lo consiguió...

-Déjame hablar, no es Denver, tampoco es... un hombre.-Hice una pausa para tomar aire.

-¿Qué?-Dijo levantándose.

-Perdóname, nunca se me pasó por la cabeza que podría pasar esto, pero nadie elige de quien se enamora.

-¿Te gustan las mujeres?

-Si, o bueno... no, en realidad no lo sé, solo me gustan las personas.

-Dime quién es.-Dijo en un estado neutro, estaba normal y hablaba tranquilo, pero desconocía todo lo que podría estar pasando por su mente.

-Por favor dime que no le harás algo.

-Quiero saber quién es.-Dijo cortante.

-Rio...

-Tokio, dime quién es.

-Es...Ashley.

Se quedó quieto y mirando a la nada. Lo entendía, me podía poner en su lugar. Si de un día a otro él me dijera que está enamorado de otra persona, sin importar su sexo, yo estaría igual.

-Perdón, esto solo pasó.-Me levanté para acercarme a él, pero dio un paso atrás.

-No quiero que me toques, no quiero seguir viéndote.

-Te doy asco, ¿verdad?

-No sé que me das, pero tenerte frente a mi me está produciendo algo.

-Esto no lo decidí, lo juro.-Dije a punto de llorar.

-Sal de mi vista.

-Dime algo, existen hombres que se excitan viendo porno lésbico, se calientan al estar frente a dos mujeres besándose pero son homofóbicos, ¿me vas a decir que eres de esos?

-¿Sabes algo? Podría ser uno de esos, pero que mi novia sea una lesbiana...

-¿Y qué? ¿Y qué si soy lesbiana? ¿Tiene algo malo querer a una PERSONA?

-¡¿De qué me estás hablando Tokio?! ¡Es una mujer! ¡Una rehén!-Comenzó a gritar.

-Ojalá tuvieras alguna idea de todo lo que siento por ella, pero nunca lo entenderás.-Dije saliendo de la oficina, pero me tomó del brazo haciendo que entrara nuevamente.

-Lo que no puedo entender es cómo te pudiste enamorar de una mujer cuando habías estado en una relación conmigo ¿acaso ella te da más placer que yo?

-No se trata de sexo, se trata de la persona.

-Es una mujer, tú eres mujer.

-¡¿Y qué?! Rio, debes entender que no puedo estar con una persona de la que no estoy enamorada, ni mucho menos ahora.

-¿Ahora harás tríos?

-¿Perdona?

Rio comenzó a reír y yo a perder la paciencia.

-Trátame de lo que quieras, pero que sepas que esto jamás te lo voy a perdonar en mi vida.-Salí de la oficina y lo escuché gritar.

-¡Todos sabrán esto!

El mejor atraco de mi vida | La casa de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora