*Narra Ash*
Nadie bajaba ni decía algo de Tokio, mi corazón seguía latiendo rápido por los nervios.
Luego de un rato llegó el turno de Denver, comenzó a pasar frente a todos y cuando estaba frente a mi, no pude evitar tomarle el brazo.
-Hola, ¿sabes que le pasó a Tokio?-Pregunté.
No sabía la forma en la que me iba a responder, pero no perdía nada con preguntar.
-Se desmayó, pero ya despertó y ahora está descansando, ¿por qué?
-Pregunto porque yo estaba con ella arriba y quedé preocupada, gracias.-Dije un poco más tranquila.
Me respondió con una sonrisa y siguió caminando.
[...]
*Narra Tokio*
Abrí mis ojos de golpe, me sentía mareada y tenia un dolor de cabeza muy fuerte. Estaba acostada y tenía la cabeza apoyada en la piernas de alguien, era Rio, me miraba sonriente mientras acariciaba mi pelo.
-Hasta que despertaste.-Dijo sin quitar la sonrisa de su rostro.
Intenté levantarme, pero Rio me lo impidió.
-Quédate aquí, tienes que descansar.
-Estoy bien, de verdad.-Dije débil.
-Me quedaré a hacerte compañía, si necesitas algo pídemelo.
Sentía unas ganas inmensas de ver a Ash y decirle a Rio que esa era mi necesidad por ahora.
-Gracias.-Dije acomodándome.
Rio seguía acariciando mi cabello, me miraba a los ojos y yo a él, pero no de la misma forma en la que lo veía antes.
En mi cabeza sólo había una persona, a la que le debía una disculpa por haber actuado así frente a ella.
-No me mires así.-Dije con la voz ronca.
-¿Así cómo?
-Con esa sonrisa, con esos ojos de enamorado.
-¿Por qué? Tú sabes que aún estoy enamorado de ti, que fuiste el amor de mi vida y que te quiero muchísimo, siempre lo haré.
No le respondí, pero cada vez que hablábamos de esto me sentía culpable, al fin y al cabo él no me había hecho nada.
-¿Por qué no me dejas hacerte feliz?-Preguntó.
-Rio, yo...
-¿Qué excusa vas a poner ahora?-Me interrumpió.
Sentí ganas de hacerlo, de contarle que me había enamorado de una rehén, de una mujer, pero temía su reacción.
-Rio, necesito decirte algo.-Me levanté cuidadosamente para quedar sentada.
-Dime, dime qué fue lo que hizo que desecharas tan fácilmente todo lo que habíamos construido.
Tenía que hacerlo, debía decirle la verdad y dejar de hacerle daño, aunque sabía que mis palabras lo iban a herir.
-Lo que te diré no será fácil para ti, pero esto nunca lo imaginé y así fue, no lo pude evitar, solo pasó y...
-Dime, deja de darte tantas vueltas y ve al punto.-Me interrumpió.
Me quedé pensando por unos segundos.
-Me enamoré de alguien...
-Es Denver, él te tenía ganas antes y hasta que lo consiguió...
-Déjame hablar, no es Denver, tampoco es... un hombre.-Hice una pausa para tomar aire.
-¿Qué?-Dijo levantándose.
-Perdóname, nunca se me pasó por la cabeza que podría pasar esto, pero nadie elige de quien se enamora.
-¿Te gustan las mujeres?
-Si, o bueno... no, en realidad no lo sé, solo me gustan las personas.
-Dime quién es.-Dijo en un estado neutro, estaba normal y hablaba tranquilo, pero desconocía todo lo que podría estar pasando por su mente.
-Por favor dime que no le harás algo.
-Quiero saber quién es.-Dijo cortante.
-Rio...
-Tokio, dime quién es.
-Es...Ashley.
Se quedó quieto y mirando a la nada. Lo entendía, me podía poner en su lugar. Si de un día a otro él me dijera que está enamorado de otra persona, sin importar su sexo, yo estaría igual.
-Perdón, esto solo pasó.-Me levanté para acercarme a él, pero dio un paso atrás.
-No quiero que me toques, no quiero seguir viéndote.
-Te doy asco, ¿verdad?
-No sé que me das, pero tenerte frente a mi me está produciendo algo.
-Esto no lo decidí, lo juro.-Dije a punto de llorar.
-Sal de mi vista.
-Dime algo, existen hombres que se excitan viendo porno lésbico, se calientan al estar frente a dos mujeres besándose pero son homofóbicos, ¿me vas a decir que eres de esos?
-¿Sabes algo? Podría ser uno de esos, pero que mi novia sea una lesbiana...
-¿Y qué? ¿Y qué si soy lesbiana? ¿Tiene algo malo querer a una PERSONA?
-¡¿De qué me estás hablando Tokio?! ¡Es una mujer! ¡Una rehén!-Comenzó a gritar.
-Ojalá tuvieras alguna idea de todo lo que siento por ella, pero nunca lo entenderás.-Dije saliendo de la oficina, pero me tomó del brazo haciendo que entrara nuevamente.
-Lo que no puedo entender es cómo te pudiste enamorar de una mujer cuando habías estado en una relación conmigo ¿acaso ella te da más placer que yo?
-No se trata de sexo, se trata de la persona.
-Es una mujer, tú eres mujer.
-¡¿Y qué?! Rio, debes entender que no puedo estar con una persona de la que no estoy enamorada, ni mucho menos ahora.
-¿Ahora harás tríos?
-¿Perdona?
Rio comenzó a reír y yo a perder la paciencia.
-Trátame de lo que quieras, pero que sepas que esto jamás te lo voy a perdonar en mi vida.-Salí de la oficina y lo escuché gritar.
-¡Todos sabrán esto!
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El mejor atraco de mi vida | La casa de papel
FanficHistoria no apta para personas de mente cerrada y homófobos. Si Tokio se enamorara de UNA rehén, ¿que pasaría con Rio? "Al parecer el síndrome de Estocolmo sí existía, yo era una simple rehén, pero ella me hacía sentir que era la más importante". Ac...