Capítulo 5: Juego de miradas.

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*Narra Ash*

Subimos las escaleras y Tokio me llevó a una oficina, cerró la puerta y cruzó sus brazos mirándome con seriedad.

-¿Por qué me trajiste aquí?-Pregunté intentando estar tranquila, aunque por dentro estaba muerta de miedo.

-Porque tengo que hacerte una pregunta, y es que he notado que me miras mucho y eso no es cómodo, ¿te pasa algo?-Dijo tranquila.

-N...no, lo siento si te molesta, lo hago inconscientemente.

-¿Segura? He notado que te pones bastante nerviosa conmigo, ¿y sabes? Yo no soy como Berlín para que me tengas miedo o algo.

Me quedé callada.

Mientras Tokio me hablaba, me miraba a los ojos y se acercaba más a mi, eso me ponía más nerviosa.

-Tokio... yo... debo bajar.-Dije con la voz temblorosa.

-Pero si estamos hablando.

-No tengo ganas de hablar, solo sé que me quiero ir de aquí.

-Todos quieren eso Ashley, hasta nosotros, créeme.-Dijo sacándome un mechón de pelo de la cara.

Miré al suelo y luego a ella, no dejaba de mirarme a los ojos, por lo que me sonrojé.

-Oye... en serio, necesito que bajemos, no me gusta la tensión que hay aquí.-Dije incómoda.

Estaba muy cerca de mí, la sensación era extraña, hacía calor en la oficina y podía sentir también la calidez de su cuerpo.

Se alejó y comenzó a reír, no la entendía, realmente no podía hacerlo.

-Tu cara por dios, tranquila, no te estoy obligando a quedarte, si quiere vete.-Dijo riendo.

La miré seria y así lo hice, salí de la oficina molesta.

Tokio es extraña, actúa de forma amable, pero otras veces se comporta como una niña, como lo hizo ahora. Cuando comienza a reírse de esa forma no sé cómo reaccionar, no sé si reír con ella o enojarme, realmente no tengo idea.

Es un juego que no pienso seguirle.

*Narra Tokio*

Me encantaba poner nerviosa a la gente, lo disfruto mucho, sobre todo con los débiles, es como quitarle un dulce a un bebé. Esto no quiere decir que lo haga por diversión, pero simplemente me gusta.

Cuando Ashley se fue, al rato llegó Rio, se sentó con una sonrisa mientras me miraba.

-¿Y a ti que te pasa?-Dije riendo.

-Pasa que me encanta tu risa de mala.-Dijo con un movimiento de cejas.

-¿A sí? ¿Qué más te gusta de mí?

-Tu cuerpo, tu sonrisa, tu forma de ser, aunque a veces tengas un carácter de mierda, me gustas así, eres fuerte, eres simplemente increíble, eres la Tokio que quiero para mi vida.

-Te quiero tanto.-Me acerqué a él para abrazarlo.

-Yo más.

El mejor atraco de mi vida | La casa de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora