*Narra Ash*
Subimos las escaleras y Tokio me llevó a una oficina, cerró la puerta y cruzó sus brazos mirándome con seriedad.
-¿Por qué me trajiste aquí?-Pregunté intentando estar tranquila, aunque por dentro estaba muerta de miedo.
-Porque tengo que hacerte una pregunta, y es que he notado que me miras mucho y eso no es cómodo, ¿te pasa algo?-Dijo tranquila.
-N...no, lo siento si te molesta, lo hago inconscientemente.
-¿Segura? He notado que te pones bastante nerviosa conmigo, ¿y sabes? Yo no soy como Berlín para que me tengas miedo o algo.
Me quedé callada.
Mientras Tokio me hablaba, me miraba a los ojos y se acercaba más a mi, eso me ponía más nerviosa.
-Tokio... yo... debo bajar.-Dije con la voz temblorosa.
-Pero si estamos hablando.
-No tengo ganas de hablar, solo sé que me quiero ir de aquí.
-Todos quieren eso Ashley, hasta nosotros, créeme.-Dijo sacándome un mechón de pelo de la cara.
Miré al suelo y luego a ella, no dejaba de mirarme a los ojos, por lo que me sonrojé.
-Oye... en serio, necesito que bajemos, no me gusta la tensión que hay aquí.-Dije incómoda.
Estaba muy cerca de mí, la sensación era extraña, hacía calor en la oficina y podía sentir también la calidez de su cuerpo.
Se alejó y comenzó a reír, no la entendía, realmente no podía hacerlo.
-Tu cara por dios, tranquila, no te estoy obligando a quedarte, si quiere vete.-Dijo riendo.
La miré seria y así lo hice, salí de la oficina molesta.
Tokio es extraña, actúa de forma amable, pero otras veces se comporta como una niña, como lo hizo ahora. Cuando comienza a reírse de esa forma no sé cómo reaccionar, no sé si reír con ella o enojarme, realmente no tengo idea.
Es un juego que no pienso seguirle.
*Narra Tokio*
Me encantaba poner nerviosa a la gente, lo disfruto mucho, sobre todo con los débiles, es como quitarle un dulce a un bebé. Esto no quiere decir que lo haga por diversión, pero simplemente me gusta.
Cuando Ashley se fue, al rato llegó Rio, se sentó con una sonrisa mientras me miraba.
-¿Y a ti que te pasa?-Dije riendo.
-Pasa que me encanta tu risa de mala.-Dijo con un movimiento de cejas.
-¿A sí? ¿Qué más te gusta de mí?
-Tu cuerpo, tu sonrisa, tu forma de ser, aunque a veces tengas un carácter de mierda, me gustas así, eres fuerte, eres simplemente increíble, eres la Tokio que quiero para mi vida.
-Te quiero tanto.-Me acerqué a él para abrazarlo.
-Yo más.
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El mejor atraco de mi vida | La casa de papel
Fiksi PenggemarHistoria no apta para personas de mente cerrada y homófobos. Si Tokio se enamorara de UNA rehén, ¿que pasaría con Rio? "Al parecer el síndrome de Estocolmo sí existía, yo era una simple rehén, pero ella me hacía sentir que era la más importante". Ac...