*Narra Ash*
-¿Segura que puedo hacerlo?-Pregunté recibiendo mi móvil.
-Si me meto en un lío será problema mío, yo te estoy autorizando a que lo hagas y quiero que lo hagas.-Respondió.
Encendí el móvil e ingresé la clave, tardaba en encender y yo estaba temblando, no sabía que les diría, seguramente no la verdad.
Fui a contactos y busqué el número de mi casa para marcar.
-Ash, si quieres te puedo dejar sola para que hables tranquila con ellos.-Dijo llamando mi atención.
-No te preocupes, quiero que estés aquí.
Mi móvil ya estaba llamando, hasta que alguien contestó.
-¿Si?-Sentí la voz de la persona más importante en mi vida.
-Mamá...
-¿¡Ashley!?-Dijo mi madre.
-Si mamá, soy yo.-Respondí al borde de llorar, pero no lo iba a hacer, por ellos me iba a mantener fuerte.
No podía creer que estuviera hablando con mi madre.
-¿¡Cómo estás?! ¿¡Te hicieron daño!?-Sonaba desesperada.
Pensé un poco, no le iba a decir la verdad, sonaría ridículo decir "la verdad estoy muy bien, con un disparo en la pierna, con una chica que me está haciendo muy feliz y su ex que me odia", no.
-Estoy bien, quédate tranquila, solo te puedo decir que nos alimentan bien y que están haciendo lo posible para terminar con el atraco y dejar que nos marchemos.-Respondí.
-¿Puedo saber por qué te dejaron llamarnos?
-Pues... porque...-Miré a Tokio con cara de "ayúdame".
-Dile que los estamos dejando hablar a todos los rehenes con sus familiares.-Me susurró Tokio.
-Porque han cedido en dejarnos hablar con nuestras familias, de verdad estoy bien y nos veremos pronto mamá.
-Te dejo amor, aquí está tu padre, habla con él, está muy preocupado.
-Bien, te amo má.-Respondí.
-Ashley, ¿cómo está la niña de mis ojos? No sabes todo lo que te extrañamos y lo que daría por sacarte de ese lugar.-Oí decir a mi padre.
-Papá, estoy bien, no te darás ni cuenta cuando ya estemos los tres en casa, también los extraño.
-Cuídate mucho, ¿si? Esos imbéciles pagarán tarde o temprano por todo el daño que están causando.
-Papá, te tengo que colgar, hay más gente que quiere hablar con su familia.
-¡Te amo mi niña!-Fue lo último que dijo cuando colgué.
Me sentí mal, Tokio había oído lo que dijo mi padre, "pagarán tarde o temprano por el daño que están causando" y sabía que ella también se había sentido mal, había bajado la cabeza y la veía triste.
-Preciosa, ya veremos la forma de explicarle esto a mis padres, no quiero que te preocupes por eso.-Le dije devolviéndole el móvil.
-No lo sé, tal vez tendremos que ocultar esto siempre.
-Tokio, no estamos haciendo nada malo, simplemente nos enamoramos.
-Yo de una rehén y tú de una de las integrantes de una de las bandas más peligrosas.-Dijo sin mirarme.
-¿Y qué? Tal vez tenga el síndrome de Estocolmo, tal vez pueda estar loca, enferma, lo que sea, pero estoy segura de algo, y es que no me quiero separar de ti, no sabes lo mal que la pasé cuando te alejaste de mi, por favor Tokio, no quiero que eso vuelva a pasar, ¿o es lo que quieres?
-Eso es lo que menos quiero, lo que me pone mal es que nunca podremos gritar nuestro amor a los cuatro vientos por muchas razones.
-Aunque no lo podamos hacer, nos tendremos la una a la otra, siempre.-La tomé de la barbilla.
-Siempre.-Dijo por fin viéndome a los ojos.
Le di un corto beso en los labios y la abracé.
[...]
Había pasado un largo rato, nos encontrábamos en nuestra oficina, Tokio tomaba una siesta en el sofá que estaba frente al mío y yo estaba aburrida viendo el techo.
Me levanté cuidadosamente para no despertar a Tokio y salí para ir al baño, pero en el pasillo me encontré con Río.
Sentí una necesidad tremenda de hablar con él, tal vez de esa forma podría calmar un poco las cosas y dejarnos tranquilas a Tokio y a mí.
Detuvo su paso y me miró con odio, pero yo seguí caminando hasta quedar frente a él.
-Río, ¿crees que podamos hablar sobre algo ahora?-Pregunté.
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El mejor atraco de mi vida | La casa de papel
FanficHistoria no apta para personas de mente cerrada y homófobos. Si Tokio se enamorara de UNA rehén, ¿que pasaría con Rio? "Al parecer el síndrome de Estocolmo sí existía, yo era una simple rehén, pero ella me hacía sentir que era la más importante". Ac...