Capítulo 2: Noche lúgubre

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Un acontecimiento trágico azotaba a la familia Borges, su más descatada hija se encontraba inerte en el suelo sin ninguna razón que pudiese explicar la horrible escena que causo el descontrol total de sus familiares.

Elizabeth Marquina: ¡Hija mia! ¡Mi amor!—gritaba una desesperada madre en un intento por hacerla volver mientras la sacudía y tocaba su rostro intentando abrir sus ojos—

Sabino Borges: Alexandra hija que te pasa amor, despierta mi vida —decía su padre con lagrimas que bajaban por sus mejillas llenas de dolor e incertidumbre— No tiene pulso —confirmó— Por favor alguien llame una ambulancia —grito de inmediato con su voz completamente quebrada—

Su petición fue cumplida inmediatamente por su cuñado Julio Marquina que informó inmediatamente a los medicos y a la policía mediante su teléfono movil.

Julio Marquina: Ya estan en camino, Sabino. —dijo el cuñado que apesar de sentír empatía por la situación no mostraba sentimientos descontrolados e intentaba razonar—

La escena era dramática, los padres de Alexandra hacían todo lo posible por salvar a su hija entre llantos llenos de dolor y alaridos desesperados por ayuda. Atras de Elizabeth se encontraba su hijo mayor Claudio que con lagrimas en su rostro intentaba consolar a su desconsolada madre que se encontraba al borde del desmayo, la pequeña Sofía había sido apartada de la escena por su tia Sandra que aún con la angustia que esta viviendo supo mantener la cordura para cuidar la salud mental de la pequeña.

Elizabeth Marquina: ¡No hija! —gritaba— ¡Por favor mi amor tú no, no me hagas esto.. ¡No te vayas! ¿Porqué tuviste que ser tú?—sus ojos eran comparables a un rio y sus gritos denotaban cada vez más su inmenso dolor— 

"¿ Porqué tuviste que ser tú ?" — Estas palabras sonaron como un eco inparable en la cabeza de Claudio que no tardó en soltar a su madre y ponerse de pie para retirarse de la habitación—

Los ojos de Claudio se secaron de forma inmediata, su madre acababa de pronunciar las palabras que tanto temía escuchar. ¿De verdad mi madre preferiría que los que estuvieramos en esa situación fueramos Sofía o yo? —pensaba en sus adentros el hijo mayor de los Borges— La mente de Claudio no tardó en hacer conjeturas que terminaron un pensamiento lleno de odio y resentimiento que sustituyo cualquier empatía hacia su hermana. El joven pronunció con una voz temblorosa y dolida: ¿Sabes que mamá? Que bueno que fue tú preferida  — dijo para luego perderse en la casa con sus ojos llenos de lagrimas nuevamente —

En la habitación de la recien fallecida Alexandra, se podía encontrar a la madre desmayada por la impresión y los llantos no habían cesado, todos los familiares miraban con lagrimas en los ojos aquella situación que los había retenido en el momento de su despedida. Andrés Borges se acercó a su hermano para consolarlo, este rápidamente se giro y poso su cabeza en el hombro de Andrés para llorar amargamente mientras apretaba fuertemente su espalda.

Sabino Borges: ¡Porqué mi hija Andrés! Esto no puede estar sucediendo, no es verdad —gritaba con un dolor incalculable— Ella solo es un angelito que no ha vivido nada aún, tiene toda la vida por delante. ¡Llevame a mi señor! Llevame a mi pero regresame a mi hija te lo ruego —decía desconsolado soltando gritos y alaridos que rompian el corazón de quien estuviese escuchando al elegante empresario—

Las palabras de Sabino eran tan fuertes que no pudieron evitar quebrantar a su hermano que no tardo en llorar junto a él. No había forma de consolarlo. El dolor que estaba sintiendo era indescriptible.

No todos podían ver lo que estaba sucediendo, la habitación era grande pero para evitar estorbar solo los adultos habían entrado para consolar a los padres de Alexandra, afuera en un completo y eterno silencio se encontraban totalmente impactados los miembros menores de la familia.

Karina Solís: ¿Que esta sucediendo tio? —le preguntó al señor Julio que salía de la habitación a ver si ya habían llegado los paramedicos— 

Julio Marquina: Tú prima Alexandra, se encuentra muy mal hija. Pero no te preocupes todo estará bien. —dijo intentando calmar a la joven y siguiendo su camino a la entrada de la casa—

Los jovenes estaban seguros de que nada estaba bien y lo que dijo el tio Julio fue nada menos que un detonante para la curiosidad de los jovenes que estaban reunidos fuera de la habitación que no se encontraba cerrada.

Daniel Solís: Esto no es nada bueno chicos, la expresión de mi tio Andrés no es por cualquier cosa, miren alla se encuentran llorando con mi tio Sabino. —afirmó el intrigado joven—

Ramiro Borges: ¿Mi papa esta llorando? —preguntó asustado—

Daniel Solís: Sí Ramiro, deberíamos ir a ver que esta pasando. —concluyo invitandole a entrar a la habitaición—

Sergio razonable y reservado como su padre comunicó su postura de forma educada e intento evitar que los jovenes entrarán a la habitación, reteniendolos solamente por un momento.

Sergio Marquina: No deberían entrar ahí. Si es algo serio de verdad, no haremos más que estorbar y por los llantos que han estado saliendo de ahí creo que es muy grave esto. —dijo de forma contundente y madura—

Karina Solís: Tienes razón Sergio, pero es que esto es demasiado raro como para no tener curiosidad. ¿y si nos asomamos un poco nada más? —preguntó—

Sergio Marquina: Hagan los que les parezca, yo no estoy de acuerdo con esto. —dijo dandose la vuelta y apoyandose en la baranda—

Los jovenes estaban dispuestos a averiguar que sucedía en aquella habitación, los unicos que se mantenían firmes afuera eran Sergio y el novio Sebastian que sudaba y temblaba como si hubiese visto un espanto y mantenía un semblante completamente inexpresivo. Sergio notó la conducta del joven pero hizo caso omiso suponiendo que se encontraba mal por el estado de su novia.

Karina dio dos pasos dentro de la habitación y antes de que un adulto pudiese evitar que la jovencita viera la escena, se enteró por sus propios ojos de la muerte de su prima con la que mantenía rivalidad claro que esto último no evito que corriera asustada hacia los brazos de su hermano que rápidamente le sostuvo preguntandole que había visto. A lo que Karina respondió con lagrimas en los ojos:

Karina Solís: ¡Esta muerta Daniel! Alexandra está muerta. —dijo para inmediatamente esconder su rostro en el hombro de su hermano que la abrazo con fuerza para consolarla y agacho su mirada—

Ramiro Borges: ¿E-es-ta muerta? —tartamudeó el primo que recibió la respuesta positiva de Daniel causando que este se llevase las manos a la cabeza  y dejandolo en completo silencio—

Sergio Marquina: No puedo creerlo. —dijo asombrado el primo más allegado a Alexandra que inmediatamente echó a llorar desconsolado y que Ramiro se acerco a consolar—

Sebastian al escuchar las palabras que aquellos jovenes habían pronunciado soltó el vaso de agua que sostenía en sus manos y sin pensarlo dos veces se introdujo en la habitación de su difunta novia, Julio Marquina comenzaba a subír las escaleras con los oficiales de policía y el equipo de paramedicos que apresuraron el paso al escuchar un conflicto que exploto en aquella lugubre habitación.




Errores MortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora