Don Sabino se abalanzó sobre Sebastian y lo golpeó tantas veces le fue posible mientras gritaba sin control y los miles de intentos de parte de la familia por separarlos fallaban.Sabino Borges: ¡Tú la mataste asesino! Ahora te voy a quitar la vida yo a ti. —gritaba sin control a la vez que impactaba sus puños llenos de ira en la cara del joven Ortíz—
Sebastian por su parte solo intentaba protegerse y hacer entrar en razón a su por ahora ex-suegro a la vez que pedía que se detuviera.
Sebastian Ortíz: Detengase señor —decía agitado el joven— ¡No he sido yo! ¡Se lo juro! jamás le haría daño a Alexandra —gritaba mientras era brutalmente atacado por Don Sabino—
Sabino Borges: ¡Todos vieron como le llamaste zorra maldito asesino! Tus celos te llevaron a quitarme a mi hija, jamás te voy a perdonar esto. —su furía aumentaba considerablemente—
La pelea duró poco, fue interrumpida y separada por la policía que no tardó en hacer conjeturas precipitadas. Vieron a la joven muerta en el suelo, un padre enfurecido atacando, una madre desmayada y un joven siendo agredido. No tardarón en cometer el error de detener a Sebastian Ortíz como sospechoso pero antes de que lo sacarán de la habitación para pedir explicaciones una voz detuvo el procedimiento. Mientras que los paramedicos hacian lo posible por salvar a Alexandra Borges.
Enrique Solís: Detenganse oficiales, aún no sabemos que ha pasado aquí. No hay completa seguridad en que ese joven sea el asesino. —dijo en tono serio—
Sabino Borges: ¡¿Que haces Enrique?! ¡Deja de interferir en la justicia! Ese malnacido tiene que pagar lo que le hizo a mi pequeña —concluyo para que sus ojos volvieran a soltar lagrimas y su molestía se volviera más notable—
Enrique Solís: Calma Sabino, no estás siendo razonable ahora. No es justo que descargues tú dolor con este muchacho sin tener la certeza de que él es culpable.
Sabino Borges: Pues si lo quieren así, nadie saldrá de este lugar hasta que la policía determine la culpabilidad de esta escoría —miro a Sebastian con ira— o en su defecto la persona que sea culpable.
Las puertas de la Mansión Borges fueron cerradas por ordenes del dueño y la policía envio efectivos para que la vigilarán durante toda la investigación. Los paramedicos sacaron el cuerpo de la joven Alexandra y la llevarón sin vida al departamento de Medicina Forense. Dentro de la casa había mucha tensión Don Sabino acababa de ordenar que nadie saliera de la casa durante la investigación y la policía había aceptado la petición del magnate. Cualquiera que saliera de la casa sería enviado a prisión para ser investigado ahí. Don Sabino se dispuso a salir de la habitación cuando fue detenido por su hermano menor Manuel.
Manuel Borges: Sabino ¿no crees que estás siendo demasiado severo con nosotros? No creo que sea la mejor manera confinarnos a todos a estar aquí encerrados. ¿De verdad sospechas de tú familia? —preguntó tomandole del brazo—
Sabino Borges: Si no estás de acuerdo con la orden que dio la policía, puedes retirarte con ellos a ser investigado en una celda. —jalo su brazo de forma brusca y siguió caminando sin voltearle a ver—
Don Sabino fue a su habitación donde ya se encontraba su mujer reposando en la cama después de su desmayo. Tomo asiento en su lado de la cama para luego poner las manos en su cabeza y comenzar a llorar desconsoladamente. En otra parte de la mansión se encontraban los Marquina debatiendo acerca de lo que había ordenado su cuñado Sabino.
Sandra Marquina: Esto que sucedió es una tragedia, de verdad que no sabría que haría yo en el lugar de mi hermana y de su esposo. —dijo con angustia—
Enrique Solís: Es increíble que algo así haya pasado, es primera vez que vivo algo así. —afirmo nervioso y siendo consolado por su esposa—
"Primera vez que vivo algo así?" —pensaba Julio Marquina que encontro completamente sospechosa esa afirmación. Este hombre tiene más de cuarenta años y dice que nunca ha vivido un asesinato de cerca... Bueno mejor dejo de hacer conjeturas porqué parece que esta situación ya me esta afectando de sobremanera.
Sandra Marquina: ¿Julio estás bien? —preguntó la preocupada hermana viendo a Julio perdido completamente en sus pensamientos.
Julio Marquina: Está todo bien hermana, solo estoy algo conmocionado por lo que acaba de suceder. Si me disculpan ire por algo de tomar para calmarme un poco. —dijo de manera educada y amable para luego retirarse—
Julio se había retirado con su cabeza llena de pensamientos todos apuntando a Enrique como posible asesino de su sobrina, cosa que lo hacía sentirse mal por estar juzgando de forma precipitada a una persona por una sencilla afirmación. Mientras que Sandra se había quedado por completo anodadada por las palabras que había pronunciado su marido.
Enrique Solís: ¿No notaste que Julio se ha estado comportando de manera extraña? —pregunto el esposo de Sandra—
Sandra Marquina: Cualquiera actuaría extraño en una situación como esta Enrique, Julio sería incapaz de hacer lo que estas pensando. —le regaño aunque la duda había quedado sembrada en su cabeza—
Los Borges también tenían su pequeña reunión en otra parte de la casa, conversación que era dirigida por Andrés Borges y donde participaba su esposa Melissa Diaz y su hermano menor Manuel Borges.
Andrés Borges: Esto es trágico por donde se vea, me partió el corazón escuchar llorar a mi hermano de esa manera. —dijo limpiando su rostro con un pañuelo—
Melissa Diaz: Es muy duro lo que esta pasando mi amor, debes ser fortaleza para tú hermano mientras estemos aquí. Aunque estaba pensando en ir a dejar a los niños a casa de algún amigo porqué mañana tienen deberes en sus colegios.
Manuel Borges: ¿Acaso no escucharón a Sabino? Nadie sale de aquí hasta que la policía determine quien es el culpable.
Andrés Borges: ¿De que hablas Manuel? Sabino jamás sospecharía de nosotros.
Manuel Borges: Si no me creen, podemos intentar salir de aquí por la puerta. ¿Se animan? —preguntó para luego recibir una respuesta afirmativa y dirigirse a la entrada principal.
Las dos familias habían llegado al mismo fin, estaban dispuestos a retirarse del lugar por lo que caminaron hasta la entrada principal donde para su sorpresa los esperaba lo que tanto temían. La puerta estaba bloqueada por policías que evitarón su salida de la casa e informaron con educación que no podrían salir de ahí hasta que la investigación concluyera.
Los Borges y los Marquina se disponian a protestar elevando la voz en la casa de Don Sabino que no tardo en hacer presencia para calmar el escándalo que se estaba formando en la entrada de su casa. Una silueta que estaba en las escaleras interrumpió la protesta:
Sabino Borges: Nadie saldrá de aquí hasta que se sepa quien fue el o la asesina de mi amada hija. Así que dejen de causarme más problemas y cooperen. —dijo Don Sabino en una faceta en la que jamás le habían visto—
Desaliñado y con una botella de alcohol en la mano que daba entender lo mucho que había estado tomando esa noche.
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Errores Mortales
Mystery / ThrillerEn una peculiar reunión familiar ocurre un suceso que cambiaría por completo la vida de una perfecta familia de la alta sociedad. Un asesinato inesperado desemboca una investigación de la que nadie será lo suficientemente inocente para no ser un sos...