Capítulo 5: Resultados

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Todo mundo se quedo en silencio, lo que estaba por anunciar el detective sería clave en la hora de sospechar y nadie estaba lo suficientemente preparado para ese momento. El detective hizo una pausa para luego abrir la carpeta que traía en sus manos, procedió a sacar el documento y leer en voz alta los resultados del departamento forense.

John Walton: "Después de realizar todas las pruebas correspondientes el cuerpo de la joven Alexandra Isabel Borges Marquina hemos determinado que la causa de muerte fue debido a una envenenamiento del sistema digestivo provocado intencionalmente conclusión a la que este departamento llega por encontrar fuertes cantidades de Mixilato compuesto la hora de muerte aproximada fue entre las diez con treinta minutos y once de la noche" —exclamó el detective con voz fuerte y clara— Lo que sigue en este documento es irrelevante para lo que nos concierne a las personas que estamso aquí. —concluyo—

Sabino Borges: Así que mi amada hija fue envenenada detective —dijo agachando su mirada para después preguntar algo que dejaría sin palabras a sus familiares— eso significa que todos los que estan aquí son sospechosos —preguntó—

John Walton: Efectivamente señor Borges —contestó— eso lo incluye a usted también.

Sabino Borges: Como se atreve a sugerir algo así... —dijo molesto para después guardar silencio por un momento— Tiene razón... por lo mismo pongo a su disposición toda mi casa y lo que usted necesite registrar de mí. No tengo nada que temer y mi familia tampoco, lo dejo para que comience en su labor detective —el señor Sabino dio media vuelta para subir las escaleras y retirarse del lugar—

John Walton: Se lo agradezco Don Sabino. Bueno cada uno de ustedes puede seguir en lo suyo por ahora me limitare a dar una vuelta por la mansión para formularme ideas que me ayuden en este caso. Con su permiso —dijo para retirarse del lugar y comenzar a indagar por la mansión—

La labor del detective a penas comenzaba no era más que su bienvenida aquella que empezaba poniendo en su respectivo lugar a todos los habitantes de esa mansión dejando muy en claro que hasta los menores entre sus familias eran sospechosos para él. Todos quedaron completamente perplejos al escuchar como Don Sabino tenía la claridad para dejar que el detective investigará la mansión donde se encontraban las pertenencias de ellos además de incluirlos en la lista de posibles asesinos de su hija. Era una situación dramática para cualquiera excepto para el detective Walton que se paseaba por la mansión con tranquilidad y absoluta concentración con la cabeza llena de pensamientos que desfilaban sin parar por su amplio y desarrollado razonamiento.

"Esta morada es gigante y carece en absoluto de sencillez" Me hace más aun colocar a toda esta gente en el cajon de sospechosos, es lógico para mí pensar que cualquier señor de la alta sociedad crea que puede cometer un crimen y salir impune de este" —surgió el primer pensamiento que fue suprimido por otro casi de inmediato— "¿Tendrá que ver algo el nucleo familiar de la joven?" —pensaba mientras recorria el pasillo principal del primer piso de la mansión. "Es una posibilidad ¿pero bajo que razón un padre,madre o hermano mataría a una joven como Alexandra... Envidia, resentimiento, ambición. Esos podrían ser los motivos pero ¿mataría alguien a un hermano por envidia? no sería el primer caso. Tendré que averiguar sobre los hermanos de Alexandra para comenzar, aunque no dejare de lado a sus padres" —los pensamientos del detective lo sacaban de la realidad que cayo de golpe al darse cuenta que ya se encontraba en la habitación donde había sucedido el crimen—

John Walton: Con que aquí fue que la vida se despidió de ti Alexandra. Es una hermosa habitación —pensó— Eras muy bonita, tomando en cuenta esto. Podrías haber sido asesinada por envidia, celos, obsesión hay tantos motivos que pueden pasar por la mente de un asesino no tengo la menor duda de que averiguaré quien te mato. —el detective hablaba con la foto de la hija de los Borges cuando de pronto fue interrumpido por Enrique—

Enrique Solís: ¿Hablando con los espiritus detective? Vaya que es un profesional —dijo sarcastico—

John Walton sonrió y sin mirarle contestó su burla con un mensaje tan fuerte que hizo que Enrique perdiera todo animo de seguir en la habitación.

John Walton: Vaya que es cierto lo que dicen. "los criminales siempre vuelven a la escena del crimen" —contestó— Le aconsejo que no interrumpa mi investigación señor Solís. Los muertos podrían decirme que fue ústed el culpable y haría menos entretenida la investigación.

Enrique Solís: ¿No es poco ético que me acuse de esa forma sin pruebas? —respondió con molestía para luego preguntarle: ¿Como sabe usted mi apellido? —la expresión de Enrique era de total asombro—

John Walton: Verá señor Solís, antes de llegar aquí me tome toda la madrugada al ser informado de este caso para investigar lo más que pude sobre cada uno de ustedes. Se todo lo necesario sus nombres, sus edades entre otras cosas que no son relevantes para comentar. Respondiendo a otra duda. Si usted sabe que no es culpable... ¿Porqué se siente ofendido? —se giro para mirarlo buscando alguna reacción en los ojos de aquel varon que se atrevía a cuestionar su forma de investigar—

Enrique se quedo en silencio y no pudo argumentar ante la lógica del detective que sonrio nuevamente al verlo retirarse de la habitación de la joven.

John Walton: Tenga buen día caballero —dijo sin obtener respuesta— Bien ahora lo más adecuado sería que la policía científica busque evidencias en este lugar. Necesitaré un expediente de cada habitante de la casa para conocerlos mejor y conocer sus pensamientos sobre quien mato a la joven bajo criterios ajenos a mí. —pensó el detective mientras salía de la habitación—

El detective se encaminó hacia a la habitación del dueño de la casa guiado por la sirvienta Marlen que educadamente se ofreció a encaminarlo. Una vez ahí el detective llamó a la puerta donde fue recibido por Don Sabino.

Sabino Borges: Detective que sorpresa. ¿necesita revisar algo en mi habitación? —preguntó el dueño de la casa—

John Walton: Por ahora no será necesario —respondió— vengo a comunicarle que llamaré a una psicologa que siempre trabaja conmigo para levantar un expediente psicologico de cada habitante de la casa. Espero que no haya inconveniente con esa decisión —dijo en tono serio—

Sabino Borges: Ninguna, puede proceder. —respondió el educado magnate—

John Walton: Me alegra escucharlo, haré las llamadas correspondientes. La policía cientifica también estará aquí para darme pistas de quienes estuvieron en la habitación de su hija esa noche. —comentó—

Sabino Borges: Gracias por comunicarme todo detective. Lo dejo por ahora en sus labores mi esposa se encuentra muy afectada todavía. —se despidió para luego cerrar la puerta de su habitación—

John volvio al primer piso luego de hablar con el dueño de la casa, se detuvo en medio de las escaleras para comunicar lo que estaba por suceder en la mansión cuando de pronto sin ninguna razón aparente Manuel Borges se abalanzó sobre él.








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