Capítulo 13: Obsesión

46 8 0
                                    


Nadie pudo reconocer a aquel varón que cruzo entre los familiares, su rostro lleno de ojeras y su barba de días oculto su elegante identidad, se trataba del detective Walton que después de rondar cada parte de la casa y escuchar en secreto a todos los habitantes de la misma pudo crear la verdadera lista de sospechosos que llenaban sus expectativas. La lista fue terminada y comenzo su rumbo hacia el despacho de la psicologa que ya estaba por retirarse de la mansión.

John Walton: Buenos días —dijo el detective con un rostro completamente diferente al que la señorita Adela conocía—

Adela Fajardo: ¡Dios mio! —exclamo— ¿se encuentra bien detective? —pregunto angustiada al ver la expresión del detective y su presentación—

John Walton: Sí, descuide señorita. Disculpe mi presentación pero me tome el tiempo necesario para estudiar y preparar lo que traigo hoy en mis manos. —dijo limpiando sus ojos y estirandose al mismo tiempo—

Adela Fajardo: Ya veo —respondió la psicologa no conocía esta faceta del detective, por lo que evito hacer más comentarios al respecto— ¿que trae con usted? —preguntó nuevamente—

John Walton: Verá señorita Adela, aquí se encuentra mi lista de posibles culpables real ordenados según las sospechas que tengo de cada uno, me base en lo que he visto durante he estado en este lugar, por lo que necesitaré saber a donde a llegado la evaluación de cada una de las personas por las que preguntaré —respondió—

Adela Fajardo: Pero detective, supongo que usted ha observado detenidamente cada una de las sesiones —dijo referiendose a la cámara que estaba instalada en el despacho— ¿para que necesita esto? 

John Walton: Se equivoca mi estimada Adela, la cámara solo lleva un registro policial de cada una de las confesiones. Documentos que ayudarán al momento de un juicio. No tendría el suficiente tiempo para ver los testimonios y rondar por la casa. Durante usted los evaluaba, yo me tope con muchos eventos interesantes y ahora usted me ayudará a fundamentar mis sospechas —dijo en tono serio—

Adela Fajardo: Está bien detective, ahora comenzamos —dijo abriendo un cajon del escritorio que contenía todas las evaluaciones que había realizado durante su estadía en la mansión—

El detective puso la carpeta que traía consigo en la mesa y seguidamente saco el contenido de este, una hoja que contenía los posibles culpables ordenados por orden de sospecha. La verdadera lista que le costo casí tres días sin comer ni dormir adecuadamente. 

John Walton: Bien no le diré el orden de culpas, para que su respuesta no se acomode a mi sospecha. Ire mencionando nombres sin que usted sepa en que posiciones de la lista se encuentran y usted responderá mis preguntas.

Adela Fajardo: Me parece interesante, adelante —incitó a comenzar—

John Walton: Bueno porqué no comenzamos con Manuel Borges, empiece hablandome un poco de lo que percibió en su personalidad.

Adela Fajardo: Bueno verá, si tuviera que describir a Manuel Borges sería con la palabra trastornado —dijo para luego tomar aire y comenzar a explicarse— este hombre me preocupa bastante y es un buen candidato a tener en cuenta al momento de seleccionar al culpable. Manuel Borges es una persona con muchos trastornos mentales, estuve media hora con él solo para hacer que me hablara con tranquilidad, al parecer tiene un trauma con los psicologos ¿sabía algo de eso? —preguntó—

John Walton: Ahora que lo menciona, hubo un evento donde me atacó el señor Manuel y tuvo que ser retirado por sus hermanos justo cuando informe que la llamaría a usted y su hermano Andrés me comento de ese trauma. Aunque no puedo negar que me intriga que lo considere un buen candidato como sospechoso —respondió—

Adela Fajardo: Esto confirma el análisis en ese aspecto, pero siguiendo en mis argumentos para llamarle trastornado pude confirmar una relación completamente tóxica entre Manuel Borges y Alexandra Borges, según tengo entendido todos confirmaron que la relación entre Alexandra y sus familiares era muy corta y aunque realmente era así de alguna manera este señor tenía una obsesión aberrante y completamente peligrosa con la joven. Él básicamente la idolatraba, era su diosa por la forma tan grotesca y bizarra con la cual se expresó. —decía la psicologa con una expresión que descalificaba la actuación de Manuel—

John Walton: Manuel Borges obsesionado con Alexandra... —repitió el detective antes de que su cabeza comenzará a dar mil vueltas armando un pequeño rompecabezas imaginario en ella—

Fue ahí cuando John Walton visualizo a Manuel Borges asesinando a Alexandra por su obsesión, los celos de verla con Sebastian harían que este tomará la retorcida decisión de quitarle la vida y así mismo lo hizo. ¿pero porqué envenenarla y en que momento? —pensaba el detective— estando tan obsesionado debio satisfacer sus bajas pasiones con el cuerpo de Alexandra y el informe forense no determino abuso sobre ella. Esto está bastante raro —los pensamientos consumian al detective que fue traído devuelta a la realidad por la psicologa—

Adela Fajardo: Pudo darse en cualquier momento el envenenamiento de la joven por parte del tio Manuel Borges, debido a que este menciono que después de comer se fue a pasear por el segundo piso un momento y se detuvo un momento en el baño cuando escucho los gritos de Marlen para luego encontrar a la joven en los brazos de sus padres —agregó la psicologa—

John Walton: Todo cuadra más ahora, pero no podemos dar por sentado algo sin la coartada adecuada y las respectivas pruebas. ¿Manuel sospecha de alguno de los miembros de la familia? —pregunto el detective—

Adela Fajardo: Pues es interesante que me pregunte sobre eso, ya que me intrigo mucho la reacción de Manuel Borges cuando realice la misma pregunta. —dijo poniendose seria— ¿Para usted quien es él culpable, pregunté y el se quedo en silencio por un buen momento. Luego agacho su mirada y con una voz muy baja me dijo: Si respondo a eso me meteré en muchos problemas y no quiso decir nada más —contestó la psicologa—

John Walton: Eso es demasiado sospechoso señorita Adela, no cree que eso suponga que este asesinato fue algo planeado por varios integrantes de la familia —dijo mientras se rascaba la barbilla—

El detective hacía conjeturas junto a la psicologa cuando de pronto un fuerte grito llamo su atención, la persona que llamaba de manera alterada no tardó en cometer una acto inimaginable...



Errores MortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora