Capítulo 8: Impresiones

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La puerta se abrió y ahí estaba Sandra Marquina invitandole a su hermano a la reunión que se estaba realizando en el salon principal de la casa. Julio tenía una cara de impresión muy extraña en él que preocupo rápidamente a su hermana.

Sandra Marquina: ¿Te encuentras bien Julio? Te noto preocupado —dijo la mayor de los Marquina—

Julio Marquina: Sí Sandra, nada de que preocuparse es la situación la que me tiene algo tenso. —respondió con un tono más normalizado—

Sandra Marquina: ¿Seguro? ahora nos están llamando abajo, pero si quieres puedo excusarte con el detective y bajas cuando estes más tranquilo.

Julio pensó en aceptar la oferta de su hermana, pero antes de decir que sí una idea perturbó su mente de inmediato.  ¿Será que pensarán que no bajo porqué estamos preparando una coartada? —pensó y luego respondió—

Julio Marquina: No te preocupes hermana, esta todo bien. Nos vemos abajo en unos momentos que Sergio no está listo aún. —fingió tranquilidad—

Sandra Marquina: Bueno Julio si tú lo dices, nos vemos abajo. —la conversación finalizó y Julio cerró la puerta—

La cabeza de Sandra seguía siendo atormentada por tanta sugestión de parte de su esposo y de su hermano mientras se dirigía a la reunión de la que había sido notificada por la sirvienta Marlen. Una vez ahí pudo notar la presencia de su hermana Elizabeth a la que no se acerco al ver el semblante tan molesto que tenía. Sabino y su esposa se encontraban completamente en silencio esperando la razón de la cita en el salon principal de la Mansión Borges.

John Walton se puso de pie y al notar que ya llegaban los últimos habitantes correspondientes a la familia Marquina se dispuso a comunicar el siguiente paso de la investigación.

John Walton: Buenos días familias Borges & Marquina —dijo con completa elegancia y el acento que lo caracterizaba—  espero que hayan descansado bien —sonrió mientras se acomodaba la corbata— permitanme comentarles que ya la investigación paso a segundo nivel.

"¿Segundo nivel?" —se preguntaban los sospechosos. Algunos en voz alta y otros susurraban a la persona que más cerca tenían.

John Walton: Lo que escucharón. Segundo nivel hace poco mencione que ya tenía una idea de quien es el asesino de Alexandra Borges, por lo tanto he decidido que para hacer más certera mi sospecha podremos confirmarlo realizando una evaluación psicologica en cada uno de los habitantes de esta casa por separado. Con el fin de conocerlos mejor —finalizó—

Enrique Solís: ¿Es necesario esto para la investigación? —preguntó—

John Walton: Si no lo fuera, no lo estaríamos haciendo señor Solís. ¿Tiene algún problema de charlar un momento con nuestra especialista? —sugirió culpabilidad el detective—

Enrique Solís: Ninguna, solo preguntaba —contestó para luego colocar un semblante amargado y quitar la mirada de la reunión—

John Walton: —sonrió— en ese caso, les comentó. Cada uno pasará por orden sospecha. —dijo serio— En este momento Andrés se encuentra hablando con la psicologa. 

Sabino Borges: ¿Orden de sospecha? —preguntó—

John Walton: Asi es Don Sabino, pasarán por un orden basado en el índice de culpabilidad que tiene cada uno según mi opinión. Esto no significa que los demás esten libres de culpa. Son simples procedimientos que realizamos los detectives, no se presionen más de lo debido. 

Sandra Marquina: ¿Eso significa que Andrés es el primero en la lista de culpables? —miró al detective con intriga—

John Walton: Puede ser señorita —volvió a sonreir sin contestar de forma contundente la pregunta—

Sabino agachó la mirada, temía que su hermano resultará culpable del asesinato de su hija. Era algo con lo que sus pensamientos atormentaban su cabeza. ¿Mi hermano matando a mi hija? No podría soportar algo así —pensaba el mayor de los Borges— 

John Walton: Les advierto pasarán en una habitación a solas con la psicologa, que estará custodiada por miembros de la policía. Al asesino le dejo claro, no intente nada porqué las sesiones estarán siendo monitoreadas por una camara y en el primer intento de atentar contra la vida de la psicologa será abatido por la policía. Con esto terminó mi discurso, el desayuno está listo. Pasen a la mesa a comer —sonrió y luego se retiró sin un rumbo notorio—

Otra jugada maestra del detective acababa de suceder en el salon principal de la sala, acababa de hacer que las mentes de los invitados colapsarán. Todos temían el momento en que serían llamados ya que esto les haría enterarse de su nivel de sospecha. Muchos ni siquiera pudieron comer con los pensamientos que pasaban por sus cabezas.

El comedor de la mansión era un silencio absoluto y una guerra de miradas donde no habían bandos. Todos se preguntaban quien era el asesino, como podía estar tranquilo entre la familia el asesino. Aunque ¿quien no parece un asesino con tanto silencio? la sugestión paso a segundo plano cuando la primera persona se acerco a la esposa de Sabino.

Sandra Marquina: Hermana mia ¿como te encuentras? —le preguntó con temor a Elizabeth—

Elizabeth guardó silencio, estuvo un momento sin reaccionar hasta que Sandra decidió preguntarle nuevamente por su estado de animo y salúd. 

Sandra Marquina: ¿Elizabeth? —busco la mirada de su hermana—

Elizabeth giró la cabeza en dirección a ella y le lanzo la mirada más fulminante que ha existido en una mujer. En su mirada había de todo, era un conjunto de sentimientos apunto de explotar. Por una parte el dolor inmenso e incontrolable que recorría su cuerpo, seguido a eso la impotencia de no poder señalar a nadie y la ira que sentía en su interior. Todo se mezclo al momento que abrio sus labios para responder.

Elizabeth Marquina: ¡¿y a ti que te importa tanto como estoy?! ¿No será que te sientes culpable por algo? —había hablado por primera vez luego de despertar de su desmayo—

Sandra Marquina: ¡¿Que dices Elizabeth?! ¿Estás insinuando que yo fuí? —pregunto con mucha tristeza a su hermana—

Elizabeth Marquina: Cualquiera de ustedes pudo ser, a mi no me finjan dolor. Se que no les importo un carajo la muerte de mi angelito. Yo se que tú le tenías odio a mi hija ¿o acaso miento? —volvió a mirar con odio a su propia hermana—

Sandra comenzó a llorar frente a Elizabeth que no mostraba ningún sentimiento a ver a su hermana lastimada por sus palabras, el drama creció hasta que la puerta del despachó se abrió con la salida de Andrés y fue llamada la siguiente persona...







Errores MortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora