T R E S

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Capítulo tres: Niñeros, Mensajes y Nervios.

Traté de evitarlo el resto del día después de la clase de inglés.

Estaba ansioso por llegar a casa, pero luego me di cuenta, que tendría que hacer frente a Hoseok de una forma u otra, por lo que decidí tomar el caminó largo a casa.

Mis padres se irían aproximadamente dentro de una hora, y eso significa sólo una cosa: en una hora Hoseok estaría en mi casa, como mi niñero.

De: Mamá
¿Dondé estás, Taehyung? Nos vamos pronto.

Leí el mensaje de mi madre que acababa de recibir. Suspiré. Mi mamá era ese tipo de madre que estaba obsecionada con el tiempo.

Para: Mamá
Ya casi estoy allí, cálmate.

Y por cierto, todavía no sé porque necesito un niñero. Estoy en mi último año, tengo casi dieciocho años. No necesito un niñero.

Cuando entré a casa, vi a mis padres dando vueltas en la sala de estar cogiendo las cosas que necesitaban.

—Ya estoy aquí. —dije, pero no recibí ningún hola por su parte, lo único que recibí fue un par de espaldas.

Entonces sonó el timbre.

Me tensé por un segundó, y traté de relajarme. No quería que mis padres pensaran que era un paranoico o algo por el estilo, lo único que odiaba era que alguien pensase que estaba exagerando.

—¡Taehyung! —gritó mi madre desde la cocina— ¿Puedes abrir la puerta? Estoy un poco ocupada. Sé agradable. Seguramente es tu niñero. —me imaginé que mi madre no leyó mi mensaje, porque seguramenge me habría respondido algo como "debes aceptarlo, nosotros sólo queremos lo mejor para tí".

— Lo que tú digas. —murmuré entre dientes, caminando hacia la puerta principal. Ya que era una puerta de cristal, se podía apreciar la perfecta figura de un chico alto, vestido con pantoles negros y una camiseta que debía verse bastante bien en él, y realmente no necesitaba abrir la puerta para ver quíen era. Cuando abrí la puerta lo miré y dije:

— Hoseok.

Él sonrió, y ahora que me daba cuenta, me veía pequeño junto a él, parecía que él podía romper mis huesos con facilidad.

— Taehyung. —contestó.

— Adelante. —lo invité, fingiendo que era bienvenido en cualquier momento. Obviamente, no confiaba en él en absoluto. ¿Por qué iba a ser digno de mi confianza? Era un Playboy.

Un día te dice que te quiere y al dia siguiente esta con otra chica o chico y no vuelve a hablar contigo. Y si eres lo suficiente atractivo, te buscaría dos veces.

Ambos empezamos a caminar hacia la salan, y allí estaban esperándonos mis padres, una vez nos vieron, mi madre se acercó con una sonrisa deslumbrante.

—Taehyung, cariño, él es tu nuevo niñero, Hoseok. —nos presentó— ¿Ya se conocian?

Los dos nos miramos durante un segundo.

— No. —respondímos al unisono.

Cuando mis padres se fueron, no tuve sensación de falta, ya estaba acostumbrado a que me dejaran solo

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Cuando mis padres se fueron, no tuve sensación de falta, ya estaba acostumbrado a que me dejaran solo.

Hoseok había dicho que tenía que ir a recoger algunas cosas a su casa, ya que como era de esperar, había llegado tarde para conocer a mis padres y no tuvo tiempo de recoger sus cosas.

De: mochi
TaeTae, oí que JungKook va a ir a
una fiesta el sábado. No sé quien va a hacer la fiesta, pero debemos ir.
Dice que todo el mundo puede ir,
y yo sé que querrás ir por tu
ya sabes quién 🙄.

Inmediatamente me sonroje.

Jeon JungKook.

Había tenido un flechazo con él desde el primer momento que lo vi. Era completamente guapo, tenía una sonrisa de surfero caliente. De hecho, era uno. Siempre fuí tímido para hablar con él. Él no era un Playboy, pero era uno de los chicos más populares.

Así que, las probabilidades de gustarle eran pocas.

Para: Mochi

Obviamente iremos. No perderé
la oportunidad... No tengo que
gustarle, pero con miralo es
suficiente para mí.


— ¿Con quién hablas? —oí una voz profunda detrás de mí, salté, dándome un susto de muerte.

— Con nadie. —le respondí rápidamente, con ganas de cambiar de tema.

Cuando él sonrió, me pilló con la guardia baja y rápidamente me quitó el teléfono, y comenzó a leer los mensajes entre Jimin y Yo. Abrí los ojos con horror, y como auto-reflejo, traté de quitarle el teléfono antes de que pudiera leer el último mensaje.

Tonto por pensar que eso funcionaría.

En vez de conseguir el teléfono, Hoseok me bajó la cabeza hacia abajo, con sus dos brazos a cada lado de mi cabeza. Desde mi punto de vista, pude ver que el cuello de su camiseta colgaba, ví un colgante colgar de su cuello. Podía sentir su cálido aliento sobre mi oreja, y mi corazón no podía dejar de latir con rapidez.

— ¿Qué intentas hacer, Kim? —preguntó con voz baja, esa voz con la que todos parecían caer rendidos a sus pies. Me dí cuenta que utilizo mi apellido en lugar de mi nombre, seguramente unos de sus trucos.

Solo quería salir de su agarre, pero él habló.

— Siento que estos ocho meses van a ser geniales.








El Playboy es mi niñero © HopeV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora