D O C E

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Capítulo doce: Chico oscuro y misterioso, atrápame y bésame.

Narrador omnisciente

Estúpido.

Fué lo primero que pensó Taehyung, mientras miraba a Hoseok, intercambiar saliva con aquella misteriosa chica, en el patio trasero.

¿De verdad, Taehyung? Se cuestionó a él mismo.

La idea de tener, el menor atisbo de celos hacía eso, era bastante ridículo en la mente de Taehyung.

Hoseok no le importaba. Eso era todo lo que Taehyung sabía de él. Los playboy's eran todos iguales. Se pondrían de rodillas y rogarían para que te fueras con ellos durante unos días, tal vez incluso un mes o una semana. Entonces te dejaría por otra persona.

Lo único que Taehyung tenía en mente era correr. ¿Ser visto por el chico que supuestamente te gustaba? De ninguna manera. Él sabía que si Hoseok lo veía probablemente se reiría de él.

Desesperadamente, sacó el teléfono del bolsillo trasero de su pantalón y le escribió un rápido mensaje a su mejor amigo.

Para: Mochi
¿Dónde estás? Te estuve buscando
pero no te puedo encontrar con toda esta gente. Sólo quería decirte que
me iba. Te lo explicaré más tarde.

Tan pronto como terminó de enviar el mensaje, guardo su teléfono y comenzó a caminar hacia la puerta para salir de allí.

Entonces, de repente se dió cuenta que no tenía coche.

Que suerte la mía, pensó mientras se planeaba la frente en señal de frustración.

Estar en esa situación definitivamente no era nada divertido para Taehyung, y ahora que se daba cuenta, los chicos era un tema que debía olvidar. Todo lo que hacían era jugar con su mente y darle ilusiones y esperanzas con cosas que nunca sucederían, y que solo le harían perder el tiempo.

Una vez que Taehyung salió de esa casa por completo, se enfrentó al frío de la noche. Se abrazó a si mismo en busca de calor. Luego volvió a mirar a la casa de Jungkook. Cada momento de su ser en la fiesta de repente brilló en su mente. Ese beso parecía que nunca se iba a ir de su mente. No, no era su primer beso, pero si era su primer beso con Jungkook.

No había podido encontrar a Jimin en todo el tumulto de gente, nisiquiera le había respondido a su mensaje y pedirle ayuda a Jungkook era su último recurso. Por no hablar de Hoseok que probablemente estaría muy ocupado besándose con aquella chica.

Lo único que podía ver a través del oscuro callejón; eran las farolas que iluminaba la calle a cada lado.

Su casa estaba a siete kilómetros de la de Jungkook, por lo que tendría una caminata de alrededor de dos horas. Ciertamente se Sentía raro por varias razones. Una de ellas: dejar la fiesta sin nadie que pudiera llevarlo no había sido la mejor idea del mundo. Dos: que estaba helado de frío.

— ¿Qué demonios es lo que estás haciendo? —oyó una voz.

Sin mirar, sabía perfectamente que aquella persona que había preguntado iba en coche, no había duda, aunque la única duda que rondaba por su mente era porque no había escuchado el ruido del motor.

El Playboy es mi niñero © HopeV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora