V E I N T I S E I S

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Capítulo Especial

Capítulo veintiseis: Besos, Caricias tímidas y una entrega de amor.

Habían pasado dos días después de que Hoseok y Taehyung volviéran a ser novios.

Decir que se sentían felices se quedaba corto a todo lo que sentían. Tanto el castañito como el azabache, no se habían dado cuenta de lo mucho que se extrañaron.

Sus besos.

Sus sonrisas.

Sus caricias.

¡Dios!

Estaban y estan locamente enamorados.

El menor de solo recordar que cayó en la trampa de Jungkook engañándole con ese falso vídeo, provocando que Hoseok y él terminaran, le daba ganas de volver a golpearlo. Aunque agradecia que Mina se arrepintiera de lo que hizo al ayudarle a Jungkook en su plan y le contara toda la verdad a Hoseok. No es como si vaya a perdonarle solo porque decidió decir la verdad, pero si le estaba agradecido por hacerlo, ya que Hoseok y él estamos juntos de nuevo y esperaba que está vez sea para siempre.

Porque ya nada malo pasará, ¿verdad?

— Tae, las pipocas se están quemando.

El menor dió un pequeño brinco en su lugar, por estar ensimismado al recordar como era su vida antes y después de que Hoseok sea su niñero y su novio.

Miró a Hoseok parado con los brazos cruzados en la entrada de la cocina.
— ¿Qué? —preguntó, confundido.

— Dije que las pipocas se están quemando. —volvió a repetir el mayor, con una sonrisa burlona en los labios.

El menor recien sintió el olor a quemado y giró rápidamente la cabeza hacia donde se encontraba el microonda, y vió que salía humo negro de ella. Efectivamente las pipocas se estaba quemando.

— ¡Las pipocas se están quemando! —gritó.

Agarró la manopla y se lo pusó lo más rápido que pudo, para abrir la puerta del microonda y agarrar el sobre de las pipocas para microonda. Lo que se supone que debían de ser pipocas de colores, solo era de color negro y se pegaron las unas a las otras, como si se hubieran derretido. ¡Iugh!

— Las arruiné. —dijo Taehyung, soltando un suspiro. 

Hoseok se acercó y lo abrazó por la cintura apoyando su barbilla en el hombro izquierdo del menor.

— Si, las arruinaste. —dijo, soltándose a reír cuando el menor le dio un suave golpe con el codo en su abdomen— Pero no importa, de todas formas no soy fan de las pipocas dulces —continuó hablando, dejando un beso en el cuello del menor— Además —beso— las saladas —beso— Te salieron —beso— Bien.

El castaño cerró los ojos y estiró su cuello a un lado para darle un mejor acceso a la zona. Sentía que estaba comenzando a excitarse con solo unos cuantos besos en su cuello. Dió la vuelta en su lugar, para estar cara a cara.

— Ve escogiendo una película, yo haré el otro envase que sobran de las dulces.

— Pero yo quería hacerlas. —protestó, haciendo un puchero.

— No te preocupes, te daré algunas clases de cocina. —dijo el de cabellos azabaches riendo.

Taehyung frunció el ceño e inclinó su cabeza a un lado, una costumbre suya cuando no entendia algo.

— Las necesitas; eres un peligro en la cocina, príncipe. —continuó hablando para reír aún más.

Fingiendo estar enojado, el menor le tiró el envase de las pipocas quemadas y la manopla al salir para escoger alguna película.

El Playboy es mi niñero © HopeV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora