Capítulo VI

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Amor.

¿Saben realmente el significado de la palabra "ambición"?
Por mucho tiempo creí saberlo, me estaba mintiendo. Pensaba que sólo era una simple palabra para describir cuando quieres algo, un deseo de tener algo y ya. Pero que ese deseo se te pasa.

El trabajo ya es más pesado cada vez. He tenido más violaciones de las cuales perdí la cuenta.
Solamente no entiendo porqué mi vida es tan miserable, paso de desgracia a desgracia. Pienso que el destino me dio toda esta basura por algo ¿Será que hice algo malo? O simplemente así es mi vida. Y no puedo cambiar eso.
Lo más triste de esto es que después de todo estás solo, podrás estar rodeado de mucha gente, estar con demasiados hombres. Pero al final estás solo, no tienes amigos, familia... alguien al quien amar.
A pesar de tanto sexo, realmente no he amado, no siento conexión alguna, solamente gemidos y caricias. Nada más es satisfacer al otro.
<Anda hermosa, muévete>un señor algo viejo me estira un billete. Estoy en un tubo bailando en ropa interior y tacones, ya que todos los cuartos están ocupados.
Me aferro del tubo y bajo lentamente mi culo hacia el señor. Siento que lo toca y da una ligera palmada, me giro y con una mano tomo el billete.
Detrás del hombre llega otro, este lleva consigo una bebida en la mano, con su dedo me indica que me acerque.
<Cariño, este hombre no merece que endulces sus ojos>susurra en mi oído, le sonrío y bajo del tubo<Vamos a un privado>me extiende su mano y la tomo, el otro hombre para quien le estaba bailando me arrebata el billete, pero no le presto atención.
Un privado no es un cuarto, es un apartado con cortinas donde platicas y haces un trabajito, saben de lo que hablo.
Antes de llegar, pasamos por la entrada, donde un rostro conocido me distrae y por poco me hace caer. Es el chico que vino una vez, es extraño que lo recuerde ya que normalmente olvido los rostros de los que me controlan.
El chico con sus ojos hipnotizantes me logra ver, sus labios se mueven dejando ver una leve sonrisa, con los manos en los bolsillos entra al lugar.
Pero el hombre con el queque estoy tira de mi mano metiéndome al privado.
<Ahora si hermosa>ruedo los ojos sin que me vea.
Se lanza a mis labios con fuerza, el golpe fue duro e inesperado pero aún así no lo detengo.
<Señor, los cuartos están ocupados>interrumpo cuando siento sus manos queriendo quitar mi ropa interior.
<Oh no hermosa, solamente te quiero ver... bien>No.
Sigue con su acción, me quita mis bragas dejándome completamente desnudo, él se sienta en el sofá.
<No>su voz se hace grabe cuando me niega sentarme junto él<Baila>avienta mi cuerpo frente el suyo y me ordena<Baila maldita sea>paralizado lo miro, él tiene sus sucios ojos en mi, me mira con deseo pero esa mirada a mí me incomoda.
Tartamudeo pero es inútil. Mi cuerpo empieza a moverse lentamente, me acaricio mientras bailo. Escucho al señor maldecir y suspirar.
Siempre siento que cuando hago esto, es aún peor que la última vez. Tal vez lo sea. O simplemente aún no me he acostumbrado a este trato.
Pero por lo menos les vacío sus carteras.
Para no hacer esto tan largo, se los resumo, el hombre, a pesar de que se lo dije, terminó manipulándome hasta tener sexo con él.
No me pagó nada, y por insistirle recibí un golpe en la mejilla. Gajes del oficio. Supongo.
Pero aquí no hay tiempo para llorar, ni siquiera para mostrar expresión alguna de infelicidad, pero que realmente a nadie le importa.
Salí del privado y de nuevo subí a un tubo, los pies me mataban, podía sentir que algún momento me colapsaría frente todos.
No lo llamaría rescate pero el chico que se quedó en mi mente caminó hasta mi mesa con las manos en los bolsillos. Él me sonrió ligeramente pero no sé la devolví, seguí con mi trabajo.
A pesar de su presencia, seguí bailándole a hombres y dejando que me tocaran, él no lo hizo, solo miraba y cuando chocábamos miradas, me sonreía.
<Way>el pelón se paró frente la mesa del tubo, deshizo sus brazos cruzados y con una mano me indicó que bajara.
<Dime>torpemente bajé.
<Es el jefe, está aburrido y me pidió que te llamara>lo último de "ánimos" que me quedaban se desvanecieron.
Es el jefe y no puedo oponerme.
Pero alguien más si.
<No, espera>el chico se interpone en nuestro camino.
<Niño, no molestes>se intimida un poco por el calvo.
<Y-ya era mi turno de estar con... ella>saca su billetera y saca dos billetes.
Me mira y esta vez si le sonrío.
<Pues vas a tener que esperar>prefiero mil veces estar con el chico que con el jefe.
<Adiós>bajo la cabeza y sigo caminando. Él no va a esperar, el jefe de toma su tiempo. Nadie cuerdo esperaría tanto por una puta.

Con las sábanas en mi cuerpo desnudo, me giro y veo el reloj de mesa. Son apenas las dos de la madrugada, me giro de nuevo para ver a mi jefe con desprecio.
Con cuidado empiezo a vestirme y salgo del cuarto, aún hay música en el prostíbulo.
La noche fue un fracaso y no gané nada bueno, no me sirve de nada quedarme más tiempo.

Me puse mi ropa, la que realmente me gustaba, esa que me hacía ver como un chico normal.
Miré el lugar una vez más antes de salir.
<Gerard>al escuchar mi nombre busco la persona que me llama.
Por otro lado, mientras sigo buscando, el chico se pone en mis ojos.
<Oye, ya terminé>tallo mis ojos soñolientos.
<No>no era sorpresa, de todos modos la gente terminaba manipulándome.
No tengo idea de porqué pensé que este chico no era igual a los demás que vienen.
Desearía algún día desaparecer, al fin, nadie se enteraría.
<Ven>me toma de la muñeca y camina.
Caminamos por un par de cuadras, las calles estaban muertas y el silencio dominaba. Nos debemos en una calle, frente una tienda de veinticuatro horas. El chico se sienta en la acera y de su bolsillo saca una barra de chocolate.
<¿Quieres?>me siento junto él, parte la barra por la mitad.
<Gerard>llama mi nombre, sus ojos mirar los míos<No te mentiré, realmente eres lindo>siento mi rostro sonrojarse, suelto una risita mientras ligeramente niego.
<Créeme, lo dices por mi apariencia, realmente estoy manchado>como de la barra. Inesperadamente su mano se posa en mi mejilla, levanto la mirada de mi barrita y lo miro.
Me da una sonrisa, una sonrisa para el perfecto momento.
<Como digas>gira los ojos como burla.
Hubo un silencio, terminamos con el chocolate pero permanecimos sentados.
<Gerard>esta vez al escucharlo pronunciar mi nombre me causa una sensación de calma<No eres feliz>habla con calma.
<Oh no, lo contrario, me encanta mi vida, no sabes cuanto adoro que tomen mi cuerpo ah y que se hagan los machos conmigo. Carajo me fascina>nota mi muy evidente sarcasmo.
<Entiendo>no, no lo haces<Mira... apenas y me conoces, nos hemos visto dos veces>apega su cuerpo al mío<Pero hay algo en ti que hace que quiera conocerte>muerdo mi labio aguantándome las ganas de sonreír.
<No hay nada nuevo que puedas saber, y si lo hubiera dudo mucho que realmente te interese saber>en una vida como la mía haces lo posible para evitar salir aún más lastimado e infeliz.
<Ya deja de decir eso>levanta la voz y me besa, después de eso rápidamente se pone de pie<Intentaba animarte, pero veo que ni siquiera te preocupas por tu felicidad>su tono de voz se suaviza.
<Solamente no quiero salir lastimado>hablo para que mo se vaya.
<¿Parece que quiero lastimarte?>siento una punzada dentro de mí y mi garganta hacerse nudo.
Ha sido bueno conmigo, incluso en el sexo.
<Está bien>digo aún sentado en la acera<Puedo faltar mañana al trabajo>tomo postura para verlo bien.
<Te veo aquí a medio día>emboza una sonrisa<Y me llamo Frank>da la vuelta y camina por la oscuridad.
Sé porqué acepté, por la ambición. Por su verdadero significado
"Deseo intenso y vehemente de conseguir una cosa difícil de lograr"

Amor.



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No sé si escribí bien el capítulo, no siento que sea una mierda pero tampoco estoy satisfecha.
Ah y hay nueva portada.

&quot;Trying to forget him&quot; [frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora