"Trying to forget him" [frerard]

Capítulo III

Trabajo, esfuerzo intelectual. Trabajo.

Crecí en ese orfanato por lo que restaba de mi niñez y toda mi adolescencia, las personas por más que intentaron buscar a alguien relacionado a la familia no pudieron encontrar nada, significa que estoy solo en el mundo.
Dormí un par de días en la calle una vez que me volví adulto y el gobierno ya no tuvo que hacerse responsable de mí.
No pienso mucho en mi madre, la verdad me di cuenta que fue lo peor que me pudo pasar, además, fue su culpa que mi hermano y ella ya no estén aquí.
También he visto y sentido muchas cosas conforme fui creciendo. Aprendí el significado de "violación" y me di cuenta que fui víctima de una, pero ya es muy tarde para hablar.
Algo sí aprendí de mi madre y es que todos esos hombres no nos recogían porque sí, así es como ella se ganaba la vida, vendiendo su cuerpo a cada quien ofrecía dinero. Y es lo que estoy a punto de hacer.
La gente me mira muy extraño, con el poco dinero que me quedaba compré unos tacones, vestía una falda corta color negra y un top rosa, también tenía puestas unas bragas, son demasiado incómodas pero supongo que tendré que acostumbrarme a la sensación. No puedo juzgarlos, no es algo que ves a diario.
Caminé hasta la esquina de una calle popular por ser la más conocida de recoger zorras.
Hay entre mí mujer que visten como mi madre solía hacerlo, también veo uno que otro hombre vestido como yo.
Veo como una por una es recogida, es mi primera vez haciendo esto, supongo que me falta algo de expresión pero ¿Quién podría tener ánimos para dar su cuerpo a cambio de una miseria? Es almo masoquista si te gusta.
Por suerte, cuando iba perdiendo la esperanza, una camioneta vieja y oxidada de detiene frente mi, al principio no miro a quien está dentro para evitar sentir repulsión.
<Hola hermosa>se escucha su voz rasposa, me da asco y no puedo creer en lo que me he metido.
<Hola>intento decir de la manera más normal.
<¿Cuál es tu precio?>se estira para abrirme la puerta, yo entro en la camioneta aún con la cabeza abajo.
<Doscientos dólares, soy virgen>prácticamente lo soy, a menos que esos dos dedos cuenten.
<Un poco caro para ti, pero me gusta cuando están estrechos>siento su mano rasposa posarse donde mi falda termina y aprieta mi pierna, siento su mano subir hasta mis bragas.
<Vamos hermosa, no puedo esperar>suspira y vuelve a encender su camioneta. No entiendo por qué el llamarme "hermosa" ¿Les será atractivo o pensarán que me identifico como mujer? Sería bueno si por lo menos se interesaran un poco en ti, tan solo para preguntarte eso.
Condujo un rato, lo suficiente para que empezara a anochecer, orilló la camioneta debajo de un anuncio muy colorido de un motel.
<Estás divina>cuando bajé de la camioneta tuve que dar un brinco por la altura, cuando estaba en el aire mi falda se levantó ligeramente y él pellizcó mi trasero. ¿Por qué no me tocó un hombre normal en mi primera vez?
Fui el primero en entrar a la habitación que nos habían dado, me apresuré a caminar hasta la cama y me senté en ella esperando a que el hombre terminara de pasar, a sus espaldas puso el seguro de la puerta, al voltearse hacia mí relamió sus sucios labios y empezó a caminar.
<Se te nota lo virgen, no puedo negarlo>dijo al ver mi postrera nerviosa, me moví un poco hacia atrás lo que provocó que la tela de mi falda se levantara aún más hasta llegar a la mitad de mi muslo.
<Tranquila hermosa>caminó hasta llegar a mí y posó ambas manos en mis piernas subiéndolas dentro de mi falda, siguió subiéndolas y junto con ellas subía el elástico de la falda, la subió hasta que quedara sobre mi ombligo.
No puedo mentirles que estaba temblando, peor que una gelatina. Además que las manos del hombre eran rasposas y se sentían mal en mi piel.
<Quítate eso>su rostro se frunció y señaló al top rosado que vestía, obedecí de inmediato por reflejo.
Besó mi cuello salvajemente hasta tirarme de espaldas en la cama, sentía su cuerpo subir al colchón y rodearme.
Tomó mis manos, las subió hasta los costados de mi cabeza y las apretó, no había dolor.
<Condón>interrumpió su boca en la mía.
<¿Tienes?>molesto sostuvo con más fuerza mis muñecas. Asentí y se quitó de mi para permitirme ir por él, se encontraba en el bolsillo de mi chamarra.
Se lo di en la mano para que pudiera ponérselo, yo no quería ni ver su miembro, el hombre fue rápido y para cuando me volteé ya estaba preparado, tiró de mi brazo y me puso de pie, atacó mis labios ferozmente y me volteó dejándome de espaldas.
<Que hermoso trasero tienes>la falda aún estaba a la altura de mi ombligo, supongo que así a dejaría.
<En cuatro>obedecí y me puse "en cuatro" doble la cama, como la falda estaba alta se podían ver mis bragas, por suerte son nuevas.
El hombre se acercó y las fue bajando lentamente dejando al descubierto mi trasero, me sentía incómodo y desprotegido. Nada excitante.
Pero obviamente tendría que fingir, de otra forma no obtendría el dinero que tanto necesito.
Sentí como golpeaba mi trasero con su miembro, y sabía que ya venía la parte que más dolería. La penetración.
Empezó con la punta, aún así sentía demasiado ardor, después empezó a meter el resto, cuando todo entró en mí solté un grito.
Empezó a embestirme con más fuerza haciéndome soltar suspiros y gritos.
<Ahhh hermosa>con su mano buscó mi boca, al instante de encontrarla metió tres dedos en ella para que mis gritos no alarmaran a la gente.
Embestía con fuerza, tanta que tenía que sostener con mis manos las cobijas de la cama para no caerme.
Pensé que ya la tortura había terminado al sentirlo por fin fuera de mí. Lamió mi trasero y le dejó un pequeño beso.
<Yo hice todo el trabajo, solamente estuviste como perra sin hacer nada>me agarró de las piernas y las tiró deshaciendo mi postura<Exigiste mucho dinero y aún así diste un mal servicio>no me agradaba para nada lo que decía, según yo el ser virgen te daba puntos extra.
<P-puedo hacer algo>pensé demasiado pero no se me ocurrió nada para arreglar mi error.
<Eres realmente sexy, además lo estrecho es bueno, sólo por eso te voy a pagar>tomó su ropa y empezó a vestirse, yo me quedé sentado en la cama con la falda mal acomodada.
<Cien dólares, toma eso o vete>fruncí el ceño, no soporté sus cosas por nada, no soporté usar la incómoda ropa por esto, ni siquiera que me llamara "Hermosa"
Pero de eso a nada... No podía ponerme los moños, mi situación depende ahora de este dinero.
Terminé aceptando el dinero, el hombre se fue sin decir más.
Por suerte tenía un lugar donde dormir, no era el mejor, además esa cama ahora me hacia sentir sucio. Pero hace tiempo que no duermo en un colchón.
Tomé una ducha, no me puse la ropa ya que realmente es incómoda. Tampoco quería dormir en esas sábanas que me recordaban mi pecado, por eso las quité todas a pesar del frío.

Trabajo, perverso funesto trabajo.