Capítulo XXIII

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Una llamada.
Mi herida aún no sana del todo pero el hombre del teléfono fue muy claro al decirnos que el cambio sería hoy.
Somos los primeros en llegar, el lugar está algo vacío y no me sorprende de ya que apenas son tempranas horas de la madrugada.
El viento sopla por lo que junto mis manos y me doy calor con el poco aliento que tengo, los Iero se abrazan mientras observan su alrededor.
No pasa mucho para que la misma camioneta negra se acerque, todos la observamos aparcar del otro lado de la calle, giré mi cabeza hacia atrás para darles la cara a los Iero y ellos solamente bajaron la mirada apenados.
De la camioneta bajan dos hombres en cuestión de segundos, ambos con una pistola en la mano.
<Nada de policías>pronuncia uno con la voz gruesa.
Linda se niega y después el mismo hombre se gira hacia el vehículo, hace una señal con la mano y vuelve su mirada hacia nosotros.
Detrás del par noto que del auto se abre una puerta trasera, baja otro hombre y detrás se admira el débil de Frank, apenas y logra bajar de auto, tambalea demasiado, su rostro se frunce por el dolor. No puedo mirarlo.
La madre se adelanta al chico pero uno de los hombres le apunta con el arma.
<Mamma, no>advierte Frank al estar cerca de nosotros. Linda se rompe en lágrimas.
<Esto quedará así, les damos a su hijo, nos dan al chico y borran este encuentro de su mente>dice un hombre y al instante me toma del antebrazo con brusquedad y tira de mi cuerpo hacia él<Y si piensan en querer delatarnos entonces habrán consecuencias>me quejo y tiro del agarre ya que es de mi brazo herido pero no sirve de nada ya que pone mas fuerza sobre él.
Le dan una señal a Frank para que prosiga su camino hacia sus padres, tambalea, pone presión sobre el pedazo de tela que tiene amarrado sobre su herida en el muslo. Su madre por fin lo toma en sus brazos y su padre solamente me mira, soy incapaz de reconocer la mirada, no estoy seguro de lo que siente, podría ser decepción, ira, o ambas.
<Hasta luego señores>sonríe con sarcasmo el hombre.
Tanto los ojos de Frank como los míos se abren a más no poder, nos miramos mutuamente por un mini Segundo y por nuestras mentes pasa lo mismo.
Él sale de los brazos de su madre y yo del agarre del malo, nos apresuramos a llegar al otro, acaricio su rostro y él inmediatamente me besa, siento sus lágrimas mezclarse con las mías. Pero el momento no dura mucho, el mismo hombre bufa y gruñe, tira de nuevo de mi brazo, alcanzo a acariciar el delicado rostro de Frank una vez más y dejo que los hombres me lleven.
Ya dentro de la camioneta miro por la ventana, el señor Iero baja la mirada y deja que su hijo llore en su regazo.
¿Entonces así termina todo? Este horrible encuentro se torna en una despedida.

Me es imposible retener las lágrimas, siento como si mi garganta pudiera explotar en cualquier momento, mi pecho cada vez duele más y pensar en Frank es lo único que hago en estos momentos.
<No me importa si el jefe te cree valioso, juro que si no te callas te mataré>pronuncia entre dientes el conductor, su voz me hace dar un respingo, retengo un poco las lágrimas pero inconscientemente vuelven a salir de mis ojos.
<Te lo advertí>de un golpe frena el auto, quita su cinturón de seguridad, gira su cuerpo hacia mí y deja ver su arma, por el susto mi cuerpo no responde.
<Cálmate, solamente tenemos que hacer lo que el jefe dijo>habla otro, pasan unos segundos hasta que el conductor chasquea los labios y vuelve a lo que hacía. Una última lagrima sale de mis ojos.
He sido apuntado más veces con un arma que amado.

Lo único que no ha cruzado por mi mente es lo que va a pasarme, hablándose del jefe hay tantas opciones. Podría dejarme encerrado en una habitación y dejarme ahí hasta morir de hambre o soledad, también podría que quiere abusar de mi de una manera inimaginable y después me enterrará una bala en la cabeza.
Pero la parte que más prefiero que estos hombres me asesinen de una vez, no quiero ser tocado por nadie más, no quiero que abusen de mi cuerpo.
Estoy por pedirles que me maten pero el auto se detiene, por mis pensamientos no me di cuenta hacia donde nos dirigíamos.
Nadie dice nada, por la fuerza me sacan del auto, forcejeo pero es inútil. El ruido del motor impide que alguien escuche mis gritos de auxilio.
Justo en las escaleras de metal admiro al jefe sonreír de forma macabra, sus brazos están cruzados.
Vuelvo a gritar pero sigue siendo inútil, por más que me resista, me obligan a caminar hasta el jet.
Y la peor de mi sospecha se cumple, me sacarán del país.
Llegamos hasta donde las escaleras tocan tierra, el jefe baja unos escalones hasta encontrarse conmigo.
<Te has portado mal Gerard>extiende su mano y acaricia mi mejilla, quito mi rostro y miro hacia otro lado, inmediatamente el hombre frente a mí me toma de las mejillas con una mano y pone presión sobre ellas obligándome a mirarlo.
<Ya causaste mucho daño, entra y obedece>dice entre dientes, procede a soltarme y me abre paso.
De todas formas prefiero morir, intentar darme a la fuga es un suicido ya que los hombres no tardarán en dispararme. Ya no tengo nada que perder.
<Anda>pero es muy tarde, el jefe ya se encuentra bloqueando el resto de las escaleras.
Entro al jet, me quedo estático por unos instantes, el hombre le ordena algo más a los demás y la puerta se cierra dejándonos solos.
<Querrás sentarte en el despegue>con indiferencia señala hacia uno de los asientos, nunca había estado en un avión por lo que le obedezco.
Mientras el despegue mi jefe se sirve una copa de algún licor y toma asiento en la fila de junto y yo me aferro al cuero de los asientos.
Una vez que el avión toma una posición más estable, el hombre da un último trago y se pone de pie frente a mí.
<No creerás que no tendrás tu castigo>pronuncia junto con una risita, afloja su corbata y se la quita.
Niego lentamente con la cabeza y los sollozos vuelven a mi boca. Él se apresura a tomarme del cuello y presionarlo ligeramente.
Con otra mano afloja el cinturón de sus pantalones y procede a quitárselos por completo, suelta el agarre de mi cuello y lo pasa hacia mi cabello.
Le doy una mirada de piedad antes de que siga. Pero con algunos animales es imposible razonar.
Tira de mi cabello a su miembro, me niego a hacerlo, lo único que obtiene es que mi rostro se restriegue con su pene.
<¡Obedece!>suelta mi cabello y me da una bofetada en la mejilla, aprieto mis labios como lucha pero vuelvo a recibir otro golpe. Me negué tanto que ya mis mejillas las sentía arder.
Pero ahora ambas de sus manos se posan sobre mi cuello y la presión sobre él aumenta aún más, conforme pasan los segundos puedo sentir mis ojos agrandarse aún más. Y cedo. Mis labios se separan dejando que el hombre introduzca su miembro dentro mi boca, su salado sabor ya empieza a sentirse, más lágrimas salen de mis ojos.
Después de eso me arranca la ropa mientras con mi débil voz le digo "no" mis sollozos ya casi no se escuchan, como si de tanto dolor me pudiera haber quedado mudo.
El hombre aplica fuerza sobre mí para hacerme dar la vuelta quedando expuesto.
Sin aviso alguno su miembro ya se encuentra dentro de mí, el dolor es desgarrador, tanto que juraría que moriré por aquello.
Mientras el hombre gime, yo lloro.
Ya mis intentos de zafarme desaparecen, es inútil.
Me aferro al asiento con fuerza para que así el dolor se pase, el hombre embiste con más fuerza hasta que suelta un largo suspiro, sale de mí y tira de nuevo de mi cabello haciéndome girar de nuevo en posición para darle la cara.
<Abre la boca>logra decir entre gemidos, me niego pero tira con más fuerza<Abre>vuelve a decir mientras se masturba. Con asco abro la boca y cierro los ojos, la semilla del hombre sale disparada cayendo por mi rostro y entrando a mi boca.
Una vez que termina vuelve a vestirse como si nada hubiera pasado, se aleja de mi y vuelve a servirse una copa. Por mi pierna siento escurrir un líquido caliente, con extrañeza paso mi mano y al ver el líquido rojo aprieto mi rostro dejando que más lágrimas se escurran.
<Deberás acostumbrarte, donde vas los hombres son mucho peores y tú serás sumiso>
<¿A dónde me llevas?>escondo mi rostro.
<No hablas, obedeces ¿recuerdas?>


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Me doy asco ;-;

Creo que este es el penúltimo capítulo (habrá extra)
No voy a decir más porque me doy pena.

&quot;Trying to forget him&quot; [frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora