CAP. 22 "Central Park"

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Nunca había sentido tanto miedo en mi vida. Lo que siento ahora lo puedo comparar a cuando estuve encerrada en una cámara y cuando salí mis padres ya no estaban en casa.

Doy una pirueta hacia atrás pegandome a la pared, boca abajo y con mis pies sobre mi cabeza. Esta queda muy cerca de la cara de esa cosa, pero antes logre darle una patada en la barbilla. No le hizo nada, sólo me mojo el pie con su asquerosa baba pegajosa. Gruñe, tan fuerte que me duelen los oídos, mis super oídos.

Giro 90 grados mi cuerpo para comenzar a escalar la pared, doy saltos para avanzar más rápido ya que siento que esa cosa viene detrás de mí. Un rugido me hace reafirmar ese pensamiento.

Al llegar a la cima, corro por el techo y salto al que sigue. Me tomo un segundo para mirar detrás de mí; la cosa negra no está, así que paro. Mi respiración es agitada, y mi pecho no deja de subir un bajar.

Giro. La cosa negra aparece frente a mí y me toma del cuello, me levanta mas arriba de su cabeza. Saca su larga lengua y la pone muy cerca de mi cara, su aliento me marea. Huele a sangre.

-¿Quieres que me disculpe? -la voz a penas si me sale.

Mi cara debe estar roja o morada, el aire me falta cada vez más, me siento desmayar. Mis pies en el aire patalean pero no lo toco para nada. Me he dado cuenta de que en su torso tiene dibujada una araña blanca... como la del Hombre Araña. De hecho, tiene similitud con el arácnido. Claro que, es el tripe de grande que este, y no creo que viva para hacer el bien.

Mis ojos están a punto de cerrarse cuando la cosa me suelta. Caigo al suelo y recupero el aliento; una de mis habilidades recién descubiertas es la sanación pronta. Por eso al día siguiente de que la araña me mordió no tenía ninguna herida en mi cuerpo, por eso mis pulmones se adaptan rápidamente en cuestión de segundos. Al volver la mirada a donde esa cosa estaba, veo al Hombre Araña sobre él, intentando cubrirlo con las telarañas para inmovilizarlo. La cosa estira los brazos y se libera, mas rápido de lo que yo lo hice en el techo.

El Hombre Araña se le abalanza y juntos dan un brinco al edificio de junto. Sus golpes son certeros y duros, pero la cosa no se inmuta ni se cansa, creo que es invencible. Saltan de nuevo para comenzar una persecución por la ciudad.

Me pongo de pie, mi ropa ahora si se ha roto en su totalidad. Si pienso tener más noches así (que es seguro que las tendré aunque no quiera), necesitare otro tipo de ropa. Un material resistente y elástico, que no se rompa con facilidad...

-Mis telarañas -tengo una epifanía.

Bien, será un poco extraño pero es lo mas practico que tengo ahora a la mano, literalmente. Me quito los trapos que antes era ropa del cuerpo y comienzo a enrollar mis piernas, manos y todas partes con mis telarañas que gracias al cielo no me fallaron esta vez, será que mis nervios están de punta. Termino mi extraña labor, corro a la orilla del edificio y me lanzo al vacio.

El aire me despeina el cabello, mis brazos a los costados me hacen tener una caída más rápida. Disparo una telaraña al edificio más cercano, me columpio mientras esfuerzo mi vista de águila para buscar al Hombre Araña y a la cosa negra que aun no se me ocurre como llamarla. El solo pensar que volveré a tener una cercanía con eso, me provoca mareos y miedo.

Los visualizo en Central Park, no sabía que estábamos tan cerca. Me columpio unas cuantas veces más y suelto las telarañas para dar una pirueta y aterrizar en el pasto. Hay un enorme agujero en el suelo, de este salen los dos arácnidos. Si, la cosa esa también tiene telarañas orgánicas. Lo sé porque ahora mismo le disparo una al Hombre Araña para atraerlo a él y patearle la cara; lo lanza hasta un árbol. Respiro hondo y me lleno de valor. Disparo una telaraña a sus pies, jalo y lo hago caer al pasto. Me subo a él y comienzo a golpear su cara. Algo extraño sucede mientras lo hago: veo carne humana debajo de la brea negra. Es... ¿es una persona?

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