Capítulo 44 "Galletas"

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Han pasado dos días desde que le conte a Peter lo de su padre. No me habla, solo me mira de vez en cuando y al chocar miradas, se voltea a otro lado. La tia May se ha dado cuenta pero no comenta nada, supongo que cree que es una etapa del noviazgo o algo asi. Nos esta dando nuestro espacio a los dos, asi como yo lo hago con Peter. Espero que no este pensando que soy una mala persona, o que pensé fríamente no decirle nada para algún propósito desinteresado. Como si me fuera a beneficiar mantenerlo bajo control.

Pero bueno, ya esta hecho, se lo dije.

Tuvimos un contacto esta mañana mientras lavaba los platos que usamos para el desayuno. Él me dejo un papelito al lado del escurridor en la que me señalaba la dirección donde debía verme con el Hombre Araña. Si, aun dentro de su coraje me hizo una cita con el arácnido como se lo había pedido.

Me he puesto un abrigo café super grande que me presto, de nueva cuenta, la tia May. Hace frio y mis mejillas están ardiendo. Una ráfaga de aire que me hace a un lado el cabello me anuncia que el Hombre Araña ha llegado. Doy media vuelta y escondo la cajita de carton detrás de mi.

-¿Qué paso Debra? ¿Todo esta bien? ¿Has descubierto algo nuevo? -se acerca a mi corriendo.

-No, tranquilo. Todo esta bien- rio.

-Peter me dijo que necesitabas verme con urgencia.

Entrecierro los ojos.

-Que mentiroso, no era tan urgente pero, hace mucho que no te veía. O bueno, si te veía en las noticias o en los periódicos, pero no cara a cara... Aunque no te vea la cara realmente pero... -respiro. -Lo siento, me pongo muy loca cuando estoy nerviosa.

-¿Y por que estas nerviosa?

-Porque te quiero dar un presente de Navidad -descubro la cajita poniéndola frente a él. -Es un detalle, espero que te guste.

Se lo entrego con las manos temblorosas, mas que los nervios, es el frio congelante. El Hombre Araña le quita el liston a la cajita y deja al descubierto las galletas que hornee en la tarde y acomode sobre un papel rojo.

-Puedo imaginar que te han regalado cosas mejores y mas elaboradas pero... es lo máximo que pude hacer con lo poco que tengo.

-Esta bien, me encantan. Me gustan mucho, ¿de que son? -se acerca a olerlas, o eso creo que hace.

-Jengibre y nuez -respondo.

-Vaya, son mis favoritas.

"Igual que Peter". La Tia May tiene dos cajas de cada sabor en su alacena, en alguna

conversación me lo comento, vaya coincidencia.

Me invita a sentarnos en el suelo con la espalda recargada en el soporte de la ventana de techo.

-No me hacen muchos regalos ahora que lo pienso -comenta al tomar una galleta.

-¿En serio?

-Si, una vez una señora me arrojo su brasier, lo golpee con mi pie y salio volando.

Hago gestos y agito mi cabeza.

-Ok, eso fue raro.. ew.

Mi amigo arácnido se levanta la mascara y se detiene hasta que su boca se asoma. Suspiro de alivio.

-Que alivio, si eres humano -bromeo.

Él solo me da un empujoncito con su hombro. Muerde la galleta y trato de ver algún indicio de desagrado, pero no, se relame los labios y se la termina. Eso me hace feliz y sonrio cuando se acerca y me da un beso en la mejilla. Relamo las morusas de galleta que dejó. 

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