Spider-Bride

CAP. 19 "Clave"

Mis sentidos estallan. Corro lo más rápido que puedo a Eddie, que esta tumbado en el suelo con los brazos extendidos y los ojos cerrados. Me dejo caer a su lado, sin saber que hacer o que decir. ¿Debo moverlo? ¿Debo llamar a una ambulancia? ¿Qué puedo o no hacer? Temo que si lo toco no pueda medir mi fuerza y lo lastime.

-Eddie. Hey, reacciona –me cubro la boca para ahogar un grito. -¡¿Qué hago, Peter?! –no aguanto y estallo.

Nadie viene a ayudarnos, el patio esta vacio. Me pareció escuchar el timbre justo cuando Eddie cayó al suelo, eso lo explica. Asi que solo se escuchan mis sollozos que no tardan en convertirse en llanto.

¿Por qué se desmallo? ¿Qué está pasando con mi amigo? Temo lo peor.

Peter me hace a un lado, toma a Eddie y lo carga en sus brazos. Me sorprende que tenga tanta fuerza como para levantar a mi amigo, pero más me sorprende lo que hace por él sin conocerlo del todo. Pocas personas existen en el mundo como Peter Parker...

Tomo mi mochila y ambos corremos camino a la enfermería, Peter esta delante de mí en el pasillo, haciendo rechinar los tenía en el suelo. Puedo ver los pies de Eddie asomarse por un costado, y su cabeza por el otro lado, zangoloteándose por la carrera de Peter.

Al llegar a la enfermería, me adelanto y empujo la puerta para que Peter pueda pasar. La enfermera nos ve y alarmada se pone de pie de inmediato.

-¿Qué le paso? –pregunta al tiempo que acomoda una almohada en la camilla para que Peter pueda depositar a Eddie.

-Se desmayo… él solo… solo cayo –las palabras a penas si me salen.

La enfermera comienza a revisarlo, le hace cosas en los ojos y le mide el pulso. Yo estoy detrás de ella, al pie de la cama. Desesperada, inquieta y muy asustada. Eddie parece estar muerto, no se mueve ni abre los ojos. No sé de donde saco fuerzas para no estallar en llanto.

-Hágase a un lado, por favor –me pide la enfermera.

Doy dos pasos atrás y choco con Peter. El chico me toma de los hombros y… curiosamente mi respiración se calma, o por lo menos ha bajado su rapidez. Siento una extraña combinación entre miedo, aceleración y calma, y mis dos amigos son los culpables de esto.

La enfermera logra reanimar a Eddie. Hago un movimiento hacia adelante provocando que Peter me suelte.

-Tranquilo niño –la enfermera lo tranquiliza.

Eddie tiene los ojos rojos, ardiendo sus ojeras. Intenta levantarse pero la mujer lo recuesta de nuevo. Su mirada es alterada y se nota que está desconcertado.

-¿Qué me paso? –oír su voz me reconforta; es débil pero, está consciente de lo que dice por lo menos.

-Te desmayaste cielo, ¿recuerdas que fue lo que sucedió? –pregunta la enfermera. -¿Te sentiste mal? ¿No has comido nada?

Eddie se tarda en responder.

-Lo ultimo –contesta. No ha comido nada, ¡¿por cuantos días?!

-¿Quieres que llame a tu madre para que venga por ti?

Eddie asiente lento. Relaja la nuca y de esta forma me mira, quieto.