Spider-Bride

CAP. 8 "Fuego"

Los policías siguen su lucha en tierra con los demás tipos que parecen tener miles de balas en sus armas. Ya no siento a Eddie cerca de mi, lo busco desesperadamente entre la multitud empujando a las personas para poder verlo. Agradezco mi altura y no ser tan baja.

Lo encuentro.

Logro avanzar fuera de las docenas de personas y tomarlo de su chamarra. Mis manos están sudando por lo que se me zafa y lo pierdo de nuevo, al menos fisicamente, ya que lo veo saltar los autos ahora vacíos. Lo que esta haciendo es seguir al Hombre Araña y a su adversario, los perseguirá hasta obtener una buena fotografía de ellos.

Un viento fuerte me golpea la nuca, levanto la cabeza al cielo para ver al Hombre Araña con el “Buitre” (de acuerdo a sus alas) pasar sobre toda la gente, pasaron tan cerca que pude escuchar un grito de mi héroe y el gruñido del otro, se escucha como una ave de caza atrapando su presa. El aire cortado me vuela el cabello y siento como la nariz y los cachetes se congelan de inmediato.

Pero eso no me importa por ahora, me importa Eddie.

Me cruzo la mochilita al cuerpo para sujetarla bien por si las cosas se ponen peor, tengo una corazonada y un mal presentimiento; como si cada segundo que pasase estuviera mas cerca que terminar en lo tragico. Logró salir de la multitud para seguir el camino de Eddie, me apoyo con cuidado en las partes de los autos que no están calientes. Brinco y la malla se me rasga de la pantorrilla derecha. Al pasar este obstáculo, comienzo a correr por la calle, ya que un tránsito hizo parar a los autos; algunos suenan el claxon pero los ignoro. Sigo así una o dos manzanas enteras; veo como mi amigo dispara su cámara y los flashes resplandecen en toda la calle.

-¡Eddie! -grito su nombre. -¡Espera!

Lo veo meterse a un edificio que tiene cintas y un cartel anunciando su remodelación, en Lafayette Street. Entró y ahora tomó un respiro para buscar a Eddie; lo encuentro entrando al ascensor, antes de que las puertas se cierren, doy un salto para meterme con el.

-Sal de aquí Debra -dice, en tono de advertencia.

-Esto es demasiado arriesgado. No puedo dejar que continues.

-No es arriesgado, es necesario.

-¿Para que? ¿Para esa estúpida plaza en el Clarín?

Eddie gira la cabeza para lanzarme una mirada asesina. Creo que me pase, pero mi justificación es que estoy bastante nerviosa y eso hace que entre en pánico.

-No es una estúpida plaza. Deb, ¿has visto las fotos que el otro tipo le toma? El imbécil de seguro se trepa en postes para hacerlo y le quedan geniales. Si no tomó una fotografía decente, jamás podré tener nada bueno en mi vida.

El otro tipo, Peter...

-¿Y que hay de mi? ¿No soy algo bueno en tu vida? Porque tu si lo eres en la mia, Eddie.

La puerta del ascensor se abre, Eddie no me mira y sale al piso. Por los números en la pantalla pequeña arriba de los botones, se que estamos en el piso 25 creo que es el último. Lo sigo, resistiendo a mis ganas de gritar mi pánico a las alturas. Si me costo trabajo saltar desde la ventana de mi habitacion, no quisiera imaginarme lo que pasaría si yo... No, si Eddie cayera desde esta altura.

Mi amigo se dirige a las escaleras que dan paso a la azotea, compruebo que si, es el último piso. Maldición.

-Eddie, no salgas -lo intento de nuevo.