CAP. 13 "Gracias por todo"

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Saco rápidamente el disquete de la computadora. Peter sigue observando el monitor y yo no puedo decir nada. Es tanta la información que absorbí en mi mente, que no supe en qué momento entro a la habitación. ¿Qué tanto habrá escuchado? ¿Cuanto tiempo estuvo detrás de mi?

Me pongo de pie de un salto.

-Tengo que irme –aviso, tomando mis cosas y pegándolas a mi pecho.

Salgo de la habitación y voy camino a las escaleras. Peter me alcanza y toma mi brazo justo cuando iba a bajar el primer escalón.

-Espera Debra –titubea a pronunciar mi “nombre”. –No puedo dejar que te vayas así.

-¿Así como? Afuera ya no está lloviendo tanto -digo, como si fuera una excusa.

-Llorando –me corrige.

Tengo el cuello húmedo por las lágrimas, y toda la cara me quema. Aprieto la caja y el álbum con fuerza, como si estuviera abrazando a mis padres.

-Lo que viste, te pido que no…

-No voy a decir ni a comentar nada –me interrumpe. –No escuche nada.

Me doy cuenta de lo que hace; fingirá no haber visto nada para quedar bien conmigo. El no suelta mi brazo, esto me hace sentir de cierta forma atada a él, pero de una manera buena. Extraña.

-Por favor, quédate esta noche. Mira, -me muestra la ropa que sostiene en su mano libre. –la tía May me dio esto para ti.

-No quiero molestarlos.

-No lo harás, eso nunca. Mi tía es muy buena con mis amigos –me jala a él, para que me aleje de las escaleras. –ella sabe que no tengo muchos, así que dice que debo apreciar a los que tengo. Cuidarlos. Y eso quiero hacer contigo.

Mis ganas de quedarme son enormes. En esta casa me siento protegida, como si aquí fuera mi lugar. Y con Peter casi rogándome para que me quedara, no podría decirle que no.

-Puedo irme en cuanto pare de llover. Eso estará mejor –digo, estirando mis manos para que me entregue la ropa.

-Oh no, claro que no. Ya le dije a la tía May que dormirás en mi habitación.

-¿Contigo? –me sale preguntarle.

-¿Tu quieres que duerma contigo? –cierra los ojos, sonrojado. –Es decir, que duerma en la habitación contigo.

Siento un cosquilleo en mi estómago.

-Mejor duermo en la sala o en cualquier lugar, no creo que este bien correrte de tu lugar.

-Debra Withman, eres necia –ríe y me muestra sus dientes en una gran sonrisa. –Tú dormirás en mi habitación y yo en la sala y se termino. No más quejas y no más retrasos.

Me siento regañada por un chico dos años mayor que yo. Increíble.

-De acuerdo –bufo, siguiéndole el juego.

Me di un baño con agua caliente después de esto. La tia de Peter me prestó un pantalón azul, una camiseta blanca de manga larga y un par de calcetines con separaciones para los dedos, para mantenerme caliente. Esa mujer en lugar de tía, parece una linda abuela.

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