CAP. 14 "Pequeño secreto"

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Los fusibles de la casa aun funcionan, según Peter. Dado a que el profesor de Biología nos lo presume tanto, creo que no debería sorprenderme que hasta para lo eléctrico sea bueno. Le preste un desarmador y un par de herramientas más que encontré en la cocina, y que él dijo servirían para devolverme la luz. Le conté lo que sucedió y como paso, todo respecto a la desaparición de mis padres; los ruidos que escuche, el miedo que senti, y la desesperación que tuve de no poder hacer nada para evitarlo aunque, yo que iba a saber que no los volvería a ver. Después de todo, Peter también me conto sobre sus padres, aunque creo que me dejo ocultas unas cuantas cosas así como yo a él.

-Solo un par de minutos más –me avisa. Se ha manchado la mejilla y los pómulos de negro, del aceite, supongo.

-Tomate tu tiempo –rio. –Entonces, ¿cómo es que la habitación del pánico funcionaba y el resto de la casa no?

Peter se encoje de hombros.

-Energía de reserva, creo. Al parecer, por lo que pude ver y me contaste, tus padres tenían todo fríamente planeado.

Eso que ni que. En toda la casa no pude encontrar más fotografías de mis padres y yo, creo que las ocultaron, o tal vez quemaron mientras yo estaba encerrada en mi habitación intentando controlar mis anomalías.

-Ya esta –Peter me devuelve a lo que estábamos.

-Genial –veo todas las luces de mi casa encenderse, y el refrigerador marchando con normalidad. –Eres mi héroe –bromeo.

-Eso dice mucha gente –me sigue el juego.

Entramos a la casa por la cocina, apago todas las luces de la planta baja y ahora subo al segundo piso. Peter, como buen amigo que está siendo conmigo, me ayuda. Al llegar a mi habitación, me meto al baño para ver que todo esté en orden.

El espejo en el suelo deja ver el hueco de la habitacion del pánico.

-¿Fue ahí? –Peter pregunta detrás de mí.

Asiento. No me asusta su repentina pregunta.

-Sí, aquí estuve escondida por dos horas, más o menos.

Los recuerdos no tardan en aparecer. La última vez que vi a mi madre estaba llorando, pero aun así lucia quieta, tranquila y parecía que hacia todo coordinadamente. Tal vez si tenían todo planeado, como dijo mí amigo.

-Vaya, ¿qué le hicieron a tu cama? –Peter regresa a mi habitación, toca la colcha de mi cama y la levanta para ver lo destrozada que esta… que la deje.

Aun no quiero contarle sobre mis nuevas peculiaridades, las cuales, aun no sé bien del todo como fue que las obtuve. Esperare un poco mas y después decidiré si debo decirle. Primero, necesito conocerme mejor y que tanto soy capaz de hacer.

-Sí, eran unas bestias irrespetuosas –ruedo los ojos.

Guardamos silencio un par de minutos, hasta que yo soy quien decide romperlo.

-Entonces, ¿cómo es que entraremos a Oscorp por el techo? ¿Has visto que tan alto esta ese edificio? Me hare en los pantalones antes de llegar al quinto piso, y eso por elevador.

Peter suelta una carcajada, me gusto ese gesto. No intente ser chistosa ni eso, simplemente dije la verdad. Me recargo en la puerta del baño.

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