Capitulo 12 "El monstruo de Frankenstein"

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Jonathan insistió en llevarnos a nuestras casas al terminar nuestra salida. Ángela vive en uno de esos departamentos para ricos, así que ahora estamos en el centro de la ciudad. Cuando me despedí de ella, murmuro en mi oído que no debo dejar pasar esta oportunidad. Se de lo que habla, pero no le hare caso.

Me distraigo mirando por la ventana del auto de Jonathan. Tiene chofer y todo, enserio esto me hace sentir intimidada y un poco inferior. Él jamás ha tenido intenciones de hacernos sentir de esta forma claro, pero supongo que no nota mi animo ya que el ha vivido así toda su vida.

-Así que ¿vives sola? -se que el chico esta tratando de romper el incomodo silencio.

-Con un tío -respondo sin mas. Pero siento que no debo ser grosera con él, Jonathan no tiene la culpa de que todo me haya salido mal. -Gracias por lo de esta noche, no debiste pagar todo, pero gracias.

-No existe el costo para la buena compañía. Tu y Ángela me caen muy bien.

-Y tu a nosotras. Es una lastima que no estés en nuestra escuela, las dos somos muy solitarias, por no decir ignoradas.

Guardamos silencio un par de segundos.

-¿Conociste a ese chico del club en la escuela? -pregunta, con tono pasivo.

-El chico se llama Peter. Y si, lo conocí en la escuela pero él ya se había graduado. Ayudo a un maestro un par de clases, aunque recuerdo haberlo visto antes pero no lo ubicaba mucho.

-¿Son novios de verdad? -suelta una risita nerviosa.

-No, ya no. Terminamos hace pocos meses -regreso mi vista a la ventana.

-Disculpa, no quería ser tan entrometido.

-No hay problema, he vivido cosas peores.

Me sonríe. Si mi cabeza y mi corazón estuvieran disponibles me perdería en su sonrisa. Podría hacer caso a lo que Ángela insinuó, pero no me siento lista para eso, al menos no con él.

-Aquí es -casi grito.

Jonathan pide a su chofer parar el auto. Estoy por abrir la puerta cuando el chico casi me grita que espere. Se baja y rodea el auto hasta llegar a mi puerta, la abre y me extiende su mano para que la tome. Dejo salir un suspiro de sorpresa, no esperaba esto.

-Gracias.

Caminamos hasta la puerta del edificio, me quedo de pie esperando a que el se vaya o al menos suba al auto. Pero no lo hace, al contrario, parece como si estuviera esperando a que yo entre.

-Bueno, que descanses -le sonrió, despues miro detrás de mi para disimular mi nerviosismo.

-Igualmente -sigue plantado en su lugar. Jamás creí que un caballero me estresara tanto.

Doy media vuelta, lista para seguir mi camino.

-Espera -me hace volverme a él. -Toma -me entrega una tarjeta negra con letras doradas.

-¿Edificio Baxter? -observo un logotipo y un numero telefónico, debajo de este hay otro escrito con pluma roja muy marcada.

-Si, estoy realizando mi pasantía con mi cuñado y mi hermana. Si algún día necesitas ayuda con eso o, solo necesitas hablar, márcame a cualquiera de esos números.

-Gracias, pero ya lo tengo cubierto.

-¿Ah si? ¿Dónde la harás?

No puedo decirle que en la torre Stark, eso me expondría en varias formas.

-En el Clarín. Un amigo me hizo favor de contactarme con el editor.

-Vaya, suena bien -se relame los labios. -Entonces, ahora si dejo que vayas a descansar -toma mi mano (la que no tiene la tarjeta) y la besa. De nuevo lo hace, y de nuevo me hace estremecer. -Buenas noches.

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