—"La felicidad muchas veces depende de las circunstancias; Pero las circunstancias no dependen de la felicidad". Flofilaoveja.Steven.
El viento frio de la madrugada choca con mis rostro provocándome un sensación agradable. Debo decir que la boda fue muy hermosa, una que en otras circunstancias nunca hubiera podido tener.
No fue tan malo.
Llegamos a una villa que supongo que es de Leonor, donde pasaremos la luna de miel, no le veo la gracia de pasar todo este tiempo sin hacer nada. Por parte de Leonor no veo ninguna chispa de emoción ni sentimiento. Esta mujer no puede ni fingir que me ama.
No me pone de buen humor pensar en estas cosas por lo cual comenzare a pensar otra cosa, miro el paisaje el cual es simplemente hermoso. Cuando apenas era un niño de 5 años vine por primera vez a Francia nunca imaginé que estaba rodeado de tanta belleza natural.
Sin duda esto es una belleza sin igual. El paisaje, claro.
El auto se detiene en un lugar desconocido para mi, lo único que hago es salir del auto y pisar el pasto perfectamente recortado. Impregno mis pulmones de este aire tan puro. Miro a todos lados tratando de asimilar la belleza que estoy viendo.
Nos acercamos caminando hacia la mansión y me voy dando cuenta de las maravillas que la rodean, el aire a flores inunda mis fosas nasales deleitándolas al mismo tiempo. Al llegar a la mansión observo la diversidad de flores y rosas que se encuentran a su alrededor, decorando el lugar y haciendole lucir como un autentico paraíso.
A mitad de la noche me encuentro en un paraíso, miro al cielo y observo las estrellas quienes brillan con su mayor intensidad decorando el cielo y a la vez la noche.
Los hombres cogen nuestros equipajes y lo adentran a la casa, mientras que yo decido quedarme a observar el paisaje. Tomo asiento en un banquillo y observo la piscina que se ven tan apetecible.
Miro el reloj de mi muñeca: 5:39.
Trato de contenerme para no entrar en la piscina, tengo mucho tiempo sin adentrarme en una. Las ganas me quieren ganar.
Siento la presencia de alguien más a mi lado y giro mis ojos hacia el lugar y diviso el cuerpo de Leonor sentándose a mi lado mirando hacia algún punto del paisaje. Nos quedamos en silencio disfrutando de la compañía del viento frío de la mañana, al parecer ninguno de los dos tiene sueño y no si eso es bueno.
—Este lugar es hermoso, Leonor—Le hago saber tratando de buscar conversación una vez mas, no se para que lo hago si no dará resultado.
—Lo se—Dice en voz baja lo que hace que me gire a mirarla con sutileza.
—Parece hecho por lo ángeles—Continuo hablando. Dura un tiempo de silencio antes de hablar.
—Puedo ser muchas cosas menos un ángel—Susurra con la mirada perdida.
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GARRAS Y ESPINAS.
Ação•Terminada• Somos las rosas de este gran jardín al igual que somos las cazadoras en este inmenso valle. Podemos llegar a ser la ternura misma como la violencia encarnada. Somos bellas y quizás perfectas pero tenemos un poder, un veneno que puede con...