Leonor
—Mi padre tambien murió un dia como hoy—Es lo único que me limito a decir, que creo que le he dicho demasiado.
Su cara de estupefacción me dice lo sorprendido que esta, una razón más para no seguir hablando.
Siento un cosquilleo asqueroso en mi vientre por lo que decido levantarme de mi lugar y salir por la puerta, dejando a aquel sujeto allí.
Me dirijo al jardín trasero donde siempre lo visito cuando se me antoja un cigarrillo o simplemente quiero pensar. ¿Como es que ese muchacho no le importa llorar frente a otros? ¿A caso no sabe que es un acto de cobardía?
Yo lo veo así y creo fielmente que es así, no veo necesidad alguna de llorar delante de otro simplemente con un estúpido recuerdo. Solo es una historia que existe en tus recuerdos, por mas que duela ya solo es un recuerdo.
La vida nos hace cosas injustas a todos, de nosotros depende que hacer con las injusticias. Al menos yo deje que esas injusticias me forjaran y me permitieran ser la mujer que soy ahora.
Me siento en los bancos de piedra, que de seguro me romperán el trasero, a simplemente a pensar.
Los malditos recuerdos por mas que quiera me dominan, se me hace imposible tratar de controlar los impulsos de hacer algo estúpido que sin duda me traerán consecuencias no muy buenas.
Desearía una buena botella de whisky ahora mismo.
🌹🌹🌹
Vuelvo de nuevo a mi oficina y por suerte ya el muchacho no se encuentra en esta. No bien me acomodo y escucho la puerta tocar otra vez.
Hoy a todos se le ocurre hablar conmigo.
Suelto el adelante que la otra persona debe de estar esperando, el muchacho de apariencia manipulable aparece ante mi. Otra vez.
El tal Steven.
—Disculpe que venga tan seguido hoy.—Sus ojos brillan raros.
—Mas vale que lo que tengas que decir valga la pena, te arrancaría la cabeza sin dudarlo si sales con unas mierdas de las tuyas—Le digo con cinismo y fiereza.
El muchacho traga fuerte lo que hace que su nuez se mueva drásticamente, desvía la mirada hacia otro lado. Se asustó al parecer, y no es para menos; Lo haría sin dudarlo dos veces.
—Como ya sabe mi padre falleció un día como hoy, por lo que le imploro que me de un permiso para ir a visitarlo con mi familia. —Me ruega de manera humillante.
—Es muy importante para m...—Lo interrumpo.
—¡Cállate! ¡Ya cállate! —Le digo en puro agobio —.Me pides demasiadas cosas y tu voz me aturde—Me mira con los ojos bien abiertos y asustadizos. Visualizo la daga en el escritorio.
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GARRAS Y ESPINAS.
Acción•Terminada• Somos las rosas de este gran jardín al igual que somos las cazadoras en este inmenso valle. Podemos llegar a ser la ternura misma como la violencia encarnada. Somos bellas y quizás perfectas pero tenemos un poder, un veneno que puede con...