Steven.
Luego de una discusión con mi madre por las misma razones por lo que discutimos ayer.
Pedirle ayuda a Leonor.
No hemos hablado mucho, incluso cuando Stefani volvió de la universidad también me dijo lo mismo que mi madre. Todas las mujeres se ponen contra mi. Creo que tengo una maldición, no lo sé.
Consideré por un minuto hacerlo, pero recordé el cuchillo apunto de incrustarse en mi ojo y se me paso. Todos estamos asustados pero no hay que llegar a esos extremos.
Me preparo para ir a trabajar, quisiera decir que es un día normal pero no lo es de ninguna forma, el cielo esta oscurecido por las espesas nubes que lo cubre, en cualquier momento acera un diluvio.
Termino de desayunar y al voltearme me encuentro con el rostro de mamá, un rostro un poco raro por la situación, esta sonriendo.
—Mama es un poco aterrador que estés sonriendo cuando estamos a no se sabe cuanto de morir o ser raptados—Suelto tratando de sonar bromista. Ella no me dice nada por lo que saco una sola conclusión—¿Que hiciste?—pregunto serio dejando mi tono burlón.
—Yo nada—Se excusa sospechosamente sin borrar su sonrisa—Ahora no se puede sonreír por que ya uno hizo algo malo—Se queja dramáticamente.
—Ese no es el problema, lo que me levanta sospecha es que estés tan feliz en esta situación tan difícil—Le explico con complejidad.
— A mal tiempo, buena cara—Se encoge de brazos, ese cuento no me lo trago—Ademas puedo hacer lo que yo quiera, soy la que manda aquí.
—No me das buena espina, mama— Le hago saber con detenimiento.
—No necesito darte espinas ni nada. — Contraataca y la miro con cara de pocos amigos y decido irme a trabajar.
🌹🌹🌹
Miro mi reloj y me falta alrededor de una hora, bufo con cansancio. Aun no me decido si irme de trabajo o quedarme.
He terminado varias asignaciones, pero no me atrevo a volver a pasar por esa oficina, ni muerto en cuatro patas.
El telefonillo de mi oficina suena y lo tomo al primer tono. Al descolgar la voz de Leonor retumba en mis oídos.
"Pase por mi oficina"
Me ordenó sin mas, sin esperar mi respuesta. Me levanto abrumado y me encamino hacia las grandes puertas de su oficina, cada vez ignoro que hay dos tipos en su dos extremos, son muy intimidantes.
Toco la puerta lentamente y tratando de controlar los desbocados latidos de mi corazón y mi respiración pesada. El típico adelante se hace sonar.
Me adentro en la oficina sumida en silencio y en un extremo orden que no tengo idea como lo logra, me quedo estático esperando alguna orden o palabras proveniente de su hiriente boca.
—He leído el correo que tu madre me ha mandado—Habla y me quedo petrificado. Siento que sudo frío.
Sabia que mi madre había hecho algo que a mi no me gustaría, si algo me pasa la culpare toda mi vida—Después de haberlo pensado mas de una vez, accederé a ayudarte.—Termina y me siento mareado.
Me atragante con mi propia saliva. Si había quedado petrificado antes, ahora estoy inerte. ¿Acaso escuché bien? Sin duda he escuchado perfectamente.
Miro a todos lados en busca de algo en que apoyarme, en busca de respuesta.
Me siento pesado.
—Si hago esto, es porque me da la gana, no por otra cosa. No creas que me disculpare por lo de ayer, por que si lo esperas lamento decirte que te morirás y no escucharas ninguna disculpa de mi boca.—Agrega con voz decidida y solo asiento en mi lugar sin saber mucho que decir.
—No quiero sonar disgustado por que al contrario estoy muy agradecido pues usted ha salvado la vida mía y de mi familia sin razón alguna. Pero ¿me permitiría leer el articulo que le ha enviado mi madre?
No dice nada solo gira su laptop y me propongo a leer el articulo que ha enviado mi curiosa madre. Solo leí unas cuantas líneas.
No quise seguir leyendo, pues mi madre le explicaba todo con lujo de detalles, quise entrar mi cabeza debajo de la tierra, tenia una vergüenza terrible.
—Quiero pedirle muchas disculpas por esto, estuve ajeno a esto. Le dije a mi madre que no hiciera nada estúpido y precisamente eso fue lo que hizo. Solo digo esto porque no fue mi intención causar molestias de este tipo.
—Me has causado molestias desde que entraste aquí, Steven—Suelta de inmediato con voz cansada—No vale que me pida disculpas, ya llego a mi . Ademas si tu madre habría hecho algo estúpido no hubiera dado el resultado que todos ustedes querían—Me quedo en silencio y ella me acompaña.
Se ve tan bella ahí sentada, sin hacer nada especial simplemente es así, su naturaleza. Pero aquella otra faceta es todo lo contrario, es a lo que le temo, esa que irradia cuando habla y hace cualquier acción. Se ve ese extraño lado oscuro y peligroso que te atrae hasta que lo conoces.
—Entonces solo tengo que darle las gracias en nombre de mi familia.—Mi voz es nerviosas, mis pensamientos no me ayudan.
—Ya callate—Me ordena cerrando sus ojos cerrados con fuerzas tratando de ¿Contenerse, controlarse? cierro mi boca de inmediato no quiero sacar ese monstruo que habita en ella—Lo que tienes que hacer es ir con tu madre y venir en una hora. Iremos a mi casa a resolver esto lo mas pronto posible.
Abro los ojos con sorpresa y ella solo me mira, siempre con esa mirada fría, vacía, atemorizante. Me quedo en silencio pues cuando no hay palabras coherentes es mejor callarse para no cagarla.
—Te puedes retirar—Dice aun con sus ojos apretados. Me apresuro a levantarme y salir disparado.
Llamo a mi madre:
—Hola, hijo ¿Qué pasó?
—Ya me entere. Le dijiste todo a Leonor, no sabes la vergüenza que tengo ¿Me pregunto como haz encontrado su correo personal? Porque el de trabajo yo lo tengo y no me ha llegado nada.—Suelto con rapidez adentrándome en un taxi.
—No importa, solo lo hice ¿Accedió?
—Gracias a Dios, si lo hizo—Escucho como expulsa la respiración.—Ve vistiéndote, mamá. Iremos a su casa en una hora.
Su silencio para mi fue inescrutable por lo que decidí cerrar el teléfono.
Al menos se que no voy a morir, por ahora. Aunque al lado de Leonor no se sabe.
🌹🌹🌹
—"No encuentres la falta, encuentra el remedio."-Henry Ford-
Fin del capitulo!
Aqui es donde puedo decir que empieza lo bueno (?) Espero que le haya gustado.
con amor y locura.
Flofilaoveja.
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GARRAS Y ESPINAS.
Aksiyon•Terminada• Somos las rosas de este gran jardín al igual que somos las cazadoras en este inmenso valle. Podemos llegar a ser la ternura misma como la violencia encarnada. Somos bellas y quizás perfectas pero tenemos un poder, un veneno que puede con...