Steven.Miro a Leonor quien se encuentra en la cama de hospital, ya más recuperada, pero aun no le han dado dealta. Por mi lado yo me siento mucho mejor, dos días bien atendido fueron suficientes para recuperarme.
En cambio, Leonor ha tenido que durar unos días más en observación, no tanto por su gran herida, si no por sus múltiples contusiones y golpes en varias parte del cuerpo.
Quisiera hacer tantas cosas para agradecerle, se me hace difícil pensar que todo esto lo hizo por mi.
Quizás no me quiere muerto, aún.
Aún recuerdo el revoltillo que había en mi cabeza en aquel día, estaba tan agradecido que sentí la necesidad de hacer lo que fuera por hacer notar el sentimiento, y no se si de verdad la amo pero siento como si fuera así.
No esperaba que ella me lo dijera de vuelta, ella ya me lo había dicho, esto no es Disney y aunque deseara que fuera así, no me importaba tanto o eso quería creer, me sentía bien conmigo, sentía mi conciencia en paz. No tenía nada que esconder.
Las cosas no suceden de la noche a la mañana, solo me queda la esperanza de que las cosas mejoraran eventualmente.
Salgo de mis cavilaciones cuando Leonor se rasca la garganta con molestia—¿Quieres agua, cariño?— Le pregunto divertido, hay veces que me gusta verla amenazándome.
—No quiero agua, y como me vuelvas a decir "Cariño" Tomo todas estas agujas y te las clavo en los ojos— Responde débilmente con los ojos cerrados.
— ¿Porque no me cuentas como me encontraste? Tengo mucho tiempo aquí y me empiezo a aburrir.—Propongo efusivo.
—Ya te dije unas mil veces que no tienes que estar aquí, puedo cuidarme sola —Dice de mala gana.
— ¿Como podría? Arriesgaste tu vida por mi, salvaste la vida de mi hermano ¿No sería demasiado inhumano dejarte sola aquí? Además te dije unas dos mil veces que no es una carga para mi, quedarme con el amor de mi vida—Respondo divertido.
Comienza a moverse hasta quedar sentada, lleva procede a mover una de su mano hasta su brazo tomando las agujetas que transportan el suero. Cuando soy consciente de la acción, la detengo con una juguetona sonrisa en mis labios.
Ahora me parece hasta tierno.
—¡Dios! no soportas unos chistes. Solo te estaba jodiendo, amor. Relájate — Reí.
La vuelvo a acomodar de la manera que estaba antiguamente acostada.
—Si, claro. Jodiendo de esa misma manera te voy a pinchar un ojo— Bromea con la diminuta sonrisa posada en sus labios.
Quiero tantas cosas con ella que no se por donde empezar, sus ojos hermoso se ven tan cansados por mi culpa.
Dejo de mirarla.
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GARRAS Y ESPINAS.
Action•Terminada• Somos las rosas de este gran jardín al igual que somos las cazadoras en este inmenso valle. Podemos llegar a ser la ternura misma como la violencia encarnada. Somos bellas y quizás perfectas pero tenemos un poder, un veneno que puede con...