Capítulo 5, parte 3: Confía en mí.

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CAMERON:

Regresé a casa más confundido que antes. Durante todo el día anterior no había parado de pensar en Cia, incluso cuando mis padres me dieron la noticia de su separación, pensar en ella me alegraba. Me preocupa que esa chica sea más importante de lo que creí.

Hoy tuvimos una tarde fenomenal, donde la pasé riendome y rencontrándome con una parte que creía perdida de mí mismo. Ella tenía la capacidad de animarme con una sonrisa, sin mencionar que es la única capaz de escucharme por horas sin siquiera aburrirse. Esta tarde comprobé que la quería, muchísimo, y que le estoy súper agradecido...

-¡Hasta que llegas!-cerré con llave la puerta principal, siendo recibido por mi padre de una mala manera. De pronto, el buen humor que traía se esfumó.-Tienes que hablar con tu madre.

-¿Para qué?-mamá necesitaba tiempo a solas, y me refiero a lejos de este tipo traidor. Realmente no tenía nada que ver conmigo, y aunque quisiera, no podría hacer nada.

-El divorcio, Cameron. Tienes que persuadirla para que se retracte.

Apreté los puños con fuerza, tratando de contener la ira. Él era el gilipollas que no la ha respetado, no tiene derecho alguno a pedirme aquello.

-¿Me estás jodiendo? Papá, con lo mierda que has sido, ¿Realmente esperas que esté de tu lado en esto?-había un límite para cuánta estupidez podía aguantar, podía sentir todo mi cuerpo tenso, y la única forma que veía para calmarme era partirle la cara a este tipo. Pero no puedo hacer eso, ante todo es mi papá.-No cuentes conmigo.

Me dirigí a las escaleras, porque quería dar por terminada la discusión. Mamá debe decidir por su cuenta lo que la hará feliz.

-No sólo tendrías tu auto devuelta, sino que podríamos hablar de unas vacaciones con tu novia y amigos en la casa de Florida...

La oferta era tentadora, pero no importaba. No podía creer que quisiera comprarme con esas artimañas, se supone que como padre, tiene que darme un buen ejemplo. Bueno, siendo honesto, desde que ingresó en la política no se comporta precisamente como un padre. Pero me duele y llena de rabia que haya destruido sin más a la familia.

-Tal vez esos trucos te funcionen en la política. Pero eres mi papá, no debes comprar mi confianza o mi apoyo...-dije, sin siquiera voltear a verlo. Me daba asco verlo siempre igual de elegante, con camisas y pantalones de vestir que me dejaban ver su soberbia y arrogancia; para colmo, es mamá quien mantiene todo limpio y arreglado, así que suma puntos a mi resentimiento.-Por mí, que mamá se divorcie cuanto antes. Y no quieras hecharle la culpa a nadie, quien rompió la familia fuiste tú.

Fui hasta mi cuarto, y me encerre allí lo que quedó de la noche. Mamá echó a papá de la casa junto a toda su ropa, un hermoso espectáculo para los vecinos curiosos y sin vida propia; mi hermana, bueno, no sabía de ella, probablemente esté tan harta de la situación como yo y solo busque salir de aquí.

Estaba por dormirme luego de una partida complicada de Fornite con los chicos, cuando mi celular sonó por una llamada. Sonreí al pensar que Cia me estaría llamando, tenía muchas ganas de decirle que me había divertido y quería que se repitiese. 

-Hola-dije, alegre nuevamente. Es increíble como puede cambiar mi humor hablar con ella.

-Hola, Cam.

Mi sonrisa desapareció de pronto al escuchar la voz de Bianca. ¿Pero qué me pasa? Es mi novia, debo estar feliz por hablarle. Ignoré el hecho de estar decepcionado porque no fuese Cia quien me llamó, y volví a centrarme en la conversación.

-¿Qué tal estás, amor?-pregunté, recordando a modo veloz lo que había hablado con Bianca esta semana. Al ser sábado, tenía práctica de patín hasta tarde.

Un Amor UnilateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora