Capítulo 11, parte 3: Las consecuencias de confiar.

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VENECIA

Prestar atención a mí trabajo en la cafetería nunca fue un problema. Atender a los clientes es cosa de todos los días, pero hoy mi mente se encuentra en otra galaxia.

No dejo de pensar en Holly siendo el punto de mira de gente peligrosa, aunque estoy muy segura de que nada va a pasarle. Confío plenamente en Cameron.

-¡Venecia, por lo que más quieras presta atención!-la riña de mamá llega a mis oídos trayéndome nuevamente a la realidad. He olvidado por completo las bandejas con órdenes nuevas sobre el mostrador.-¿Se puede saber qué ocurre contigo hoy?-pregunta cuando me acerco.

-Nada.

Me limito a seguir con mi trabajo lo que queda de jornada. Cuando ya casi no hay clientes, me tomo un pequeño descanso para volver a chequear mi celular, con la esperanza de que Cam haya contestado alguno de mis mensajes.

Le deje cerca de veinte.

"Estoy bien. No te preocupes. Hablamos mañana."

¿Es todo lo que dirá? Demonios. No puedo lidiar con su humor tan cambiante.

-Esa cara me dice que hay malas noticias.

Levanto la mirada de mi teléfono para encontrarme con hermosos ojos color azul, llenos de alegría y sin problemas. Ver a Mason entre tanto caos se siente como un soplo de aire fresco en el peor de los veranos.

-Hola Mason.-mi voz sale apagada, incluso cuando intento que no se note mi estado de ánimo real.-¿Qué te trae por aquí?

Enarca una perfecta ceja, mientras se sienta a mi lado en la barra.

-Quería verte, tal vez.-su obviedad hace que quiera golpearme a mí misma.-Y por supuesto que los batidos de tu madre también influyeron.

Me río contra todo pronóstico. Este chico sabe como levantarme el ánimo.

- Le diré a mamá.-intento levantarme para ir a la cocina, pero su mano apoyada en mi brazo me detiene. Me vuelvo a sentar de golpe.-¿No querías un batido acaso...

-Honestamente, ahora mismo sólo quiero saber qué te tiene tan triste.

La seriedad en su cara me sorprende, pero no puedo mentirle. A él no, estoy segura de que su super poder de leer a las personas le revelaría todo. Apenas puedo mantenerle la mirada.

-Ven conmigo.-tomo su mano y subo las escaleras hacia mi casa. Mamá podrá arreglarselas sola hasta que llegue Dylan. Nos guío a la pequeña terraza que tenemos y me dejo caer en una de los sillones.-No quería que mamá nos escuche, esa mujer es imposible.

Una sonrisa dulce aparece en su rostro. Se sienta en el sillón frente a mí, muy dispuesto a escuchar mis problemas.

La cosa es que no creo que sea buena idea hablarle de Cameron a Mason.

-Pues... No sé por donde comenzar. Por un lado está mi mejor amiga, y su novio super peligroso, y por el otro lado...-mis palabras mueren en mi boca, negándose a salir. Como puedo levanto la mirada hacia Mason, muy avergonzada por admitir lo que voy a admitir.-Por el otro lado está Cameron.

Hundo la cara entre mis manos, incapaz de verle. Soy una imbécil, sé perfectamente que a Mason le gusto, es más, a su lado siempre le correspondí. Pero nunca le fui honesta. Jamás supo que mi corazón ya tenía dueño, porque en el fondo siempre quise que él pudiera cambiarlo todo. Yo quería enamorarme de Mason desde el inicio, porque así podría olvidar a Cameron.

Soy una idiota con todas las letras.

- Oye, mirame, Cia.-me lo pide con muchísima dulzura, apartando mis manos de mi cara. Este chico no es real. No puede ser real.-Supuse que había algo entre ustedes desde nuestra primera cita. Lo molesto que estaba lo delató.

Un Amor UnilateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora