Capítulo 10, parte 1: Confiar o no.

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CAMERON

Termino de limpiar la casa con Deuce, justo a tiempo para la hora del partido. Él se quedó anoche para ayudarme y no le he dejado irse aún. Sé que su padre volvió a marcharse por trabajo, al igual que sé que no la está pasando bien con lo de Holly.

No entiendo a esa chica, ni a qué está jugando. Pero Deuce no es juguete de nadie.

-Ten, para los problemas.

Le tiendo un refresco de limón, recordando a Cia en el momento que brindamos por ser unos desastres. Una sonrisa boba aparece en mi cara. ¿Qué ha hecho esa chica conmigo?

-Te ves demasiado feliz, Cameron. ¿Algo para decir?

-Solo diré, que esta noche saldré con Cia. Dijo que tiene algo importante de qué hablarme y... No estoy muy seguro de qué estoy esperando, pero me siento feliz.

Deuce me ve con poco asombro, llevándose el refresco a la boca y subiendo el volumen del televisor. Ya empieza el partido.

-¿Y qué pasa con Bianca? Que te guste Cia no quita que sigas con ella.

- No me gusta Cia... o bueno, en verdad no lo sé. Siento algo distinto por ella, y quiero poder descubrir qué es. - Le explico. Siendo honesto, las cosas que siento por ella me tienen muy confundido, pero de lo que estoy seguro es que Bianca merece a un chico con las ideas y sentimientos claros.-Hablaré con Bianca mañana, lo nuestro no va para más...

-¡Hasta que abres los ojos!- Le fulmino con la mirada. Es verdad, me han dicho en múltiples ocasiones que esto tarde o temprano ocurriría. Sólo que no me gusta admitirlo.-Como sea, buena suerte con tu Julieta.

Miro la hora en mi reloj de muñeca. Faltan poco más de dos horas para mi salida con Cia.

-¿Y tú qué piensas hacer con lo de Holly?- Le interrogo. Su vista no abandona la pantalla ni un segundo, así como tampoco me responde.-¡Oye, Deuce, contesta! Deuce, Deuce, Deuce...

Lo golpeo con el dedo índice hasta irritarlo y obligarle a contestar. Hago eso siempre con Gwen, es infalible.

-¡Basta, imbécil! No haré nada con ella porque no lo vale. Me he cansado de intentarlo.

Alzo las manos en señal de rendición. Su respuesta me complace, aunque sé que haber tomado esa decisión le estará doliendo como los mil demonios. Hacemos silencio por fin y nos dedicamos a mirar el partido, hasta que mi madre y hermana llegan y nos envían a mí cuarto, lejos de la sala y la pantalla plana de 65 pulgadas.

Al final, Deuce vuelve a su casa, y yo empiezo a prepararme.

******

VENECIA

Holly y Jane acaban de irse, no sin antes haber tenido una muy seria conversación con cada una de ellas.

Mi mejor amiga y yo hablamos sobre su asunto con André. Le dije de veinte maneras distintas, que lo que debería hacer es contarle lo ocurrido a Cameron y que él decida si quiere averiguar o no sobre las andanzas de su padre. Pero ella me ha dicho que no lo hiciera.

Es más, me lo ha prohibido.

Y me ha dejado a mí con la culpa golpeando en mi interior.

Por otro lado, la resaqueada Jane tuvo que dar grandes explicaciones por su comportamiento. Me quedé sin palabras cuando confesó que esa noche le había empezado a interesar uno de los integrantes del cuarteto, y que para perder un poco la timidez y acercarse más, empezó a beber. Claro que ella no supo medirse muy bien con eso, menos cuando sus intentos de coqueteo eran esquivados una y otra vez.

Un Amor UnilateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora