Capítulo 6, parte 1: El lugar que ocupas.

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VENECIA:

-¡Siguiente!-gritó la Señorita Emilce, exhausta de ver tan malas interpretaciones. Hoy entregué mi libreto para la obra, y por supuesto que fue escogido, por lo tanto, no tendría que actuar como el resto.

-Ser o no ser.-empezó muy dramático Deuce, causando que más de uno de nosotros no pudiese aguantar la risa.

-Gracias, Deuce, pero esto es Romeo y Julieta, no Hamlet.-La señorita Emilce acomodó sus gafas e indicó que prosiguiera.-Te recuerdo que necesitas nota.

Deuce palidecio, como si hubiese acabado con el payaso natural que trae en el interior.

-Si con mi mano indigna he profanado tu santa efigie, sólo peco en eso: mi boca, peregrino avergonzado, suavizará el contacto con un beso.-mi boca por poco no llegaba al piso por el asombro. Lo estaba haciendo excelente, todos, incluidos sus amigos, no podían creer lo buen actor que resultó ser Deuce.

-Buen peregrino, no reproches tanto a tu mano un fervor tan verdadero: si juntan manos peregrino y santo, palma con palma es beso de palmero.-rodé los ojos, por alguna razón irritada al escuchar a Julieta, es decir, a Bianca. No debió esforzarse mucho por el papel, era hermosa y buena actriz, prácticamente esto era suyo.

-¿Ni santos ni palmeros tienen boca?

-Sí, peregrino: para la oración.

-Entonces, santa, mi oración te invoca: suplico un beso por mi salvación.-en la obra, ambos se habían alejado de la fiesta lo suficiente para hablar. Miré instintivamente a Cameron, para ver que tan celoso estaba de ver a su novia hacer la escena del primer beso con su mejor amigo. Sorprendentemente, lo estaba tomando bien.

-Los santos están quietos cuando acceden.

-Pues, quieta, y tomaré lo que conceden...-Deuce sostuvo con delicadeza la cara de Bianca y la atrajo hacia sí. No llegó a besarla, porque sólo era una prueba, pero si llegaba a quedar con el papel, el día de la obra se besarian de verdad.

Bianca estaba enrojecida. Me sorprende como ambos se han metido de lleno en su papel, siendo que este es sólo el primer día de ensayo.

-¡Perfecto!-animó el señor Jones, aplaudiendo con esmero. El resto de la clase se sumó. Él señor Jones era nuevo, y según rumores, el amante de la Señorita Emilce. La entendía, era un tipo guapo, de cabello y ojos oscuros, con lo que estoy segura es un buen cuerpo bajo esa fachada de nerd con chalecos horribles que trae a clase.-¿Qué dices Emilce?

-El papel es tuyo, Deuce. Bianca y tú son excelentes actores.-concluyó ella, feliz al ver que todo iba sobre ruedas. Los mencionados parecían conformes, aunque Deuce debía aguantar las burlas de los chicos.-Se ve que tienen mucha química.-y les guiñó un ojo, como si les hiciera una broma. Mal hecho.

Cameron notó el nerviosismo de ambos, pero lo ignoró. Por mi parte, seguí trabajando en los diálogos. No quería hacer una versión anticuada y apegada al original como me estaban obligando, pero es mi deber.

-¿Has visto a Holly, Cia?-eleve mi mirada hacia la voz tan conocida que me hablaba. Era André. No pude evitar sonreír cuando preguntó por mi mejor amiga, eso indica que aún le importa.

-Se prepara allá atrás.-señalé al otro lado del telón, donde todos aquellos aspirantes a participar en la obra debían aguardar su turno. Mi amiga quería ser Julieta, pero ese papel se lo ganó Bianca. Ahora intentaría ser la madre de Julieta.-¿Cuándo me dirás por qué se han separado?

André apretó la mandíbula, sin apartar la vista de ella, quien se encontraba repasando sus diálogos. Él podía mentirle, pero su mirada seguía llena de amor, no entiendo porqué la ha dejado.

Un Amor UnilateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora