JungKook es muy conocido en Busan por sus empresas internacionales, el castaño le dejan a cuidar a un hermoso gatito con pelaje color miel.
Vaya sorpresa que se llevo a ver aquel precioso híbrido, convertirse enfrente de sus ojos. El pequeño JiMin s...
JiMin venía alegre, veía por la ventana del auto todo los lugares, moviendo sus orejitas, el pequeño era muy curioso.
—¿Te gusta Busan? —preguntó el castaño, sin dejar de mirar al enfrente.
—E-es la primera vez qué salgo así, —susurró tiernamente—. M-mi amo no me deja salir mucho.
JungKook hizo una mueca de disgusto, pensaba por un momento que Im si le permitía al minino salir, tal vez es porque es muy tímido o tenga miedo.
—¿Entonces es la primera vez que sales pequeño?
El menor asintió, Jeon se sintió algo mal. Pues no conocía mucho posiblemente, pero se encargaría de enseñarle muchas cosas que le agradarían a un pequeño como el.
Llegaron al centro, el mínimo le brillaban los ojos al ver las tiendas, de ropa, juguetes, dulces, de todo en un sitio.
—S-señor Jeon, quiero ir allí —el minino señalo una tienda de ropa.
El castaño sonrió enternecido ante la imagen de un gatito rubio con las mejillas teñidas de un color durazno.
Asintió, y lo tomó de la mano. Era tan lindo, aunque ambos sentían las miradas de otras personas, quienes se alejaban con asco del menor.
Sólo ignoro eso, y comenzó a caminar con él más apegado, su estilo de ropa es diferente a la del gatito, el de JiMin era más de colores claros o pasteles, y los de JungKook oscuros. Sobre todo el negro..
—¡Mire! Qué lindo es —enseño un bonito overol de mezclilla.
Lindo. Eso era, un lindo gatito.
—Si te gusta, pruebatelo y lo compramos cariño —contesto mirando al menor dulcemente.
JiMin se sonrojo, sus mejillas tenían un dulce color durazno. Y asintió llevándose el overol y una camisa de manga larga de rayas.
JungKook se quedo esperando al menor, una joven apareció caminando con no tan buenas intenciones.
—¿Algo másque se le ofrezca lindo? —la mujer sonrió mientras le giñaba el ojo.
¿Se le metió una basura? No.
•
JiMin fue a probarse la ropa, con cuidado de que no moleste ni lastime sus orejitas, pero tenía miedo a hacerlo aún así. Así que salío para pedirle a el castaño que lo ayudará.
Salío con el overol a medio poner, y la camisa en su cabecita resaltando su piel lechosa.
Buscaba al mayor con la mirada, y lo encontró conversando con una rubia muy bonita.
JiMin se molestó, puede que sea muy "pequeño" pero no era tan puro como su edad e inocencia lo hacía ver, desde donde se encontraba veía las intenciones de la mujer. Al ver como la chica se le ínsinuaba mucho al mayor se acercó, haciendo un puchero y jalaba su camisa.
—A-amo, ¿M-me puede ayudar con mi camisa? E-es que soy muy torpe, y no me quiero lastimar —Park le mostro un pucherito, y tenía los ojitos cristalizados.
Esto sí es llamar su atención.
—Claro que si cariño. Disculpa, ayudaré a mi pequeño —tomó a la chica de los hombros y la hizo aún lado, y ella se notaba molesta.
Sonrió victorioso, el menor tomo la mano del castaño y cuando se alejaban le mostro la lengua desde lejos a la mujer. Enfureciendola más.
El rubio sólo sonreía victoriosamente. JungKook lo cargo para ponerlo en una silla y acomodar la ropa.
—Y, listo. Ya está Minnie, te queda bonito —el castaño sonreía. JiMin tomo las mejillas del humano con sus pequeñas manitos, moviendo la colita de un lado al otro—. ¿Qué sucede?
—Tengo hambre.
Jeon sonrió, y lo bajo de la silla.
—Toma todo lo qué vayas a comprar, iremos a desayunar —JungKook dijo—. Por aquí debe haber comida cerca.
Sonrió haciendo desaparecer sus ojitos en una fina línea, y abrazar al mayor.
—¡Gracias amo! —fue lo último que dijo para ir por más ropa.
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