Capitulo 3

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CAPITULO 3

¡SORPRESA!

A la mañana siguiente me levanto mucho más temprano de lo normal. Se que una parte de ello son los nervios al nuevo trabajo, así que no hay nada mas que me relaje que tomar un buen café junto a un cigarrillo.

—Necesitas calmarte hermanita. De verdad que estas peor que mamá, cuando se ponen ansiosas.

—Lo sé, pero no puedo evitarlo, Damián.

—Te irá bien, eres una chica muy inteligente Amber.

—Gracias.

—De nada pequeña. —Saca un cigarro de la cajetilla que está frente a nosotros. —Vengo a despedirme. —Dice, y puedo notar como desvía su atención hacia el par de edificios que quedan frente al departamento.

—¿Por qué? —Pregunto confundida. —Pensé que...pensé que esta vez te quedarías Damián.

—No puedo durar mucho tiempo en un lugar, lo sabes.

—¿Volverás?

—Lo prometo. —Suelta un suspiro. —Me van de la mierda las despedidas.

—Eso es cierto. —Me mofo —No sabes hacer nada bien, mas que agarrarte a golpes.

—Eres una tonta, lo sabes, ¿verdad?

—Jodete hermanito. —Niego con la cabeza —Iré a darme una ducha, necesito irme a trabajar. Por favor comunícate conmigo más seguido, y cuídate mucho.

—Lo haré, Amber. —Mi hermano se levanta de la silla de jardín que está frente a mí. Sin decir nada me da un fuerte y confortable abrazo, de esos que se brindan en las despedidas, tan confortables y dolorosos a la vez.

...

No dejo de pensar en donde irá Damián esta vez, y aunque sé que es casi una regla que cuando está aquí es sólo por un par de días, y después marcharse sin más. Sólo un intento de despedida, un cálido abrazo, y adiós. Niego con la cabeza para tratar de borrar las imágenes negativas en mi cabeza, sé que regresara nuevamente, tiene que hacerlo.

—¿Estás bien? —La voz dulzona de Stella me hace desviar y eliminar los malos pensamientos, lo cual agradezco.

—Sí, es sólo mi hermano, pero suelo preocuparme de más. —Sonrío. Stella me brinda un rápido abrazo.

—Animo cariño, es tu primer día.

—Eso también me tiene algo desenfocada, universitarios poniéndote toda la atención, observando cada movimiento y...

—No creo que eso sea lo peor. —Se mofa.

—¿Puede haber algo peor?

—Sí...que hay unos chicos demasiado buenorros —Dice, con una sinceridad que me mata de risa. —En mi clase tengo a dos que tres chicos que están más que sexys, lo peor es que suelen ser tan descarados y proponerte todo a cambio de buenas calificaciones. —Mi amiga, suelta como si nada, como si eso fuera algo tan normal. Trago saliva y abro los ojos de tanta sorpresa, que siento que en algún momento van a salir de mi cavidad orbitaria.

—¿Es broma verdad?

—Por supuesto que no, Amber. Te lo digo por que tienes que tener mucha autoridad, los tipos malos y buenorros abundan en la Universidad, y por ningún motivo debes tener nada que te una a ellos, si no estas perdida.

—¡Estás demente, Stella! No se como mierda continuo escuchando semejante cosa.

—Te estoy preparando cariño, es sólo eso.

Yo te haré olvidar, Amber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora