Yo te haré olvidar, Amber.

Capitulo 26

CAPITULO 26

TENEMOS UNA RELACION.

Sábado por la mañana. El día está nublado y ligeramente frío, coloco un suéter, y unas botas que calienten mis piernas por encima de mis vaqueros. Salgo a la cocina y sirvo un poco de café en él un termo. Busco mis llaves con precaución y evitar que alguien se levante. Sigilosamente salgo del departamento, para ir en busca de mi auto.

Un día después de acción de gracias todo fue risas y situaciones bastantes agradables. Damián, Alejandro, Stella, Ayden y yo, fuimos a dejar a Thomas a su casa, fue una locura lidiar con el enojo de Ayden ante la idea que compartiera mi cama con Tom, finalmente logró convencer a mis hermanos, y llevarlo. Stella fue la encargada de dirigirnos, y eso también causa un enojo de Damián, por llegar a su departamento, y enterarnos que Chris, el ex novio de Stella aparte de recibir a Tomas, resulta que también era su vecino ardiente. Fue una noche de sorpresas y más.

Suelto un suspiro mientras escucho la siguiente canción que se reproduce en la radio. Sigo buscando la dirección que Alejandro me mando por texto. Estoy consciente que tal vez esté en un error por venir y buscar a la señora Smith, pero las dudas en verdad son más grandes, ella quería hablar conmigo, y bueno, como dicen "La curiosidad mató al gato"

Media hora después llego al destino. No puedo tardarme más de lo adecuado, Damián ha pospuesto la sorpresa de Stella, para ir a hoy. Ha dejado claro que quiere ir a Santa Mónica, y que partiremos a las 3 de la tarde.

Estaciono el auto. Nervios y ansiedad son los que me invaden en este momento.

Y que pasa, cuando estoy así...

Mis uñas lo pagan.

Resoplo. Toco el timbre, no hay respuesta. Nuevamente intento. Una voz conocida, se escucha. Un escalofrió.

Una mujer de mediana edad, una sonrisa cariñosa.

—¡Amber! —Eufórica, sonríe. Su abrazo llega enseguida. Debo aceptar que al principio suele parecerme algo incomodo el abrazo. Ha pasado tiempo, y es extraño que la mamá de tu ex prometido esté tan emocionada de verte. Unos segundos más, el abrazo deja de ser tan raro, y lo acepto, incluso lo profundizo. —Te he extrañado, linda. —Sonrie.

—Ha...pasado tiempo. —Suelto. —Esto eso...

—¿Raro? Lo sé. —Se hace aun lado, y entro a la sala. Sin más me siento en el sofá. —¿Cómo has estado cariño? —Cuestiona.

¿Cómo debo responder?

Opcion A.

Ah si estuve pésimo por el engaño del idiota de su hijo, me deprimí, subí de peso, me descuidé, perdí mi trabajo, dejé Baja California, y vivo con miedo a enamorarme por el trauma y la herida que ha dejado su hijo.

O

Opción B.

¡Genial! La infidelidad del estúpido de su hijo, me ha hecho superarme, tengo un buen trabajo, tengo una amiga que adoro y ahora es mi cuñada, y conocí a un chico ardiente que se está convirtiendo en esa luz en la oscuridad.

¿Difícil? ¿Cierto?

Suelto un suspiro. —Bien. —Respondo finalmente.

—Se que te ha de parecer extraño toda esta situación. Es solo que desde que hace tiempo no he dejado de pensar de ti. —Pasa una mano por ese cabello rubio, con atisbos de canas. —Mi familia ha sido causante de perder personas importantes. —Suelta.