Capitulo 7

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CAPITULO 7

INDECISIÓN, CONFUSIÓN.

No he podido estar en calma desde la noticia que me ha dado Stella. Ha pasado 1 semana, y Ayden no ha regresado. No tengo la menor idea de cual haya sido la razón de su accidente, ni siquiera sus amigos parecen querer responder mis preguntas, cada vez que me acerco, ellos parecen actuar como si tuviera alguna clase de virus contagioso, y eso sinceramente me pone mucho más intranquila.

No es como si él me interesara, no es como si sintiera algo. Pero la sola idea de imaginar que es algo grave, me hace revolver mi estómago. Y a pesar que trato de mantener todo bajo control en el ámbito laboral, en lo personal me siento completamente desequilibrada.

¿Lo peor? No tengo la menor idea de por qué.

Stella y la insistencia de que verifique que todo se encuentra tranquilo, calmado y bajo control, es el pan de cada día. Y no lo niego, me ha pasado por la mente esa idea, saber que él está bien, saber que esta estable, simplemente verificar, y listo. No hay más.

—Deja de darle tantas vueltas, Amber. Vas a causarme migraña. —Stella deja el cigarrillo en la mesita de madera, del pequeño balcón de mi departamento.

—¿De que hablas? —Inquiero.

—De lo sucedido. —Responde con sarcasmo. —No es el fin del mundo, solo hazlo.

—Definitivamente no se de que demonios estás hablando.

—Amber...no soy idiota sí.  No pasa nada si lo haces.

—Ya entiendo. —Tomo un cigarrillo. Lo enciendo, y prosigo. —Pero la última vez el actuó como un idiota, sabes.

—Los hombres por naturaleza son idiotas, Amber. O al menos con los que me topado —Encoje los hombros. —Deja de darle tantas vueltas al asunto, no tiene nada que ver que te intereses por un alumno. Manéjalo así.

—No estoy interesada en él. No en ese aspecto. —Suelto, y la mirada de mi amiga es de total burla.

—¿Entonces?

—Su salud, Stella. Estoy interesada en su salud, en que le sucedió. Solo eso.

—Bien, bien. Tú sabes cómo quieres manejar el asunto, sin embargo, opino que hagas algo, lo que sea, pero mueve ese trasero.

—Tan linda tú. —El sarcasmo que uso, es evidente.

—Siempre. Mi sinceridad impacta —Stella hace una típica cara, de esas que no sabes si burlarte, o mandarla al carajo. —¿Entonces?

—No lo sé.

—Bueno, entre dilemas y dramas, iré por una jodida copa de vino. —Mi amiga va hacia la nevera en busca de la botella que hemos dejado a la mitad.

...

Quedan 20 minutos de clase, y no dejo de analizar la manera en que lo haré, me siento extraña por la manera en que estoy llevando esto, y algo dentro de mi me dice que lo estoy maximizando más de lo que debería.

Mis uñas parecen ser parte de mi estrés, y es que no puedo evitar dejar esa loca manía cuando tengo indecisión, o pelea entre mi subconsciente y yo, y ha decir verdad esto parece más que pelea, una guerra.

El timbre suena, y los chicos comienzan a salir. Tomo mi maletín y voy hacia mi objetivo, hacía mi misión.

—Evan...—Digo. Y el chico rubio se detiene. Mi corazón palpita rápidamente, y me siento extraña.

Yo te haré olvidar, Amber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora