Capitulo 8

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CAPITULO 8

REGRESO INESPERADO.

Han pasado dos semanas desde aquella visita. No he hecho por buscarlo nuevamente, no lo creo prudente, ni conveniente para mi salud mental. Logre sentirme tranquila aquella vez, logre sentirme bien por la decisión que tome, pues la verdad era un estrés diario pensar e imaginar que hubiese sido algo peor.

Dejo el labial nude en el tocador, para ahora usar el delineador negro. Esta vez le he propuesto a Stella salir a un club que he escuchado por algunos alumnos de la universidad. Esta noche, es solo de chicas.

Mónica y Sarah, nuestras vecinas del cuarto piso, se unieron a nuestra noche de chicas, ambas trabajan en una agencia de diseño de interiores, hace poco tiempo que se mudaron a Los Angeles, debido a la discriminación que sufrían por ser pareja. Sarah es de un pueblo de áfrica, en donde tener un gusto diferente, era causa de abuso, golpes e incluso graves agresiones sexuales, con la estúpida idea que eso podía 'arreglar' la etapa que estaban viviendo, una belleza alta, bronceada, de esas chicas que llama la atención por donde pasa. Mónica una linda chica de Guadalajara, que sin duda alguna se lleva las miradas de más por su estatura media y cuerpo muy bien proporcionado. Un dúo dinámico, lleno de belleza, sensualidad, buena onda, y carisma.

No me quejo, Stella y yo, somos un dúo de locura pura.

Infinity de The XX, suena por todo el lugar. Stella grita. Ella suele conocer todas las canciones, es un karaoke andando. Y por eso me encanta.

—Esta noche, todo corre por mi cuenta. —Stella dice, una vez que encarga una ronda de tequilas.

—Me toca a mi pagar.

—Yo lo hare, Amber. Deja de joder y acepta.

—Ya, ya.

—Esta noche necesito embriagarme. —Al momento se empina todo el pequeño vaso tequilero frente a ella.

—¿Y ahora que sucedió?

—Chris, yo, y mi estúpida mentalidad infantil.

—¿Mentalidad infantil? —Pregunto, dubitativa. Bebo un poco de tequila, con limón.

—Chris es de esos chicos que están buenos, pero que quieren ir muy rápido. Me aterra esa idea Amber.

—Pensé que era él bueno Stella, pensé que estabas enamorada y esas mierdas. —Digo, y no puedo evitar sentir pena por mi amiga.

—Si, si, él me gusta, aparte que en la intimidad es todo un experto. —Dice, y yo rodeo los ojos. —Pero quería llevarme a conocer a su familia, y bueno, eso me da miedo, sabes que cuando algo aun no es estable y conoces a la familia, es un compromiso total. No me siento lista.

—¿Y por que no se lo aclaras? —Pregunto.

—Lo hice, y mírame...estoy aquí, bebiendo y sintiéndome de lo peor. ¡No se que hacer! —La última oración, viene con drama.

—No soy la mejor para dar consejos. —Encojo los hombros. —Pero creo que, si realmente te gusta, puedes intentarlo.

—Si me gusta, pero no sé si quiera intentarlo. —Bufa con toda la frustración posible. —¡Otra ronda por favor! —Grita a la chica de la barra.

—No quiero emborracharme todavía, Stella.

—Ni una mierda, es noche de chicas, y quiero beber hasta que no recuerde que tengo una mentalidad infantil, quiero beber hasta que me olvide que soy una cobarde.

Yo te haré olvidar, Amber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora