Capitulo 13

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CAPITULO 13

¿TENEMOS UN TRATO?

La hora de despedirse de mis hermanos ha llegado. Siento un enorme vacío dentro de mí, eso de verlos en el aeropuerto, me parte el corazón. Ya no tendré a mi dúo de locos peleándose más entre semana. Los extrañare, sin duda lo hare. La promesa de Alejandro en volver en 1 o 2 meses queda. Damián me ha dicho que volverá en unas 2 semanas.

Se una de las razones, bueno, en realidad estoy segura de dos razones, pero en realidad me atemoriza una de ellas. Las peleas.

Trago saliva para poder disipar el nudo en la garganta que siento. Veo que pasan el punto de revisión, y sin más los veo alejarse, hasta que ese par de idiotas desaparece.

Suelto un suspiro, mientras me encamino al auto. Es sábado por la noche, así que estoy literalmente sin ningún plan, y eso me hace sentir algo sosa.

Thomas ha ido de imprevisto a Seattle, cuestiones familiares comento. Y Stella continua con esa relación extraña de no adentrar más los sentimientos con Chris.

Llego a casa y lo primero que hago es aventarme al sofá. Busco una serie en Netflix, y la encuentro, una serie española que me emboba. Trata sobre un robo a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.

Me quedo impactada

Realmente es buenísima.

Llega el lunes, y como es de ley, no quiero levantarme. Me la pase entre copas de vino, terminando la serie, y viendo una película que donde salía un chico realmente guapo. Así, aunque no me pase un fin de semana bomba, ni de fiesta, me siento cansada.

Cuestiones de la edad...puede ser.

Te hace falta un buen acoston. Serían las palabras de Stella.

Llego a la Universidad. Todo parece en calma, dejo mis cosas en la sala de profesores. Me preparo un buen café negro y bebo. Minutos después la energía impecable de Stella entra, sin duda me contagia de esa vibra tan fresca.

—Hola, hola. —Mi amiga dice.

—¿Buen fin de semana? —Pregunto.

—Algo así. —Bufa. —Literalmente estoy soltera. —Sonríe.

—¿Literalmente? ¿Cómo?

—Bueno...no literalmente, en realidad estoy dejada. —Dice, y no puedo creer que lo asimile tan bien, de una manera que me sorprende. —El chico buenísimo, me dejo... ¡Demonios, que ironía!

—Se supone que debes estar...no lo sé...deprimida.

—Ni una mierda, es un hombre, no algo que necesite para vivir.

—¡Bum! Eres toda una caja de sorpresas. Te admiro.

—Se controlar mis sentimientos, elimino lo malo y me quedo con lo bueno después de una ruptura. —Encoje los hombros. —Igual y dejemos el drama. ¿Qué sucede? —Su cambio de pregunta me toma desprevenida.

—¿De qué?

—Si, tienes una cara Jo...di...da. —Hace énfasis en cada par de letras.

—Tuve un fin de semana aburrido.

—Te hace falta un buen acoston. —Se mofa.

Lo sabía...

Sabía que llegarían esas palabras.

¿Saben que es lo peor? Que tal vez tenga razón. Necesito desempolvarme un poco, poner en movimiento ese cuerpo. ¡Tengo 25 años!

—Thomas llega en 1 semana. —Dice. —Y a decir verdad yo...no pensaba en Thomas. —Se responde a sí misma. —Lo que tú necesitas es...una nochecita caliente con ese pelinegro tatuado.

Yo te haré olvidar, Amber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora