Yo te haré olvidar, Amber.

Capitulo 14

CAPITULO 14

UNA LLAMADA...INESPERADA.

Drake suena por todo el departamento de Stella. No puedo dejar de tratar de cantar, aunque en realidad no tengo la menor idea de si estoy cantando bien o no, lo que importa es sentir la música, y eso es lo que hago.

Mi amiga esta preparando su bolso para irnos de compras. Es viernes por la tarde, hemos salido del trabajo, así que no hay nada que nos impida hacer nuestra noche de chicas, esta vez sin que ningún tipo idiota quiera hacernos pasar lo peor.

De solo pensarlo me estremezco...

—¿Ahora te gusta Drake? —Pregunto una vez que subimos a su lindo auto.

—Algo así. —Encojo los hombros.

—A Damián también le gusta. —Digo, y no puedo evitar ver como mi amiga muerde la parte interna de su mejilla. —-¡Maldita! —Achico los ojos. —Mi hermano tiene que ver en esto... ¿Verdad?

—Estas delirando. —Rodea los ojos. Se que está evitando reír. — ¿Sabias que la falta de sexo te hace delirar? —Pregunta, con toda la intención de hacerme olvidar el tema.

—Puede que pronto deje de ser una mojigata. —Me mofo.

—¿Qué? Oh, eres una sucia. Cuéntame todo.

—Lo hare una vez que enciendas el auto, y nos vayamos al centro comercial.

—Bien, bien.

El centro comercial es tan grande, que una vez que entramos me siento pequeñita, hay tantas marcas reconocidas, tantas tiendas que sin duda estoy consciente que no recorreré todo. Stella se adelanta rápidamente a una tienda, que definitivamente no me sorprende para nada. Ropa íntima. Entro segundos después, y ella ya lleva un par de modelitos bastantes sugerentes, pero lindos.

No sé por qué, pero algo dentro de mí, me dice que eso es para mi hermanito.

Mi sexto sentido de hermana. Lo se...

Elijo un par de cosas, nada fuera de lo normal. Pagamos, y nos vamos a la siguiente tienda, compro un par de pantalones de vestir, y unos vaqueros. Blusas casuales e informales. Continuamos caminando, hasta que el olor a café inunda mis fosas nasales, tengo que detenerme, necesito beber algo de cafeína, para poder continuar el recorrido. Stella va por un pedazo de pizza y una gaseosa.

—El jueves me paso algo extraño. —Stella dice de pronto.

—¿Qué paso? —Enmarco una ceja.

—Es algo que...bueno, pensaba decirte antes.

—¿Incluye a...?

—A un chico buenísimo. —Me guiña el ojo.

—Bueno, querida amiga para ti todos están buenísimos, así que, si puedes ser más específica, sin duda lo agradeceré.

—Me haces sentir literalmente una zorra. —Resopla.

—¡Dios! No seas tan dramática. Es la verdad, necesito más información si quieres que adivine.

—Es sobre un número telefónico. —Suspira. —No diré más, no quiero que el misterio se rompa. Mejor deberíamos continuar viendo mas ropa. ¡Quiero acabarme la quincena! —Grita.

Niego con la cabeza, divertida ante el hecho que mi amiga sabe como hacerme reír con cada locura que dice. La quiero, quiero mucho a esa castaña parlanchina, y deliberadamente directa.