Yo te haré olvidar, Amber.

Capitulo 28

CAPITULO 28

UN SENTIMIENTO PROFUNDO.

Estas dos semanas han sido de locos. Es semana de exámenes, y eso parece afectar tanto a profesores como alumnos. El humor de toda la universidad es estresante, y de mal humor.

Eso y agregando las repetidas ocasiones en que me he topado a Thomas, agrega un poco más de negatividad a mi humor, el parece estar donde menos lo espero, y eso me lleva a un molesto, y desagrado total.

Ayden y yo hemos estado distantes, no me he atrevido a contarle nada, pero sé que él sospecha algo por mi comportamiento, sin embargo, sé que hace lo posible por no presionarme. Aunque sé que lo mejor es decirle, solo no confío en lo que pueda hacer, tengo miedo a que todo se salga de control, y sea peor. Se tomen represarías y haya un caos.

Me digo una y otra vez que no puedo doblegarme, que no puedo estar con miedo, no puedo dejar que me atemorice un hombre. Tengo la madurez suficiente para arreglar yo sola la situación, solo debo armarme de valor, y mandar todo al carajo, o armarme de valor y tomar las cosas como son, hacer frente a ello, y ya.

En estas dos semanas he estado acompañando a Stella a ver algunas cosas de la boda, todo va rápido, y tenemos el tiempo encima.

La señora Smith, ha comenzado con las quimioterapias en el hospital de cancerología. He ido la mayoría de las veces, estoy un par de horas, conversamos, incluso le llevo libros para que su imaginación la lleve lejos de todo lo que conlleva el cáncer y sus efectos secundarios. Es extraño verla así, aún no ha pasado la parte más complicada de las quimioterapias, que es cuando necesita más apoyo.

En total, estas dos semanas han sido de locos, total y jodidamente de locos. Agregando que Ayden no me ha respondido algunos mensajes, y eso me pone un poco...intrigada. No suelo ser esa chica celosa ni nada, nunca lo fui, siempre me gusto tener espacio, y dar espacio, no ser ese tipo de novia acosadora. Y ahora no pienso cambiar, no quiero tomar apresuradas las cosas.

Debo aceptar que también es por miedo, miedo a abrirme completamente y que suceda algo. Las cosas con mi tatuado van bien, por ahora, van bien, sin embargo, no estoy del todo tranquila. Aún no hemos aclarado las cosas que habíamos acordado, ni siquiera tenemos algo oficial, digo, sea como sea así deben ser las cosas, o así pienso que me gustarían que fueran.

Selecciono otra canción en mi mp3, mientras comienzo a correr. ¡Si! El estrés me ha hecho mover mi trasero y salir un rato a correr.

¿Extraño? Definitivamente.

¿Me gusta? No, en lo absoluto.

Soy sincera, no me gusta hacer ejercicio, pero aquí estoy, corriendo un poco, y luego caminando debido a mi agotamiento por falta de condición. Son las 7 de la tarde, y lo único que quiero es beber una copa de vino, y ver Netflix.

Doy una vuelta más, y me doy por vencida, compro una botella de agua en algún quiosco, y me dirijo a casa. Agradezco profundamente que el parque quede a tres manzanas de mi casa, eso sin duda, ayuda.

Mi paso se vuelve lento. Un camión de mudanza está en la puerta principal. Franco, el guardia está hablando con los hombres. Había estado tan sumergida en mis cosas que había ignorado el vacante en mi piso. El edificio donde vivió, tiene 5 plantas, y en cada piso son 3 apartamentos. En mi piso vive Stella, una vecina con la cual nunca he hablado, y yo. Hace días había un anuncio de departamento disponible, solo espero que sea una vecina agradable.

Una motocicleta casi sube a la banqueta, en donde estoy como boba caminando distraída. Me sobresalto, por inercia pienso en Ayden, en la trampa mortal de mi chico. Una punzada de decepción se forma cuando averiguo que no lo es.