CAPITULO 17UNA ACLARACIÓN BASTANTE CONFUSA.
Lunes por la mañana. Si, como es debido me siento cansada, pero esta vez no tengo la más mínima flojera. Me siento lista y preparada para ir a impartir clase.
Si...sorpresivamente.
Subo al auto tarareando una buena canción que se ha puesto en la radio, bastante adictiva. Youngblood. Antes de llegar busco alguna cafetería en el camino, por primera vez no quiero el café amargo que coloca el profesor Hill. Al ritmo de la canción termino llegando a la universidad.
Suelto un suspiro. Bajo mi maletín, algunos exámenes que pondré sorpresivamente, y mi deliciosa bebida llena de cafeína que me dará la energía necesaria. Un auto se detiene frente a mí. Sonrío.
—Buenos días, Amber. —Una vocecita conocida me saluda.
—Y vaya que lo son. —Respondo con un toque divertido en mi voz.
—¿Cómo ha estado todo en mi descanso?
—Bastante tranquilo, Tom. Puedo asegurar que hubo algunas personas que te extrañaron.
—¿Y tú, lo hiciste? —Su pregunta, y esa manera tan coqueta me sorprende un poco, sin embargo, le doy una sonrisa.
—¿Así que llegamos coqueteando? ¿Eh?
—Solo no he dejado de pensar en...nuestra última salida.
—Bueno...de eso hay que hablar. —Respondo.
No es como si tuviera que explicarle que hice o mucho menos lo que estuvo a punto de pasar con Ayden. Sin embargo, no sé por qué extraña razón debo hacerlo, ya sabes, poner las cosas en claro, y decir que bueno, he besado a alguien más. Solo tengo que encontrar esa manera, esa manera sutil de hablarlo.
—Te parece si vamos a comer. —Dice como una afirmación.
—Bien, entonces nos vemos para comer. —Busca en su bonito auto el maletín. Pone la alarma, quita mi maletín y la carpeta de papeles de mis manos. Niego con la cabeza, él siempre es tan atento que en cierta manera me gusta esas pequeñas cosas. Caminamos y él me cuenta un poco sobre su viaje a Seattle. Entramos al gran pasillo, no me pasa desapercibida la mirada que algunas alumnas le brindan. Su estilo formal ha quedado a un lado, está usando unos vaqueros azules, una camisa blanca que acompaña con ese saco abierto. Debo admitir que se ve bastante...atractivo.
Termina de decir algo divertido sobre su viaje, sobre sus sobrinos, que me causa tanta gracia, no paro de reír, a él parece divertirle la manera tan...graciosa que tengo de expresar mi risa, y es que a veces suelo ser no tan linda para exponer algo divertido, y hoy, este momento es uno de ellos, en donde no me siento tan orgullosa de mi risita chistosa.
—Lo siento, es que...fue demasiado divertido.
—Eres cruel, Amber. Mira que burlarte de esos demonios, son tan ocurrentes que no tengo ni idea de cómo mi hermana les tiene la paciencia del mundo.
—Eso es lo que se supone que hacen los padres, Tom. Toleran a sus hijos.
—Si, si lo sé. Es solo que bueno, creo que aún no puedo verme con hijos.
—Te entiendo, ni yo. Son tan lindos, pero tienen una enorme etiqueta de ¨despues de los 30¨ —Me mofo.
—Bueno, tendré que esperar 5 años más. —Responde. Me atraganto con el café.
Bienvenido Thomas picaron.
Bienvenido.
—Eres tan ocurrente. —Espeto. Por qué es lo único que puedo hacer.
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Yo te haré olvidar, Amber.
RomanceAmber no quería volver a enamorarse. Había perdido el sentido a ese sentimiento. ¿La razón? Un idiota infiel. Una nueva ciudad, un nuevo trabajo, una nueva vida. Una profesora de idiomas Un alumno imprudente Ella quería alejarse... Él quería acer...