CAPITULO 31
NO SE, SI SERÁ TEMPORAL.
Por segunda ocasión creo que voy a llorar. Todo da vueltas en mi cabeza, siento como si de pronto todo el efecto del alcohol volviera. Las nauseas comienzan, todo el ácido en mi estomago sube por mi esófago.
De repente me voy corriendo al baño. Necesito vomitar, necesito desechar todo lo que me hace sentirme mal. Me siento pésima.
Escucho la puerta de mi departamento cerrarse, quiero levantarme, necesito saber si Ayden se ha marchado. En segundos tengo a alguien agarrando mi cabello en una coleta, continúo con esta imagen nada agraciada de mi en estos momentos, pero mi malestar es más grande.
—Déjame sola en el baño. No es necesario que estés viendo esta escena. —Resoplo.
—Solo déjame ayudarte, Amber. —La voz de Ayden se hace presente. Minutos después me ayuda a levantarme, me lleva al lavabo para pasarme la pasta y mi cepillo. Me miro en el espejo y me veo tan mal, que es la primera vez que me da pena frente a Ayden.
Este desaparece del espejo, y se va hacia la regadera. Abre el grifo y en segundos el vapor del baño comienza.
—Necesitas darte una ducha. —Agrega. Su seriedad no se va.
—Gracias. —Asiente sin decir más. Ayden sale del baño.
Me doy una ducha rápida. Busco un pijama, y salgo hacia la cocina, mientras con desgane cepillo mi cabello. Ayden prepara café.
—¿Cómo te sientes? —Pregunta, una vez que me escudriña.
—Mal.
—No debiste tomar así.
—Necesitaba divertirme. Solo quería olvidarme... —De ti.
—Pues fue una manera estúpida.
—¿Vas a seguirme diciendo cosas? —Cuestiono, mientras avanzo hacia la taza de café.
—Todo lo que sea necesario. —Ayden responde. Se acerca a la barra en donde yo he me encuentro. —Amber...
—Ya has terminado conmigo Ayden. —Respondo, tajante.
—Es lo mejor.
—¿Por qué es lo mejor?
—Por que tal vez estoy llevando todo tan a prisa, tal vez tú no estas listas para esto. Hay que pensar las cosas, ver que es lo mejor para esto, para nosotros.
No puedo evitar dar una sonrisa sarcástica. Niego con la cabeza —Entonces lo mejor es terminar. —Digo. Me levanto del lugar en donde estoy. Antes de salir de la cocina, agrego. —Si ibas a decir todas esas mierdas, porque te acercaste más a mí, porque demonios me hiciste quererte.
—Amber...yo quiero que pienses lo que quieres realmente. No sólo puedes ser egoísta y pensar en tus sentimientos, en decir y hacer solo lo que parezca conveniente para ti, y no medir las consecuencias de tus actos. A mí también me duele Amber...
—Sabes una cosa...en estos momentos no quiero verte. No quiero hablarte...Ya haz tomando una decisión, bien, entonces no hay más que hablar. Lo acepto, acepto todo lo que digas, no estoy de acuerdo, pero lo acepto.
—Yo te quiero, te quiero mucho.
—Eso no soluciona nada...los sentimientos de los demás no me importan, bien, en estos momentos esta sucediendo. Adiós.
—¡Es que no ves! —El tono de voz aumenta. De inmediato llega hasta donde he avanzado. Se detiene frente a mí.
—¡No! ¡Dime!
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Yo te haré olvidar, Amber.
RomanceAmber no quería volver a enamorarse. Había perdido el sentido a ese sentimiento. ¿La razón? Un idiota infiel. Una nueva ciudad, un nuevo trabajo, una nueva vida. Una profesora de idiomas Un alumno imprudente Ella quería alejarse... Él quería acer...