¿Amor?, eso no esta en mi vocabulario. [Terminada]

Capitulo 3: El peor día de la vida.

Bruno's POV.

Esperé a Jack que estaba con esa gata sin garras, sí, así le había puesto, me caía tan mal que me daban ganas de golpear a alguien en este mismo instante, y no me las iba a cobrar con ella por el simple hecho de que respeto a las mujeres, sino, ahora mismo estaría muerta.

Vi como Jack le susurraba algo al oído y luego le entregaba un papelito, ella se quedó tiesa después de lo que hizo Jack, me imaginé que él le estaba entregando su número telefónico y eso hizo que en una parte de mí se enfureciera, a tal grado de gritarle de cosas a mi mejor amigo.

Cuándo se sentó a mi lado, sabía lo que iba a pasa y eso me asustaba.

—¿Por qué tratas de ligar con ella?— pregunté más serio de lo que ya me mostraba y si, me enfurecía que mi amigo se metiera con una puta como ella, no lo valía...

—¿Y por qué no? Además, admite que será divertido...— dijo muy a la ligera, y con eso me di cuenta de lo que tenía planeado con eso, el hecho de que mi amigo jugará con los sentimientos de casi con todas las chicas del instituto me daba completamente igual, pero con esta le iba a resultar difícil eso hasta la marmota lo sabía.

—Hey sabes que eso te va a resultar muy difícil, y cuando ella se entere...— me interrumpió.

—No me va a hacer nada, y nunca se enterara — dijo igual de calmado que antes y eso me molestaba demasiado, como si yo no conociera a mi mejor amigo, sabía que tarde o temprano se terminaría enamorando como con la anterior.

—Lo que me preocupa, es que te termines enamorando como con...— de nuevo me interrumpió, sabe que detesto que haga eso.

—No lo digas, no te atrevas, sabes cuanto daño me provoca su estúpido nombre...— dijo ya enfadado, me parecía como si actuara y se hiciera el ofendido cuando simplemente le estaba mostrando la realidad de las cosas, ¡¡Basta!! Esto ya es mucho, ya tengo con quien desahogar mi furia.

—¡¡Por qué maldita sea, no lo superas ya!!— grité lo que hizo que todos los presentes se volvieran hacia nosotros, excepto la gata sin garras que no le interesaba lo que hablábamos o discutíamos mejor dicho. Es más... ¿Por qué le ponía siquiera anterior?

—¡¡¡Porque me dolió mucho, yo no tengo la culpa que tú seas un maldito insensible que nunca en su puta vida se ha enamorado!!!— gritó Jack con la misma furia que yo tenía. Ella estaba mirando como si también le doliera la situación... Mentirosa...

—¡¡Mejor di que yo no soy un blando que se dejó enamorar por una chica!!— le devolví lo que me había dicho, esta vez ya me encontraba parado y él hizo lo mismo, íbamos acercándonos más hasta que un tipo se interpuso entre nosotros para evitar la pelea que ya se aproximaba.

—Ya... ya... tranquilos, si no quieren que los suspendan pueden volver a sentarse chicos, ¿¿Son mejores amigos qué les pasa??— dijo el chico, Jack se sentó, yo me limité a imitarlo...

—Lo siento, no quise recordarte eso... es que estaba molesto...— dije ya rendido no quería estar peleado con mi mejor amigo, no ahora, además ya había pasado un año desde la ruptura con esa chica tal vez si lo intentaba con Ma... no, no, no, con la gata sin garras podría olvidarle de una vez por todas, además, si le partía el corazón yo, como su buen mejor amigo, estaría ahí para apoyarlo.

—No pasa nada... yo también lo siento por gritarte así... sé que estás enfadado de que todavía no pueda superarlo, pero mírame, lo he intentado con casi todo el instituto y ninguna me llena, nadie me hace sentir como lo hizo ella... creo que debería descartar la opción de salir con Madison y rendirme de una vez — Se escondió en sus brazos apoyándose en la mesa y se enterró ahí.

¿Qué? El mariscal de campo rindiéndose ante una patética chica por favor... ¿Es una broma verdad? Díganme que es una broma y me cago en los pantalones. 

—Pero que estás diciendo... tú no te puedes rendir eres Jack Douglas el rompe corazones ¿Lo recuerdas?— él asintió por debajo de sus brazos y luego respondió ahí mismo.

—Sí, pero...— lo interrumpí ahora era el momento de vengarme por interrumpirme todo este tiempo.

—Nada de peros, no vas a descartar la idea de salir con esa gata sin garras, lo intentarás y si sucede lo mismo que con las otras, buscaremos a otra y así ¿okay?— dije ahora si seguro de lo que yo decía, no permitiría que nadie le hiciera daño a mi mejor amigo no, de nuevo... Aunque me estuviera contradiciendo.

—¿Y si me enamoró de ella?— dijo la pregunta que me tenía rondando desde que le entregó su número.

—Pues sigue con ella confía, no pasara nada malo, lo prometo, ¡¡conquista la animal!!— le di una palmada y él salió de ese ovillo que había creado él mismo con sus brazos.

Al terminar la clase lo vi platicando animado con la gata sin garras, lo que me hizo sentir un poco raro, pero dejando mis rarezas a un lado, decidí acercarme a ellos, ya que si no cumplía mi castigo, llamarían a Mamá, y con todo lo que está pasando en mi familia no quiero dar más problemas.

—Bruno, ¿vamos?— preguntó Jack con esa típica sonrisa de modelo, con esa conquistaba a cualquier chica, excepto a la que tenía en frente, claro.

Asentí y caminamos hacía su casillero, todos los chicos se la querían comer con la mirada, y mis rarezas volvieron a mí, para ser sincero no me gustaba como la miraban, así que disimuladamente y sin que ninguno de mis acompañantes se diera cuenta les fulminaba con la mirada, y ellos apartaban en seguida su mirada de ella y seguían su camino.

Luego nos dirigimos al campo donde dejaríamos a Jack para que pudiera entrenar, y... pues yo me quedaría solo con esa belleza... espera ¡¡¡no!!! Ignoren eso, con esa... esa gata sin garras ¡sí!, eso... aggg... ¿Qué me pasa?.

—Bueno, vamos a la cafetería...— bufo la gata, y yo asentí a la fuerza.

Cuándo llegamos a la cafetería, otra vez esas miradas de sorpresa, y como no nos iban a mirar de esa forma yo nunca acostumbro andar con una chica de esa forma o tan siquiera con una... Solo lo hago por una cosa..., pero que se le puede hacer... ah sí... maldecir al puto director y a la vez agradecerle, él estará contento...

Ella nos dirigió hasta la mesa donde estaban sus amigas, pero una de ellas, tapó los dos lugares luego le guiño el ojo ella rodó los ojos y nos fuimos a sentar en otra mesa abandonada. Genial... ¿Por qué yo?