¿Amor?, eso no esta en mi vocabulario. [Terminada]

Capítulo 20: Confesiones (segunda parte).

Y aquí estaba, entre medio de mi mejor amigo y mi novio, intentando que no se mataran.

-Ella no te merece, ella estará mejor conmigo que con un chico que la hizo volver al infierno, estaba mejor sin ti. -Soltó Nick, con desagrado intentando apartarme, y el que lo logró fue Bruno.

Involuntariamente, me hice para atrás y Bruno se acercó peligrosamente a Nick, yo me cubrí la cara no quería ver esto.

*Flashback*

Después de que Bruno lo apartara de mí, los dos se miraban con furia mientras que mi mirada se trasladaba de Bruno a Nick.

-¿Quién te crees que eres para besar a MI novia?- dijo Bruno apretando la mandíbula.

-Alguien que siempre estuvo con ella. -Contestó Nick, algo que enfureció más a Bruno.

-Ah... ya veo, así que de eso se trata. Una pregunta, tuviste muchas oportunidades de confesártele. ¿Por qué ahora? -Preguntó Bruno, con un tono frío pero astuto.

-Simple. Porque no aguanto verla con un idiota. -dijo y entonces la cólera de Bruno llegó a su límite.

Avanzó hacia Nick y yo me puse en alerta e intervine, Bruno me miraba con ojos incrédulos, mientras sentía la risa burlona de Nick.

-¿Por qué lo haces? -Preguntó Bruno algo dolido. ¿Piensa que lo estoy defendiendo?.

-Porque me quiere, por eso lo hace. Superalo Williams, me quiere a mí a ti nunca te quiso, ponte a pensarlo, porq...-.

-¡Callate, Nick! -Grité cerrando los ojos, cuando los abrí pude apreciar la sonrisa de Bruno, una sonrisa de victoria.

-¿Ves como no te quiere? Me quiere a mí, por eso acepto ser mi novia porque me qui... -

-Cállense los dos de una buena vez. ¡Estoy harta de los dos! -Grité desesperada, ninguno de los dos volvió a mencionar una misera palabra, simplemente se miraban.

-Entonces... dinos. ¿A quién prefieres? -dijo Bruno después de rato.

Me quedé en silencio, no sabía qué decir, aparte de que no quería lastimar a Nick, no aguante más y me solté llorando.

-Idiota, ya la hiciste llorar. -dijo Nick, y yo tapé mi rostro con mis manos.

-¿Qué dices? Yo ni siquiera le dije algo para hacerla llorar, creo que fuiste tú, como eres tan estúpido... -dijo Bruno, entonces sentí como Nick se acercaba más, comprendí que estaba enojado.

-Hijo de puta. -dijo Nick y entonces comenzaron a acercarse los dos. Comenzaban a aplastarme.

Entonces estiré mis brazos para separarlos.

*Fin del Flashback*

-¿Qué es lo que está pasando aquí? -Se escuchó la voz de Jessica. Estaba de brazos cruzados, y Melannie estaba al lado de ella con la mirada curiosa, asomándose por el umbral de la puerta de la cocina.

Nick y Bruno se separaron. Suspiré y entonces recordé...

Di un pequeño grito y tapé mi boca.

-¿Qué sucede? -Preguntó Melannie.

-Wiliam... -Susurré y Melannie frunció el ceño.

-¿Qué tiene él? -Preguntó esta vez Jessica.

-Tengo que ir a verlo-.

-Es cierto hace mucho que no lo ves... -dijo Melannie pícara, rodé los ojos.

-Uy Bruno, te aconsejo que por ahora no te preocupes por mí y te pongas alerta con él. -Advirtió Nick con cara de burla.

-Ya por favor, ¿Se podrían olvidar de que no se llevan bien por un misero segundo? -dije enfadada y subí a mi cuarto por mi teléfono y algo de dinero.

Cuando me di la vuelta, todos estaban viéndome expectantes de mis acciones.

-¿Van a acompañarme? Porque de una vez les digo que ya no hay té para servirles. -dije de mal humor, y ellos asintieron rápidamente.

Salimos de la casa. Jessica, Melannie y Nick se subieron al auto de Jess. Nick me miraba demasiado, y Bruno se dio cuenta, tomó mi mano y la apretó, Nick se giró con enfado cuando vio esto.

Y aunque se me encogió el corazón, tenía que comprender que yo estaba con Bruno y que no podía corresponderle.

Después de un rato llegamos a la comisaria. Abrí la puerta y detrás de mí venían los chicos.

-¡Maddie, volviste! -Exclamó Marissa, dándome un fuerte abrazo. El cual correspondí con una sonrisa. -Está en su oficina, pasa. -

Caminé hasta su oficina, que era la última del pasillo.

Toqué dos veces, hasta que un chico con peinado rebelde y sexy abrió la puerta con cara de cansancio y algo de mal humor, pero que, en cuanto me vio tras la puerta sus ojos verdes se cristalizaron.

Tomó mi antebrazo y me jaló hacia él, fundiéndonos en un cálido y profundo abrazo. Le correspondí el abrazo con una sonrisa de felicidad.

-Te extrañé tanto, pensé que te habían atrapado... -Susurró en mi cabello, su aliento me dio cosquillas, por lo que solté una risita y sus músculos se relajaron ante esto.

-Estás loco, jamás lo harán a menos de que yo lo permita. Recuerda con quién estás hablando, William. -Presumí ensanchando más la sonrisa que él no podía notar.

Entonces risas burlistas, un carraspeo y un gruñido por lo bajo, hizo que volviéramos a la realidad.