Magnus tenía la mirada perdida por la ventana del lujoso automóvil de su prometido. Las ostentosas casas pasaban con rapidez ante su vista y a cada minuto que transcurría, su estómago se revolvía nervioso sabiendo que no era una buena idea lo que estaban a punto de hacer.
—Creo que tu anillo de compromiso está lo suficientemente brilloso como para que lo pulas —bromeó Alexander en un tono divertido.
Agachó la mirada y se encontró con que estaba frotando su anillo. Tenía la mano transpirada debido a que le había parecido una eternidad el trayecto. Cuando al fin, el auto quedó aparcado frente a un lujoso y amplio portón negro, no pudo evitar que su corazón se acelerar nervioso. Esta reacción bien podía ocultarla; sin embargo, su lazo no le permitía tener nada de privacidad, así que en cuanto vio la mirada intensa de su prometido se obligó a confesarse.
—Tengo miedo —reconoció en un jadeo.
—No debes estar nervioso, mi familia te aceptará.
La voz suave de su alfa ayudaba a calmar su frenético corazón, aun así, todavía tenía miedo de encararlos.
—Pero... —quiso reclamar al recordar la mirada de odio de Maryse.
—Además —continuó su prometido sin permitirle objetar—, Izzy se pondrá tan feliz que no te la quitarás de encima; confía en mí, todo saldrá bien.
La voz de Alexander era tan segura que no tuvo más remedio que sonreír, sabía que podía confiar en su alfa y que podrían encontrar una solución a todo. Su prometido sonrió de vuelta y salió del automóvil para abrir una pequeña puerta que estaba al lado del gran portón. Magnus también bajó del vehículo y entro por el acceso que Alexander mantenía abierto para él. El patio principal era muy amplio y en medio había una fuente muy elegante de un gran gato persa negro.
—Habla muy bien de ustedes que tengan tanto respeto por sus antepasados —reconoció cuando su prometido lo alcanzó después de cerrar la puerta.
—Cuando tengamos nuestra casa pondremos una fuente de un gato persa y un ashera —aseguró Alexander mientras se dirigían a las grandes puertas de la mansión.
—Espero que sea una casa más pequeña —dijo con una gran sonrisa—, no estoy acostumbrado a espacios tan grandes.
—Tendrás lo que quieras —susurró su prometido sobre su oreja antes de tomar su mano y abrir una puerta.
Al ingresar a la mansión vio aterrado a las seis personas que se mantenían de pie en el enorme recibidor mirándolos entrar. De inmediato metió en el bolsillo del pantalón su mano libre donde tenía el pesado anillo y se escondió un poco detrás de Alexander con su pelaje completamente erizado.
—Me dijiste que solo estaría tu familia —reprochó sobre el cuello de su prometido.
—Y solo está mi familia —respondió él en el mismo tono bajo—. Buenos días a todos —continuó con voz más alta—, como saben, Magnus es mi destinado y decidimos formar el vínculo. También, queremos formalizar aún más nuestra relación así que nos casaremos dentro de poco.
Algunos gritos emocionados que llenaron la estancia le hubieran hecho reír si no se sintiera tan nervioso por la reacción que pudieran tener los padres de su prometido. Aunque no pudo ver nada cuando una maraña de cabello largo cubrió su visión. Izzy se le había ido encima en un abrazo tan fuerte que casi tuvo que cargarla.
— ¡Te lo dije, Magnus! —Gritó ella— ¡te dije que mi hermano es un necio, pero no un idiota!
— ¿Disculpa? —Se escuchó refunfuñar a Alexander.
— ¡Quiero verlo! —Volvió a gritar emocionada cuando lo soltó solo para tomar su mano que escondía en su bolsillo e ignorando por completo a su hermano— ¡es tan hermoso! ¡Muchas felicidades!
La sonrisa de Izzy era tan sincera que lo contagió, ambos movían sus colas por la felicidad del momento. Aunque cuando por fin dejó de gritar, el silencio de la estancia se sintió pesado.
— ¿Es tu decisión final? —La voz hiriente de Maryse no le sorprendió.
—Sí —respondió Alexander cambiando su posición relajada a una más firme, su hermana hizo lo mismo y Magnus quedó entre ellos percibiendo las feromonas territoriales de ambos.
Por una parte, se sintió feliz al ver a Izzy dispuesta a protegerlos a ambos, aunque no estaba muy seguro de qué podría pasar si ambos alfas se enfrentaban a su familia.
—Es mejor que nos retiremos por el momento —comentó Robert Lightwood en la misma postura que sus hijos, no se veía dispuesto a verse intimidado por ellos —. Discutiremos esto en otro momento.
Robert tomó a su esposa por los hombros y se dirigieron al piso de arriba por las enormes escaleras del fondo.
Magnus echó las orejas hacia atrás al mismo tiempo que Izzy volteaba a verlo con su hermosa sonrisa de siempre.
—Ven, te voy a presentar a mi destinado —Magnus no tuvo tiempo de responder cuando ya estaba siendo arrastrado por la alfombra. Se detuvieron justo frente a un muchacho de su estatura, se le veía pálido y desgarbado, no tenía la apariencia de ser la pareja de esa elegante y sensual chica—. Él es Simon —dijo ella con un codazo.
—Hola, mucho gusto —saludó a la vez que tomaba la mano del muchacho.
—Hola, Magnus, me da gusto que Alec por fin haya encontrado a su destinado —comentó el chico con una sonrisa de lado y se acercó un poco más a él bajando la voz—. Ojalá que le ayudes a cambiar un poco el mal genio que se carga.
—Escuché eso —refunfuñó el aludido.
Magnus rio con suavidad y soltó a Simon para ver a su prometido que se encontraba al lado de un chico rubio y una chica pelirroja que tenía un vientre abultado. El tipo era lo suficientemente guapo como para pasar desaparecido y admitió que le molestaba verlos tan juntos porque ni siquiera con su hermana mantenía tan notoria cercanía.
Izzy lo tomó de la mano y lo acercó a la peculiar pareja.
—Ellos son Jace y Clary —comentó Alexander con una sonrisa—. Jace es mi mejor amigo, prácticamente mi hermano y Clary es su esposa.
Magnus, le tendió la mano al rubio a regañadientes y la soltó de inmediato, había algo en él que no terminaba de gustarle. Era bastante obvio que Jace era alfa y asoció que la naturaleza del tipo era la razón de su desconfianza. Después le dirigió una tierna mirada a la chica pelirroja y su abultado vientre, estaba muy claro que ella era omega.
—Este es nuestro bebé y tu futuro sobrino —comentó ella con una tierna sonrisa.
Magnus no pudo evitar rozar su mano sobre la tela que cubría esa pancita. Su cuerpo hormigueó por el creciente deseo de vivir esa experiencia.
Alexander tomó su mano y él recargó su cabeza sobre el hombro al mismo tiempo que enredaban sus colas. Vio por un momento como su prometido platicaba con su amigo acerca de lo maravilloso que había sido estar en el crucero. Izzy, Clary y Simon hablaban de los síntomas del embarazo y los extraños antojos.
Por un momento, Magnus, se perdió en sus pensamientos al recordar que después de que Alexander lo marcara tenía cierta inquietud por haber quedado embarazado porque hasta donde supo no se cuidaron, aunque los síntomas nunca se hicieron presentes. Inclusive cuando Alexander confirmó que su celo estaba cerca se decepcionó un poco porque realmente deseaba darle una gran familia y llenarlo de pequeños alfas de los cuales enorgullecerse.
Una opresión extraña en su pecho le dificultó el paso del aire a sus pulmones, sacudió la cabeza en un intento de deshacerse de esos pensamientos. Finalmente, ni siquiera sabía lo que Alexander deseaba, todavía era muy pronto como para pensar en familia tomando en cuenta el problema que todavía suponía la opinión de los padres Lightwood.
Era mejor dejar de lado ese tema por el momento.
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¿Qué creen que opine Alec respecto a los bebés? ¿Acaso querrá también unos cuantos pequeñines con orejitas corriendo por todos lados? 😍😍
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La vida con mi felino destinado (Malec)
FanfictionEn un mundo en donde los gatos evolucionaron para convertirse en híbridos de humanos y felinos. Magnus Bane, es un omega renombrado que encontró a su destinado gracias a que su empresa se asocia con uno de los más grandes y poderosos laboratorios de...