2. El traje del novio

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Magnus salió corriendo de la veinteava tienda de ropa que visitaban en el gigante centro comercial. Era las cuatro de la tarde y todavía tenían mucho que recorrer porque no habían comprado nada y al paso que iban era muy probable que no encontraran lo que buscaban.

Magnus suspiró cansado y se derrumbó en una de las bancas que estaba desocupada en el amplio pasillo. Tenía ganas de huir de ese lugar, pero estaba tan cansado que sus piernas no le respondían.

Esa mañana había entrado al edificio Lightwood para continuar con la elaboración de su fórmula y se encontró que en la recepción ya lo esperaba Izzy. Ella le dio una breve explicación a su hermano de que irían a ver cosas de la boda a lo que él solo asintió y se fue directo a la oficina. Magnus le dirigió una mirada confundida antes de ser arrastrado al elevador sin saber de la tortura que lo esperaba.

— ¡Magnus! —Gritó con indignación una voz femenina detrás de él— ¡te juro que esta vez encontrarás tu traje de novio en esa tienda!

Se llevó las manos a la cara sin creer que hubiera aceptado la propuesta de Izzy para que lo acompañara a buscar su traje para la boda. Hizo una nota mental de reclamarle a Alexander por no advertirle de lo apasionada que era su hermana para estos temas.

—Izzy, ya recorrimos todas las tiendas y no encontramos nada —se quejó soltando su peso por completo en la banca cuando su cuñada tiró de él para levantarlo.

—Ya lo sé —dijo ella tirando con fuerza, aunque no la suficiente como para levantarlo—. Y te aseguro que esta vez encontré la tienda correcta, por favor, Magnus, te prometo que será la última.

— ¿Segura? —No se fiaba por completo de esa apasionada alfa.

— ¡Sí! —Respondió ella soltándolo—, te prometo que allí encontrarás tu traje.

Con un bufido se levantó de la banca y de inmediato fue conducido por el pasillo a toda prisa. Del otro lado del centro comercial había una tienda que lucía muy elegante.

—Increíble —expresó en voz baja al entrar al establecimiento.

Había múltiples pasillos donde estaba colgada todo tipo de ropa formal.

—Buenas tardes —saludó una amable dependienta—, bienvenidos a "Le hall de la mode", ¿buscan algo en especial?

—Sí —respondió Izzy sin soltar su brazo—, buscamos un traje de novio para una boda de noche.

— ¿Cómo que será de noche? —Se sintió indignado de no enterarse de los planes de su propia boda.

—Silencio, Magnus —lo reprendió ella en voz baja—. Estaba pensando en algo brillante, algo que lo haga resaltar de los invitados —habló con la dependienta con una mirada brillante.

La agradable chica los condujo por varios pasillos hasta que Izzy encontró un par de trajes que le gustaron. Después de que la señorita colgara la ropa en uno de los probadores, prácticamente lo empujaron para que entrara en el pequeño espacio.

Magnus se derrumbó en el banquito que estaba al lado de un gran espejo y recargó su cabeza sobre él cerrando los ojos.

Todo esto de los preparativos de la boda era una locura y desde que Alexander anunció su compromiso, no se había quitado a Izzy de encima con incontables catálogos y revistas donde le mostraba todo tipo de artículos para el evento. Desde los adornos de las mesas hasta ropa que podría usar para la noche de bodas. Magnus se limitaba a decir que todo estaba bonito pues todavía ni siquiera habían fijado una fecha para el evento. Alexander ni siquiera se veía preocupado por el tema, aunque era bastante obvio que evitaba a su hermana cuando se encontraba cerca.

—Magnus Bane, si tardas mucho en salir tendré que entrar por ti.

Magnus abrió los ojos asustado, ahora que conocía a esa familia sabía que ellos no prometían en vano.

Rápidamente se levantó del asiento y se cambió con el primer traje que tomó en sus manos y sin verse en el espejo salió a la pequeña estancia, la cual tenía un pequeño escalón con unos espejos enormes frente a él. Subió al escalón encarando los espejos y se maravilló de lo que veía, realmente era un traje hermoso que encajaba a la perfección con su personalidad.

El saco y el pantalón eran de un blanco reluciente que contrastaba de maravilla con su piel bronceada. El plastrón al igual que el chaleco eran plateados y le daba esa vista brillosa de la que tanto gustaba.

—Solo faltaría buscar unos zapatos que combinen —mencionó Izzy parándose a su lado— ¿te gusta o quieres probarte otro?

—Este es perfecto —murmuró viéndose atónito en el espejo.

Había algo en este traje que lo hacías sentir que no necesitaba probarse nada más.

—Ahora solo es cuestión de buscarle el traje perfecto a Alec para que combine con el tuyo —musitó su cuñada perdida en sus pensamientos mientras miraba con atención su traje blanco.

—Lo mejor sería que salieras de compras con él para que busquen el traje —sugirió con un poco de burla en la voz. Quería vengarse de Alexander por haberle hecho pasar todos estos días de fatiga con su hermana—, sería bueno que visitaran muchísimas tiendas para ver varias opciones.

—Tienes razón —comentó Izzy con una gran sonrisa—, mañana mismo lo llevaré de compras.

Magnus se le quedó viendo durante un momento. Ella se veía tan emocionada por la boda, muy distinto a la actitud que habían tomado sus padres por lo cual tenía un mal presentimiento de que ellos podrían arruinar todos los planes del gran evento.

— ¿Hubo algún avance con tus padres? —Preguntó en voz baja. Izzy solo lo miró confundida— quiero decir... ¿ellos siguen sin aceptarme?

La alfa le dio una sonrisa triste.

—No te voy a mentir —comentó ella en el mismo todo bajo—, mis padres han peleado mucho con Alec desde que anunciaron su compromiso. Ellos opinan que una cosa es mantener en secreto un destinado y otra casarse para hacerlo público —Magnus suspiró con tristeza, aunque se sintió reconfortado cuando la cola de Izzy rodeó su cintura—. No tienes de qué preocuparte Magnus, Alec está dispuesto a dejar su puesto como director si mis padres no te aceptan.

—A mí no me importaría que lo dejara —comentó encogiéndose de hombros—, mi empresa nos daría lo suficiente para que podamos vivir bien.

Izzy se acercó más para rodearlo con sus brazos.

—Así es —dijo ella con una gran sonrisa—. De hecho, si él deja su puesto yo también me iré, finalmente ellos tampoco están muy contentos por mi relación con Simon. Así que ya me irás haciendo un espacio en uno de tus laboratorios —ambos rieron con complicidad mientras se abrazaban— ahora, ve a quitarte ese traje porque todavía nos falta buscar los zapatos.

Magnus se tragó el resoplido porque sabía que no mejoraría la euforia de su cuñada. Así que intentando poner su mejor cara la soltó y bajó de la plataforma en dirección al probador. Deseaba con toda su alma que ese fatigador día terminara y más sabiendo que al siguiente le tocaría a Alexander sufrir todas las locuras de su hermana.

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Siempre me ha parecido una idea genial que Izzy enloquezca con todo lo que tenga que ver con Malec 😂😂😂. Y bueno, nos vemos el viernes para regresar a nuestra programación habitual 😂❤️

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La vida con mi felino destinado (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora