Unas semanas después, Magnus, estaba en la cocina de su casa tomando una refrescante bebida y disfrutando de los suaves movimientos de su bebé. Alexander se había ido muy temprano al trabajo para revisar los avances de los laboratorios y él se quedó en casa para descansar.
Se sobresaltó al escuchar el timbre de la casa.
Por un momento se planteó que debía cambiarlo por un sonido más suave porque cuando naciera el bebé lo despertaría de manera muy brusca. Se acomodó la entallada camiseta y se encaminó a la puerta principal.
Al abrir dio un paso atrás. Su cuerpo se erizó al reconocer el aroma de un alfa en territorio de Alexander haciendo que por instinto cubriera su vientre, el fuerte siseo que soltó fue en un acto defensivo. Vio a Izzy dar un paso atrás y poner una cara triste a la vez que dejaba caer su cola en el piso y echaba hacia atrás sus orejas.
— ¿Ya no me quieres aquí? —Preguntó ella con su voz quebrada.
—Lo siento, cariño, no es eso —se disculpó de inmediato siendo muy consciente de que esa reacción no era normal por mucho que estuviera en época de anidación, no debería estar atacando alfas. Tomó la mano de su cuñada con cuidado—, no era mi intención reaccionar así, pero cuando un alfa viene solo, no reacciono muy bien.
— ¿Entonces fuiste tú? —Dijo Izzy recuperando el aspecto alegre de siempre— ¿fuiste tú quien atacó a Jace?
—Sí —susurró sintiéndose avergonzado al recordar el ataque de hace unos días.
La hizo pasar y sentarse en el comedor porque los cojines de la sala seguían siendo parte de su nido.
—No lo puedo creer —comentó ella riéndose con fuerza— ¡tienes qué contarme cómo pasó!
No estaba muy seguro de querer contar algo tan vergonzoso, aunque cuando Izzy tomó sus manos supo que no tendría otra opción más que confesarse.
—Hace unos días —comenzó agachando la mirada al mismo tiempo que Izzy se quedaba quieta y expectante—, Jace vino a entregarme unos documentos del laboratorio. En cuanto abrí la puerta y reconocí su aroma alfa me le fui encima a arañarlo, lo único que pudo hacer Jace fue arrastrarse y salir corriendo. Me disculpé con él por teléfono cuando recobré la compostura y él dijo que no había problema, pero que para la próxima enviaría a Clary.
En cuanto se quedó callado, la risa de Izzy resonó en la habitación.
—Cuando Jace llegó a la oficina —dijo ella entre sus risas—, tenía arañazos en la cara y estaba completamente despeinado, su ropa estaba rasgada y tenía una cara confundida —Izzy tuvo que parar para reírse con más ganas—, solo dijo que había sido un ataque por meterse en un lugar que no debía.
Si bien, durante esos días se había sentido muy avergonzado, ahora viendo la despreocupada risa de Izzy no se sintió tan mal.
—Es difícil controlarme cuando percibo un aroma distinto al de Alexander.
Izzy dejó de reírse, retirando las lágrimas de su cara.
—Es extraño, Magnus, Clary nunca se comportó de esa forma.
—Lo sé —respondió azotando la cola—, pero Alexander y yo nos hemos comportado de una forma muy extraña durante el embarazo y no entiendo por qué.
Izzy acarició su rostro ganando un suave ronroneo de su parte.
—Tal vez sus instintos sean distintos, no le des mucha importancia —dijo ella con suavidad—, mejor dime qué te detuvo de atacarme a mí —la voz de la alfa sonaba curiosa.
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La vida con mi felino destinado (Malec)
أدب الهواةEn un mundo en donde los gatos evolucionaron para convertirse en híbridos de humanos y felinos. Magnus Bane, es un omega renombrado que encontró a su destinado gracias a que su empresa se asocia con uno de los más grandes y poderosos laboratorios de...