La fiesta con sus familiares y amigos fue muy alegre; brindaron por los recién casados, el ambiente estuvo plagado por mucha música y baile. Alexander que no bailaba se mantuvo dentro de la pista haciendo algunos intentos por moverse, aunque la realidad era que Magnus lo dirigía en todo momento haciendo que su esposo riera y se divirtiera.
Magnus buscó con la mirada en varias ocasiones a Maryse mientras bailaba con su destinado pues notó su ausencia en la ceremonia y después de unos intentos más al fin la localizó. Estaba sentada al lado de Robert muy concentrada en la plática con los renombrados empresarios de los que estaban rodeados. Cuando sus miradas se cruzaron, Maryse, entrecerró los ojos por lo que decidió desviar la mirada al rostro de Alexander de nuevo, en cuanto se encontró con esos ojos serios agachó las orejas.
— ¿Sucede algo? —Su esposo perdió el paso de baile que estaban improvisando por hablar.
—No —intentó engañarlo y lo tomó de la cintura para continuar moviéndose.
—Magnus... —gruñó Alexander quedándose completamente inmóvil en la pista.
—Está bien —respondió de mala gana—, sospecho que tu mamá todavía no me quiere.
Alexander entornó los ojos.
—Ya te dije que algún día lo hará —comentó su esposo atrayéndolo para hablarle a la oreja—, ¿no crees que ya es muy tarde? Creo que deberíamos retirarnos.
La suave mordida en su oreja le provocó un estremecimiento por el cuerpo, él mismo comenzó a sentirse ansioso por estar a solas con su alfa.
—Deberíamos dejar a todos celebrando, ¿vamos a mi apartamento? —sugirió ondeando su cola con provocación.
—No —respondió Alexander acariciando por debajo de su oreja como si fuera su minino favorito—, vamos a nuestra casa.
Magnus frunció el entrecejo sin entender a qué se refería pues siempre que intentaba hablar de este tema con él, salía con cualquier pretexto o cambio de conversación y nunca lograron definir la compra de una casa.
Lo vio levantar un pulgar hacia algún lugar de la multitud y unos segundos después Clary habló por el micrófono.
— ¡Los esposos ya se van! ¡Despídanlos con un gran aplauso!
Todos vitorearon mientras Alexander lo conducía a la salida del patio donde ya lo esperaba un flamante Lamborghini negro.
—De verdad que ustedes avientan la casa por la ventana —comentó al entrar al cómodo asiento del copiloto.
—Solo lo mejor para mi esposo —respondió Alexander antes de besar su frente y cerrar la puerta.
La palabra esposo le provocó una gran sonrisa.
A pesar de que sentía una gran curiosidad por saber en dónde había comprado la casa, se mantuvo en silencio disfrutando de sentir sus colas entrelazadas mientras el auto recorría las calles. Al llegar a una gran avenida, el vehículo disminuyó la velocidad y giró en una de las calles que los llevó a una zona de la ciudad donde las casas eran lujosas.
—No quise hacer uso de los recursos de la empresa —comentó Alexander disminuyendo más la velocidad por la calle que estaba alumbrada por las farolas de luz amarilla—. Compré la casa con los ahorros que tenía por las investigaciones que yo mismo he realizado, espero no sea pequeña para ti.
Magnus resopló observando las lujosas casas que pasaban a su lado pues ninguna se comparaba con su pequeño apartamento. El automóvil por fin se detuvo frente a una casa de dos pisos que era solo un poco más pequeña que la gran mansión en la que vivía la familia de Alexander.
ESTÁS LEYENDO
La vida con mi felino destinado (Malec)
FanfictionEn un mundo en donde los gatos evolucionaron para convertirse en híbridos de humanos y felinos. Magnus Bane, es un omega renombrado que encontró a su destinado gracias a que su empresa se asocia con uno de los más grandes y poderosos laboratorios de...