Capítulo 25: El día después

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—"Escándalo en el distinguido bar Eva & Lilith..." —se escuchó por la radio.

El aroma del café flotaba en la sala de profesoras. Apenas empezaban la jornada laboral, sin saber que desayunarían con esa noticia. El corazón de Karen se paró por un microsegundo y un escalofrío le recorrió la espalda. Rogó a Diosa que no fuera nada grave.

Miró a Lili con los ojos muy abiertos, descubriendo una expresión idéntica a la suya en el rostro. Miles de temores inundaron su mente, cada uno más dramático y extremo que el anterior.

—¡Sube el volumen, Lore! —pidió Lili.

Loretta dejó su muffin a medio comer, para tomar el control del audio. De todas formas, lo que estaba escuchando le estaba provocando un malestar en la boca del estómago.

—"Según nos informan, mediando la tarde de ayer, varios patrulleros de la Policía Femenina rodearon el predio donde funciona el establecimiento. Los reportes indican que hubo varias denuncias hacia Monique Mont Blanc, dueña del lugar, acusándola de actividades ilícitas que nada tienen que ver con los espectáculos que se presentaban allí todas las noches" —continuó la locutora.

—Ya era hora de que alguien hiciera algo —murmuró Karen, con una mezcla de alivio y angustia.

Si bien se alegraba que se hubiera descubierto la verdad, temía por Orpheo y sus compañeros. ¿Qué sería de ellos? ¿Los enviarían al Basurero? ¿Quedarían en la calle junto a sus esposas? Solo esperaba que los hombres no pagaran por los crímenes de Monique.

—"Tal parece que funcionaba como prostíbulo de lujo, luego de los shows. Testigos afirman que se ponía a los artistas en una carta, como si fueran un componente más del menú. Este detalle enardece aún más el repudio hacia la responsable de este ilícito. La acusada ha sido multada y se le ha retirado la tenencia de su esposo, una de las estrellas del bar. Aún no se sabe cuáles serán las acciones legales que se tomarán al respecto. Seguiremos informando" —finalizó.

—Por Diosa... —suspiró.

Se pasó la mano por el rostro, mientras su corazón saltaba agitado en su pecho. Estaba aterrada. No habían dicho si lo enviarían al Basurero, o si volvería a la Escuela. De hecho, no tenía mucha idea sobre lo que sucedía con los hombres en ese tipo de situaciones. Lo de la Escuela lo veía improbable, aunque cualquier cosa sería mejor que ir al infame suburbio de los divorciados.

Evitó a toda costa establecer contacto visual con sus compañeras. Luego de esa noticia, estar así de alterada la ponía en riesgo de ser descubierta su relación con Orpheo.

—Karen, ¿crees que... —comenzó a preguntar Lili.

—Kari —interrumpió Katia, desde la puerta—. He hablado con la señora Mont Blanc.

—Sí, me imaginé que lo haría —respondió.

—¿Ya has escuchado las noticias? —preguntó, preocupada.

Asintió en silencio. Sintió las miradas de todas sobre ella y le urgía escaparse cuanto antes. Katia se acercó al refrigerador y extrajo una botella de agua. Se la veía abatida. No había ni rastro de su energía habitual. A ella también le había afectado la noticia.

—¿Creen que rastrearán a las clientas del bar? —preguntó, mirando el piso.

Karen miró a su jefa, esforzándose por no mandarla al demonio. Sin embargo, no le sorprendió que Katia se preocupara más por ella misma, que por el destino de los trabajadores de Eva & Lilith. Además, siendo clienta habitual, era un miedo justificado.

—Y si lo hacen, ¿no merecen el castigo? —dijo Karen, a media voz— Después de todo, si no hubiera consumidoras, no se le hubiera ocurrido lucrar con eso.

Contrabando De Gigolós (#HES 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora