Algunos errores atrás.
Todo comenzó un día de verano, antes de mi último año en la universidad...
–No, Rydel, yo no te acompañaré a esa fiesta de niñitos del Senior–dije enfadado.
Realmente, no quería ir. Además, ya tenía planes: iría con Andrew a una fiesta de una chica de la universidad que tenía buenas amigas. Muy, muy buenas amigas.
–Por favor Ross, ¡te lo ruego! Riker dijo que si no ibas conmigo, no me dejará ir.
–¿Por qué no va Rocky contigo, como siempre? –contesté exasperado.
–Rocky irá a visitar a su novia este fin de semana, creí que ya lo sabías.
–Evidentemente no lo sé–contesté rodando los ojos–, ¿y qué tal Ryland?
–Vamos Ross, ¡Ryland es menor que yo!
–¿Y qué? Apuesto a que mataría por ir a una fiesta de Seniors.
–Si Riker no me deja ir sola, menos con él–Rydel se cruzó de brazos.
–Pues tendrás que irte buscando algún otro hermano.
–Ya, Ross, no seas pesado. Por favor, acompáñame: si quieres sólo llévame y luego te vas por ahí, pero acompáñame, ¡por favor!
No, por supuesto que yo no haría eso. A nadie en casa nos agradaban los amigos de Rydel; esos motociclistas sólo tomaban, fumaban y follaban. Sabrá Dios qué otras cosas, y en realidad no me importaba; lo único que me importaba era Rydel.
Desde que papá y mamá murieron en aquel accidente de coche dos años atrás, Riker se había hecho cargo de nosotros; por suerte coincidió con su semestre de graduación de la universidad. En vez de tirarse a la depresión y a los problemas, como Rydel, encontró un trabajo rápidamente y gracias a él nosotros podemos seguir estudiando y viviendo bien.
Ojalá Rydel pudiera entender eso.
–No entiendo por qué esta fiesta es tan importante para ti. Vas de fiesta cada fin de semana, algunas veces incluso en días de escuela. ¿No te puedes perder aunque sea una?
–No, es decir, sí, pero ésta no. He quedado con una amiga que acaba de llegar a la ciudad.
–Eso suena como a una excusa muy elaborada.
–¿Me acompañarás si o no? Me da igual lo que decidas, sabes que de todas maneras iré.
El desafío en su voz me exasperaba. De verdad no tenía nada de ganas de ir, pero si se fuera sola, y Riker se entera…
–Bien, bien, tu ganas, ¿feliz? Te llevaré a esa maldita fiesta.
–Estupendo. En una hora nos vamos.
Ella revoloteó feliz y corrió a su cuarto, dando un portazo. Me preocupaba bastante, ¿por qué simplemente no puede conseguirse otros amigos?
Suspiré, exasperado, mientras pienso en que sólo un año más y me podré alejar de toda esta mierda. Un año más y me graduó de la universidad; si algo es seguro, es que no me quedaré en esta ciudad.
Cuando menos me doy cuenta, Rydel ya está frente a mí chasqueándome los dedos, preguntándome si me voy a ir “así” a la fiesta. Miro mi atuendo: converse, levi’s negros y camisa blanca. ¿Qué tiene de malo?
Debo seguir escuchando su letanía mientras caminamos al coche y mientras conduzco a la maldita fiesta.
–Maldición, Rydel, calla ya–digo, y enciendo la radio, subiendo todo el volumen.
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Espiral (fanfic Raura)
Teen Fiction"Si eliges jugar con fuego, siempre te vas a quemar". Ross lo sabía, y aún así no pudo evitarlo...
