Capítulo 32: Secrets

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Por suerte alcancé una floreria abierta antes de llegar al departamento de Laura; compré media docena de rosas. Al llegar, toqué el timbre y pasé una mano por mi cabello; ni siquiera había revisado que estuviera en su lugar.

Vanessa me abrió la puerta; una expresión de confusión cruzó su rostro.

–Hey, hola–saludó–¿Laura te envió por su bolso?

–¿Bolso? ¿Cuál bolso?–inquirí.

–Oh... ¿Laura no está contigo?–su expresión de confusión aumentó.

–No–contesté–, de hecho vine a visitarla.

–Qué extraño. Hace como media hora recibió una llamada y salió corriendo sin decirme a dónde iba o qué pasaba, y olvidó su bolso con el celular dentro. Creí que habían vuelto a recoger el bolso–el rostro de Vanessa pasó de la confusión a la preocupación.

–Sinceramente no tengo idea de qué habrá pasado, pero no está conmigo–comencé a preocuparme también.

–Bueno, si quieres pasar a esperarla, o puedo decirle que te llame cuando vuelva.

Medité las opciones unos segundos. Preferiría quedarme y sentarme aquí a esperarla toda la noche si era necesario, pero sabía que eso haría sentir a Laura ofuscada, y probablemente se enojaría conmigo...

–Creo que es mejor que ella me llame cuando vuelva. Pero, por favor, si es muy tarde y no regresa, llamame. ¿Tienes dónde anotar?

Vanessa me ofreció su teléfono y yo archivé mi numero teléfonico. Le deje las flores, y le pedí que se las diera cuando volviera; conduje de vuelta a casa.

¿Dónde podría estar Laura? No me había dicho que fuera a salir... ¿tal vez tendría problemas? ¿Estaría en casa del arquitecto? Podía ir a buscarla, pero si no estaba ahí, sólo preocuparía a Ellen y Damiano...

No, Laura debe tener sus razones para haber salido así sin avisar. Llamará.

Llegué a casa un poco desanimado, y Ryland me invitó a jugar videojuegos con él. Estuvimos jugando bastante tiempo, aunque yo no dejaba de mirar la pantalla de mi celular esperando la llamada de Laura, o de Vanessa.

A media noche Ryland se cansó y se fue a dormir. Yo me quedé en la sala, esperando aún.

Finalmente, a las 12:23 a.m., mi celular sonó. Era Laura.

–¡Hola!–saludé intentando no sonar desesperado.

–Hola–contestó ella, pero sonaba algo apagada.

–¿Pasa algo? ¿Estás bien?

–Sí, estoy bien, no te preocupes; es sólo que estoy cansada, pero no quería dejarte con la preocupación. ¿Podemos hablar mañana?

–Sí... claro. Descansa. Recuerda que te amo, ¿sí?

–Sí, yo también–colgó.

Me quedé mirando la pantalla de mi celular un poco anodadado. Su voz había sonado bastante monótona. ¿Qué habría pasado? ¿Estaría bien? ¿A dónde habría ido?

"Basta Ross, estás pensando demasiado."

Abatido, subí las escaleras y me dejé caer en mi cama. Lo mejor era dormir y descansar mi mente, que bastante estresado estaba ya con la planeación del cumpleaños de Laura y la pasantía.

Al día siguiente el timbre de mi celular me despertó. 

–¿Hola?–contesté aún adormilado.

–¡Hey, qué hay viejo!–Andrew saludó animadamente del otro lado de la línea.

–Viejo, son las diez de la mañana, en domingo. ¿Por qué siempre tienes que despertarme?

Espiral (fanfic Raura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora