Capítulo 15: De nuevo en el panorama

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–Esta es mi oficina–dijo Amber abriendo la puerta.

Era grande, casi como la del señor Damiano. Tenía una vista increíble, dos escritorios y un librero. En uno de los escritorios había varios planos y en el otro imágenes aparentemente desordenadas.

–Parece que trabajas duro–comenté, dejando el portafolio que había traído conmigo en el suelo.

–Sí, de hecho lo hago. Este trabajo es muy extenso y muy importante para el despacho, y también a mí me ofrecerán el contrato si lo hago bien, es decir, si lo hacemos bien–dijo frunciendo el entrecejo.

–Bueno entonces, muéstrame lo que llevas–dije sentándome en una silla que estaba cerca.

–Antes de que empecemos, quisiera hablar contigo. Sobre lo que pasó, yo…

–Lo que pasó, pasó Amber. De verdad no importa.

–Sí, sí importa Ross. Lo que quiero decir es, que tú me importas y en este tiempo he comprendido que lo que hice estuvo muy mal, jamás debí…

–No estoy aquí para tratar cosas personales; no tenía ni idea de que trabajaríamos juntos, ni siquiera sabía que seguías en la ciudad. Pero si algo te digo es que amo mi carrera, y haré lo que sea por conseguir mi contrato aquí, así que lo mejor que podemos hacer, tanto por tu bien como por el mío, es trabajar juntos, hacer el mejor proyecto, conseguir nuestros objetivos y seguir con nuestra vida, ¿de acuerdo? –dije un poco enfadado.

Tal vez estaba siendo muy rudo con ella, pero sinceramente no me interesaba tener ninguna relación que nos uniera. Desgraciadamente, tendría que tratarla laboralmente, pero nada más. Y eso ella lo tenía que tener más que claro.

–Bien. Supongo que tienes razón: en este momento lo más importante son nuestros contratos. Pero algún día tendrás que escucharme. –contestó ella mirándome a los ojos.

–Pero ese día no será hoy–sonreí sarcástico–Ahora muéstrame en qué consiste el trabajo.

Las siguientes horas se pasaron volando. Amber me explico detalle a detalle el proyecto y lo que el señor Damiano quería que hiciéramos: sonaba sencillo, pero sería difícil, pues tendríamos que trabajar sobre construcciones ya hechas y remodelarlas sin que perdieran su valor ni económico ni cultural, pues eran casas muy antiguas.

Sorprendentemente resultábamos un buen equipo, aunque eso no me extrañaba: Amber era alabada por todos los profesores durante el tiempo en que fuimos compañeros en la universidad. No paraban de repetir que tendría un gran futuro. Y yo no era peor que ella.

Cuando menos lo pensé ya era hora de irnos a casa; salí lo más pronto que pude de aquella oficina y conduje a casa, pero antes pasé por un restaurant de comida italiana para comprar una pasta Alfredo.

Luego llegué a casa; estacioné el auto y estaba apenas entrando a la sala cuando mi celular sonó. Era Maia.

–¡Hey, que pasa linda! –dije en cuanto contesté.

–¡Hola! ¿Qué tal tu primer día de pasantía? –preguntó emocionada.

–Bien, ha estado excelente la verdad–comencé a poner la pasta en un plato y la metí al microondas–hablé directamente con el señor Damiano, el mismísimo fundador de DamelDesign, y me ha dicho que está impresionado con mi historial académico y eso; me encargó un trabajo que es muy importante para la compañía y, si lo hago bien, me ganaré un contrato, incluso si aún no tengo el título–comenté emocionado.

–¡Wow! Eso es demasiado bueno, ¡muchas felicidades Ross!

–¡Gracias! Aunque la mala noticia es, ¿a que no sabes quién es mi compañera de proyecto?

Espiral (fanfic Raura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora